Durante los últimos 25 años nuestra familia ha asistido a la Marcha por la Vida en Washington DC y desde 2011 hemos acompañado a esta Marcha a un gran grupo de estudiantes, este año unos 700, de la Universidad Franciscana de Steubenville, Ohio. Universidad en la que trabaja mi marido y a la que han asistido nuestros seis hijos. Ha sido una gran alegría y una bendición el ser parte del creciente número de estadounidenses que creen que cada vida es valiosa desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.
La lucha por la vida en los Estados Unidos comenzó hace 52 años cuando el 22 de enero de 1973 el Tribunal Supremo de los Estados Unidos emitió la sentencia de Roe v. Wade, legalizando el aborto en todo Estados Unidos. Desde entonces, cada año un número creciente de estadounidenses, especialmente jóvenes de todo el país, participan fielmente a pesar de las nevadas y gélidas temperaturas que se viven en enero en Washington DC, siendo testigos de que todas las vidas importan, las de los nacidos y los no nacidos.
El 24 de junio de 2022, el Tribunal Supremo emitió la sentencia de Dobbs que después de 50 años revocó la decisión original y declaró que no existe un derecho constitucional al aborto, dejando ahora a cada estado decidir sus propias leyes al respecto. Sin duda, esta fue una victoria maravillosa para el movimiento pro-vida y, sobre todo, para todos los bebés de los EE. UU., pero no significó el final de nuestro trabajo, sino el comienzo de una nueva era en la que sabemos que cada uno de nosotros debe involucrarse en la lucha por la vida en nuestras comunidades, a nivel estatal y federal, por todos aquellos que no pueden hablar por sí mismos.
Como cada año, antes de la marcha, nuestro grupo de la Universidad Franciscana y un total de aproximadamente 5.000 personas llenamos la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington DC asistiendo a una Misa de vigilia por los no nacidos celebrada este año por el obispo Robert Brennan de la diócesis de Brooklyn y concelebrada por muchos obispos y sacerdotes. Desde allí asistimos a la concentración y la marcha.
Tanto el presidente Donald Trump como el vicepresidente JD Vance se dirigieron a un número estimado de 150.000 participantes en la Marcha por la Vida de este año el viernes 24 de enero, prometiendo que el segundo mandato de Trump sería firmemente pro-vida y llevaría a los grupos proaborto ante la justicia por atacar iglesias y clínicas pro-vida.
El presidente no asistió en persona a la marcha ya que estaba recorriendo el país ese día para reunirse con las víctimas del huracán Helene en Carolina del Norte y de los actuales incendios forestales en el sur de California.
En un mensaje de video dirigido a los manifestantes, Trump nos agradeció a todos por haber salido una vez más a la calle para mostrar nuestro extraordinario amor y compasión por los no nacidos. “Cada año, decenas de miles de estadounidenses de todas las edades, colores y orígenes viajan a la capital de nuestra nación para defender a los preciosos bebés que no pueden defenderse por sí mismos”. “Estoy orgulloso de ser el primer presidente que se ha unido a vosotros en persona”, afirmó el presidente, refiriéndose a su intervención en la Marcha por la Vida de 2020, la última marcha de su primer mandato. Luego celebró la histórica sentencia del Tribunal Supremo que revocó Roe v. Wade en junio de 2022. Condenó Roe como un “fallo desastroso” y una “decisión inconstitucional” que “le quitó poder a los estados y a los votantes, iniciando 50 años de división”.
“Pero gracias a vuestro incansable trabajo y dedicación durante cinco décadas, ese error histórico se corrigió hace tres años y me siento muy orgulloso de haber participado en ello”, afirmó el presidente. Durante su primer mandato, hubo tres vacantes para los jueces del Tribunal Supremo y Trump nombró a tres “jueces originalistas”, es decir, jueces que se adhirieron al lenguaje y la comprensión original del texto de la Constitución. Los tres jueces nominados por Trump se unieron a otros tres jueces para revocar la decisión Roe.
