
Y despeje la incógnita del infausto intento de Sánchez y sus sayones de acabar de desgranar, gangrenar y despiezar España y el Estado social y democrático de derecho al que alude el artículo 1 de la Constitución.
El artículo 8 de la Carta Magna dice: “ Las Fuerzas Armadas,………, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”
El gobierno de Sánchez está poniendo la existencia misma de España al pie de los caballos tanto en lo que respecta a la entidad nacional como a la unidad territorial.
¿ A quién compete garantizar la integridad territorial de España? Sin duda alguna, a las Fuerzas Armadas.
¿Cómo y de qué manera pueden intervenir para llevar a cabo esa misión? Intervendrán en caso de “ataque o actuación, externa o interna, que tenga por finalidad alterar, modificar o suprimir el territorio español en su conjunto al margen de la legalidad”
La criminal ideología socio-comunista presume de amamantar hombres sin patria, apátridas, hombres nuevos de carácter y perfiles universales, carceleros de las libertades individuales, matarifes del alma y del espíritu humanos. Individuos carentes de sentimientos patrióticos que su misma raposería depredadora han transformado en conceptos huecos, inanes y purulentos.
El gobierno de los otrora denominados socialistas y los sicarios que apoyan y colaboran en sus perrerías inconstitucionales han convertido a España en una letrina, cuyo nauseabundo olor nos impregna a todos por muy aseados que seamos, bien es cierto, que ellos se manejan cómodamente en la inmundicia; el problema se suscita y atañe a los constitucionalistas.
En efecto, los Ejércitos, las Fuerzas Armadas apodícticas y sometidas a la Constitución no admiten dudas ni contradicciones, expresan una verdad, son innegables y decisivas en cualquier proceso o intención perversa o desintegradora.
Empiezan a vislumbrarse cuales son los límites de su consabida y reclamada neutralidad.
Resulta fundamental tener un marco legal para el empleo de las Fuerzas Armadas basado en normas como la Constitución, la ley Orgánica de Defensa Nacional o la ley de Seguridad Nacional; el sistema de reglas, es decir el marco legal, establece que los Ejércitos intervendrán bajo las directrices del gobierno de la Nación, cuando exista riesgo de demolición del ordenamiento constitucional.
El gobierno dirige la Administración militar y la defensa del Estado; ejerce la función ejecutiva de acuerdo con la Constitución y las leyes.
¿Acaso la Constitución o las normas legales dicen algo cuando el origen de esa peligrosa contingencia radica en el mismo gobierno que debe dar el beneplácito o autorizar la intervención de las Fuerzas Armadas? Garantizar la soberanía como misión constitucional de las FA,s no debiera de circunscribirse a la actuación de Estados extranjeros o actores internacionales, la soberanía radica en el pueblo español, por lo tanto el intento de amputación parcial de la soberanía también es competencia constitucional de las FA,s, de lo cual se desprende que los Ejércitos están en su derecho y deber de desvirtuar o impedir dicha pretensión, y en su caso, exigir un referéndum a nivel nacional sobre tal empeño.
Margarita la “flor roja”, con la pedagogía propia de una excelsa jurista y los mimbres excluyentes y canallas tan característicos de las ideologías de izquierda radical, habrá sabido trasmitir a sus generales el servilismo necesario para neutralizar sus personales opiniones o discrepancias con “razonados” motivos y “claras” explicaciones que avalan y justifican las traiciones del felón y su gobierno; todo ello, con la aviesa intención de disminuir la autoestima personal y socavar lo que tiene de “inevitable” el estricto cumplimiento de sus deberes profesionales.
¿Habrán quedado satisfechos los generales con la bondad de la exposición exculpatoria de su ministra, se verán cumplidas sus expectativas, sus exigencias morales, patrióticas, constitucionales y profesionales? Las respuestas, por el momento, quedan sumidas en la bruma inconfesable de un silencio atronador. Puedo estar equivocado, mi percepción es que les tienen restringido hasta el aire que respiran.
La apatía, dejadez y pasividad de la sociedad ante el órdago criminal y tramposo que Sánchez está echando a la Constitución y a España, son comportamientos tan inadmisibles como medrosos y cobardes que ponen de manifiesto la insensibilidad del conjunto de la ciudadanía ante los continuos atentados contra nuestro orden constitucional, además de certificar la falta de responsabilidad colectiva en lo que concierne al futuro de la Nación; insisto en la posibilidad de mi error, en mi opinión las Fuerzas Armadas no son una excepción.
Si queremos proteger lo “permanente”, la soberanía, la independencia y la integridad territorial, nada o poco contribuyen a ello, unos “Ejércitos pasmados”, distraídos de sus obligaciones constitucionales.
Prestemos más atención a los principios morales y patrióticos y al conocimiento histórico de lo que conlleva la tiranía autócrata de las ideologías de la extrema izquierda, que a toda costa pretenden convertir una dudosa y perfectible democracia en un siniestro y criminal “engañabobos” universal.
Según determina el artículo 2 de nuestra ley suprema, “la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles…….”; por tanto, España se constituye como unidad territorial única, y a un gobierno ilegítimo que ha utilizado las urnas como trampa mortal contra España, no le está permitido actuar en contra de esa unidad ni pretender subrepticiamente alcanzar el turbio objetivo de ir en contra de la Constitución y de la integridad territorial.
Concluyo con una pregunta dirigida a los componentes de las Fuerzas Armadas, agradecería enormemente que alguien responda a esta interpelación que más que retórica la considero enjundiosa y pertinente.
¿Sinceramente, sois conscientes de a quién estáis sirviendo? De ser así, ¿estáis convencidos de cumplir con vuestro deber constitucional para con España?
Antonio Cebollero del Mazo
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