21/11/2024 09:51
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Blas Piñar Gutierrez es general de Brigada de Infantería en situación de retiro. pero plenamente comprometido con la defensa de Dios, de España y de su Ejército. En esta entrevista nos habla de su conferencia sobre la transición en el Ejército que impartirá en el próximo congreso de Luz de Trento. El mencionado evento será el próximo sábado 23 de noviembre en el hotel Ilunion Alcalá Norte de Madrid.

¿Cómo fueron cambiando el alma y la esencia del Ejército Español a partir de la transición?

De una forma progresiva y paulatinamente acelerada, hasta anular la auténtica esencia de los Ejércitos. La transformación sufrida ha sido consecuencia del cambio político y religioso que tuvo lugar en España a partir de mediados de los años sesenta, dirigido desde el mismo poder del Estado Nacional, y en buena parte consecuencia de la postura adoptada previamente por la jerarquía de la Iglesia Católica.

En realidad el cambio se fue cocinando poco a poco desde antes…

Previamente a ser presionado y atacado directamente por quienes pregonaban una política anti nacional, los Ejércitos habían experimentado un enfriamiento en su formación y conciencia de la importancia de su misión como parte esencial de la nación, sociedad y Estado al que pertenecen, con el consiguiente debilitamiento de su espíritu patriótico.

Y se aceleró en 1969 cuando Franco nombra sucesor a Juan Carlos…

De alguna forma, así fue, pero -externamente- no hubo en aquellos momentos actuaciones que pusieran de manifiesto una intensificación en las variaciones o estado de ánimo de los militares. La realidad -en ambientes castrenses- era la de un nulo prestigio o atractivo de la figura del Príncipe nombrado heredero. De ahí la destacada campaña del Régimen para mejorar la imagen del futuro Rey. Las maniobras de Juan Carlos se perpetraron a nivel camarilla.

Pero hasta la muerte de Franco no pudieron empezar a hacer una gran limpieza de militares afectos al Régimen…

Ya antes de la muerte de Franco, además de algunas destituciones llamativas, se estaba produciendo un soterrado apartamiento e incluso exclusión de determinados mandos vistos como de insuficientes tragaderas para lo que se veía venir. Estos, a pesar de sus brillantes hojas de servicio, eran calificados como “militarotes” por determinados medios, mientras que otros, que lograban sin prestigio altos cargos, recibían todo tipo de elogios como “intelectuales”, “abiertos”, “dialogantes”, etc.; adjetivos que, como todos sabemos, resultan indispensables para un buen soldado.

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¿Cómo usted fue testigo de estos hechos?

He sido testigo directo de la transición en los Ejércitos estando dentro de la Institución desde el año 1967 hasta el 2008, en el que pasé a la situación de reserva. Mis cursos, destinos, comisiones de servicio, trayectoria, etc. son suficientemente indicativos, y en ningún momento opté por una postura de pasividad ante lo que estaba ocurriendo.

Ciertamente el ejército fue perdiendo su esencia con los años…¿En qué ejemplos se podía ver claramente?

Las grandes decepciones que tuvieron que sufrir las Fuerzas Armadas mermaron la confianza en la trascendencia de su misión. Hechos significativos fueron la retrocesión de Ifni, la independencia de Guinea y el abandono del Sahara.

Pero tampoco debemos olvidar la renuncia a la recuperación de Gibraltar, el apartamiento de la lucha contra el terrorismo y la falta de apoyo a la jurisdicción militar en los momentos difíciles como el Consejo de Guerra de Burgos. Luego vendrían cosas aún peores, como el autogolpe del 23 F.

Aunque fue algo sutil, pues empezaron a decir que buscaban un perfil de militares profesionales, dando más importancia a los conocimientos técnicos que al espíritu y el amor a la patria…

El término “profesional”, como algo imprescindible para el soldado, además de ser un concepto manipulado, ha servido precisamente para distanciar a los militares de la sociedad de la que proceden y a la que pertenecen. El remate ha sido la “suspensión” del servicio militar incumpliendo la propia Constitución. Tan importante o más que la técnica es el espíritu a cuyo servicio se aplica. Sirva como ejemplo que varios de los procedimientos aplicados por los etarras en sus atentados los aprendieron haciendo el servicio militar como voluntarios en las Compañías de Operaciones Especiales.

¿Cómo está decadencia se fue acelerando con los diferentes gobiernos de la democracia?

Aunque las reformas internas de sometimiento y reorganización las hicieron sin disimulos los Gobiernos socialistas, siempre fueron refrendadas por los Populares que, además, destacaron por la creciente entrega de la soberanía nacional dentro y fuera de nuestras fronteras y se enorgullecieron de acabar con la “mili”.

¿Qué consecuencias prácticas ha traído este aggiornamento del ejército?

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El Ejército como Institución y con la capacidad de cumplir sus misiones constitucionales, ha dejado de existir. Sobreviven buenas unidades que, como la mayor parte de los que forman en sus filas, ejecutan -a su nivel- con ejemplaridad y virtudes sobresalientes los cometidos de todo tipo que se les encomienda. Pero la Institución como tal, como tantas otras en la España actual, no ejerce como tal.

¿Por qué es difícil que las nuevas generaciones, por buena voluntad que tengan, recuperen el espíritu de los veteranos?