“En mi segundo mandato, volveremos a defender con orgullo a las familias y a la vida. Protegeremos los logros históricos que hemos alcanzado y frenaremos la presión de los demócratas radicales para lograr un derecho federal al aborto ilimitado hasta el momento del nacimiento, e incluso después del nacimiento. Trabajaremos para ayudar a las nuevas madres y a las familias jóvenes, y apoyaremos la adopción y los centros de acogida de niños”, prometió el presidente.
Así mismo prometió que su Departamento de Justicia finalmente investigará los ataques de la izquierda radical a iglesias y centros de crisis de embarazo y llevará a los perpetradores ante la justicia. También se refirió a su serie de casi dos docenas de indultos el día anterior, liberando a los cristianos y activistas provida que fueron perseguidos por la administración Biden por rezar y vivir su fe.
Trump concluyó con un mensaje alentador: “A todas las personas que marchan hoy con este frío intenso, sé que sus corazones están cálidos y sus espíritus son fuertes porque su misión es muy, muy pura: forjar una sociedad que reciba y proteja a cada niño como un precioso regalo de la mano de nuestro Creador”.
Inmediatamente después de la Marcha el presidente firmó dos órdenes ejecutivas provida, “The Mexico City policy” que prohíbe que los fondos de los contribuyentes estadounidenses se destinen a grupos que promuevan o proporcionen abortos en el extranjero (la Federación Internacional de Planificación Familiar “Planned Parenthood”, la más grande de estas organizaciones, por sí sola, con esta regulación estimó una pérdida de 100 millones de dólares de su presupuesto) y la aplicación del “Hyde Amendment”, que refuerza la prohibición de fondos federales para abortos electivos.
Inmediatamente después, el vicepresidente Vance se dirigió a todos los manifestantes en persona: “Es una bendición saber la verdad, y la verdad es que la vida del concebido no nacido merece protección”. También habló sobre el papel que pueden desempeñar ciertas reformas políticas en la construcción de una cultura en favor de la vida, afirmando que es tarea de nuestro gobierno facilitar que las madres y los padres jóvenes puedan permitirse tener hijos, traerlos al mundo y recibirlos como las bendiciones que sabemos que son. Añadió que debería ser más fácil criar una familia, encontrar un buen trabajo, construir una casa para criar a esa familia, ahorrar y comprar un buen cochecito y una cuna. “Necesitamos una cultura que celebre la vida en todas sus etapas, una que reconozca y crea verdaderamente que el parámetro del éxito nacional no es nuestro PIB ni nuestro mercado de valores, sino si las personas creen que pueden criar familias prósperas y saludables en nuestro país”, continuó el vicepresidente.
Vance llamó a Trump “el hombre que cumplió su promesa de poner fin a Roe, dándonos una sentencia monumental y trascendental, Dobbs , el hombre que nombró a cientos de jueces provida dedicados a defender las libertades constitucionales de todos los estadounidenses, y el hombre que apoyó políticas pro-familia como la duplicación del crédito fiscal por hijo, lo que sucedió durante su primer mandato, y sobre lo que haremos mucho más en este segundo mandato”. “El país se enfrenta al retorno del presidente estadounidense más pro-familia y más pro-vida de nuestra vida”, recordó el vicepresidente.
Después de varios oradores, incluidos algunos senadores y congresistas estadounidenses, la Marcha se dirigió desde el monumento a Washington hasta el Tribunal Supremo, justo frente al Capitolio. Encabezando la Marcha y sosteniendo la pancarta icónica de la marcha de 2025 este año estuvo Wheaton College, la presidenta de la organización Voces por la Vida “Voice for Life” quien declaró: “ El aborto no es una cuestión de derechos de los estados que se pueda ignorar. Es una crisis fundamental de derechos humanos que pesa sobre los hombros de Estados Unidos. Nuestro país no puede ser grande hasta que los no nacidos estén protegidos por el derecho a la vida”.
Roguemos para que Estados Unidos proteja a todos sus niños, nacidos y no nacidos, ¡y para que Dios bendiga a los Estados Unidos de América!
Beatriz Silva de Lapuerta
Colaboradora de Enraizados
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