28/05/2025 22:11
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Javier Barraycoa es sociólogo multidisciplinar. Entre sus múltiples obras destaca su labor para desmitificar el nacionalismo catalán y recuperar la historia robada de Cataluña. Su último libro se titula El origen del catalanismo. Polémicas católicas en su génesis y su primera transfiguración. En esta obra trata de descubrir los orígenes del catalanismo y sus relaciones con el catolicismo liberal y sus enfrentamientos contra el tradicionalismo

¿Era necesario un nuevo libro sobre el catalanismo?

A mi entender sí. Especialmente es importante indagar en su origen, pues de ahí entenderemos las actitudes contradictorias que han perdurado hasta nuestros días. El primer catalanismo político del siglo XX, vertebrado en el partido de la Lliga Regionalista, bebió de los ambientes católicos surgidos de la llamada “pastoral catalanista”. De hecho, y en cierta medida hoy sigue siendo así, el nacionalismo catalán en un híbrido de conservadurismo, clericalismo, republicanismo e izquierdismo.

Entonces, ¿Dónde queda aquello de que el nacionalismo es el sucesor natural del carlismo?

Por eso hay que explicar sus orígenes. La leyenda de que en el carlismo está el origen del catalanismo es una idea propia de historiadores y pensadores de izquierdas, tal y como lo ha demostrado Ucelay-Da Cal. Quién inició este paradigma fue el historiador Rovira y Virgili, republicano y masón, que intentó “construir” una historia del nacionalismo cuyo esquema ha perdurado hasta hoy. Según su relato, el nacionalismo debía conciliarse con sus principios republicanos y conservadores liberales y debía abandonar las tendencias “católicas” que aún perduraban en los líderes de la Lliga. Rovira y Virgili lo que pretendía era alejar a los catalanistas católicos de una posible “tentación” tradicionalista. Y su tesis se impuso, pues los propios catalanistas veían en el carlismo el enemigo a batir.

En su libro plantea el origen del catalanismo en las polémicas católicas de finales del siglo XIX ¿en qué consistieron esas polémicas?

Como he dicho, la rama más fuerte del catalanismo se fue forjando en ambientes católicos, con un discurso aparentemente tradicional, pero siempre posicionados a favor del catolicismo liberal. Por ejemplo aceptaron acríticamente la Constitución de 1876 que rompía legalmente la Unidad católica. Los catalanistas, contra los carlistas, apoyaron un proyecto madrileño, la Unión Católica de Pidal y Mon, que tenía como fin acercar a los católicos al liberal régimen de la Restauración borbónica.

También es sorprendente como sacerdotes catalanistas, aparentemente antiliberales, condenaban la obra El liberalismo es pecado de Sardá y Salvany. Pero donde más se sufrieron las polémicas fue en el conflicto entre el clero, mayoritariamente carlista y los seminarios llenos de vocaciones de familias tradicionalistas, con sus obispos. En esos tiempos el nombramiento de los obispos debía ser confirmado por el Ministro de Gracia y Justicia. Desde Madrid se fueron nombrando obispos a favor de una “pastoral catalanista” con tal de ir mitigando el clero profundamente antiliberal.

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¿En qué consistió esa “Pastoral catalanista”?

Fue iniciada paradójicamente por un gaditano, el obispo Urquinaona que ocupó la sede de Barcelona. Urquinaona estaba enfrentado directamente con el carlismo y su prensa. Él quería que los católicos carlistas se sometieran a la Unión Católica, que a la postre era una iniciativa del Partido Conservador de Cánovas del Castillo. Urquinaona fue el que creó lo que denomino el “montserratinismo”. Su mano derecha fue Morgades, que acabaría ocupando la sede de Vich y restaurando el Monasterio de Ripoll como símbolo del “renacimiento” de Cataluña. Los diferentes obispos catalanistas y prorrestauración se coordinaron para ir colocando en los seminarios y diócesis catalanas a sacerdotes que comulgaban con la nueva causa catalanista. Es así como el catalanismo clerical fue haciéndose con el poder en las diócesis y desplazando al clero carlista. Como señaló en su momento el gran historiador Cacho Viu, el catalanismo fue el detergente utilizado para diluir el integrismo, léase tradicionalismo, en Cataluña.

¿Y que papel jugó Torras y Bages, el considerado “Patriarca de Cataluña”?

Torras y Bages planteó el catalanismo, al que denominaba frecuentemente regionalismo, como la única posibilidad de reevangelizar Cataluña, que volviera a sus raíces cristianas acrisoladas en la Edad Media y así hacer de Cataluña una pequeña Cristiandad. El formó a una parte importante de los cuadros de la futura Lliga, entre ellos a Enric Prat de la Riba. La diferencia con otros sacerdotes es que Torras y Bages no quiso transigir con el liberalismo, aunque aceptaba el régimen de la Restauración, y era profundamente antimasón. Al ser nombrado obispo de Vich, y al ver que la incipiente Lliga Regionalista pactaba con liberales y republicanos se separó de Prat de la Riba y se dedicó a pastorear su diócesis. Siempre que había elecciones y en las listas de la Lliga iban liberales, desaconsejaba votarles. Realmente fue un santo y, como afirmo en el libro, buscó un catalanismo realmente católico que no pudo ser.

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Finalmente, ¿alguna curiosidad más a destacar?

Sí. Trato de demostrar que el catalanismo fue un movimiento esencialmente barcelonés, y que no nació en la Cataluña “profunda”, territorio propicio al carlismo, sino en la urbe y fruto también del contagio romántico en el mundo católico. El romanticismo, bajo apariencia medievalizante, era un movimiento moderno y antitradicional. También hay que destacar que el catalanismo triunfó electoralmente ocupando el espacio que dejó el Partido Conservador en Cataluña debido a su estructura absolutamente corrupta. Por último, he tratado de desentrañar los complejos procesos psicológicos que llevaron a ciertos personajes a hacerse primero catalanistas y luego nacionalistas. Es evidente que para entender el catalanismo no podemos caer en simplificaciones o maniqueísmos.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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