El ambiente social no es favorable a los valores y virtudes nacionales, agravado por las enseñanzas que recibe la juventud, la influencia negativa imperante en los medios de comunicación y la falta de figuras ejemplares. Pero algo empieza a notarse entre los jóvenes, que a veces de forma algo alocada no dudan en manifestar su descontento con lo que está sucediendo. Nuestra es la responsabilidad de dar un sentido poético y constructivo al impulso que está surgiendo en todos los rincones de España.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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Miguel Sánchez Asenjo

Buenas tardes mi querido amigo y admirado Javier:

Hoy, día de Luto, para todos los españoles de bien, sobre las excelsas figuras, de Francisco Franco y José Antonio, has escogido al mejor patriota

Entrevistas a mi querido y admirado General Don Blas Piñar, hijo de el más insigne de todos los ciudadanos del siglo XX, Don Blas, mi Caudillo. Un hombre católico, fiel, leal, honrado, honorable, …Un gran Caballero, al que siempre seguí y fue amigo mío. Un portento de la historia universal, con esa memoria privilegiada y esa oratoria única.

Siempre fue y será, mi ídolo por sus valores eternos, que en cada de una de sus excelsas oratorias, transmitía y cumplía fielmente lo que expresaba.

Y después de este inevitable preámbulo me dirijo a su fiel hijo.

Mi querido amigo, mi admirado General Don Blas, no te imaginas como agradezco tus pensamientos en tan señalado día

Como Caballero Legionario que fui y seré hasta la muerte, permíteme vuecencia que con todo el respeto te tuteé, aunque me pongo a tus órdenes para lo que necesites.

Sobre tus pensamientos y criterios a la que han llegado nuestras FFAA, te diré lo siguiente:

Yo estuve en La Legión en el IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, con sede en Villa Cisneros. Desde el año 1971 a 1.974.

Sin duda aquella Legión era otra, solo decirte que en el Campamento de Reclutas, se suicidaron 2 reclutas y otros 3 se autolesionaron pegándose un tiro en el brazo, curiosamente todos extranjeros. Era tal la dura instrucción y el trato que allí sufrimos, pero resistimos, cuyo Sargento Gutierrez Mira q.e.p.d, impartía, que los reclutas la mayoría temblaban solo ver su esquelética figura con sus gafas. Ese si era un “Sargento de Hierro”. Pero Juramos Bandera y todos le alabamos lo durísimo que fue con nosotros, recordando que cuando estabas frente a él, diciéndote: “¿Maricón, que hace tú aquí en la mejor infantería del mundo? Vete con tu mamaíta, la Legión es de hombres, aquí no tienen cavidad los maricones como tú”. A la vez que te pegaba patadas en las espinillas sin dejar de estar firmes como una vara. O te pegaba un culatazo o te rompía una botella para que espabilares.

Mi General, no quiero salirme de contexto y según mi pensamiento, nuestro Caudillo cometió el error de su vida, al nombrar a ese canalla, perjuro, traidor, crápula y delincuente de Juan Carlos. Pudo enmendar la injusticia que Alfonso XIII y toda su familia en pleno, hicieron con Don Jaime, por aquello que era sordomudo y le obligaron a renunciar. Si nuestro Caudillo, sin complejos, hubiera nombrado a Don Alfonso de Borbón y Dampierre, ahora tendríamos el mejor rey posible: Don Luis Alfonso de Borbón y Martínez Bordiú. Un hombre con principios católicos, familiar, leal, honrado, trabajador, patriota, …. Un hombre en la excelencia y mira ahora lo que tenemos. Este si es mi rey
Pues bien, todo éste preámbulo es para decirte a ti vuecencia, que cuando este traidor, nos obligó abandonar el Sahara español, después del muy canalla, que fue hacer la pantomima al Aaiún, con aquella mentira propia de un cobarde  “Yo seré el primer soldado, que defienda nuestra tierra …” Cuando ya había acordado con el enemigo gringo y Hassan II, la entrega de una tercera parte de nuestro territorio.

Afortunadamente, yo un año antes, dejé La Legión, porque si eso me ocurre, como militar, yo hubiera salido, pero en ataúd.

Pasados pocos meses de esa huida forzada, sin pegar un tiro, aunque de buena tinta sé, que a muchos exaltados nuestros voluntarios se los pasaron a cuchillo, pues atravesaron los campos minados, que había entre “La Marcha Verde”, llena de soldados marroquís, entre la multitud civil y gritona. Tuve el honor de poder tener una comida con dos oficiales de mi Compañía y un sargento. En ella esos fieles militares, se quejaban, de haber sido forzados abandonar el Sahara, ante una Alta Traición, sin precedentes.

Si en esos momentos de tristeza, por el fallecimiento de nuestro Caudillo, los generales, hubieran detenido a ese engendro vilmente coronado, puesto a disposición, con un Juicio Militar Sumarísimo y metido en la cárcel o frente a un paredón de espaldas, como se hace con los cobardes, España no estaría en esta situación agónica, amortajada, a punto de fallecer.

Mi admirado General Don Blas, ese fue el principio del fin

¿Te imaginas vuecencia, si en lugar de haber ido a Valencia, el “Jefe Supremo” de las FFAA, de paisano, se hubiera presentado uniformado con sus 4 estrellas, en el minuto uno, con 20.000 soldados, en vista que el demonio SánchETA, eludió los avisos y la ayuda, convirtiéndose en un criminal despreciable?

Recibe un fuerte abrazo y quedo a la entera disposición de vuecencia

Miguel Sánchez,

Un Caballero Legionario, católico y firme defensor de la Patria.

NOTA: Mi querido Javier, te pido el favor que entregues a mi General mi Email y teléfono. Gracias. Un abrazo

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