Apreciado Miguel Sánchez. Lo que usted propone está muy bien, pero siento decirle (desde mi punto de vista) que esto es imposible. Por varias razones pero la principal es que el sistema masónico, la democracia liberal tiene en su mismísimo ser el odio a la tradición hispánica, el odio a la razón de ser de las Españas: la fe católica. Y en conformidad con esto, el odio al sistema y estructura cristiana como tantos papas han repetido de forma doctrinal y de magisterio infalible que no era más que lo que enseñaban San Agustín, Santo Tomás y todos los grandes Santos. Incluso el catecismo modernista actual sigue recogiendo alguna de estas cosas, eso sí, muy diluidas.
Por lo tanto, en el sistema democrático liberal, «la mentira universal» (beato Pio IX) no hay solución a nada ni salvación material ni espiritual. No existe el Bien Común (esto es enseñanza de la Iglesia durante 1960 años).
Y concretamente, el sistema democrático liberal puesto en marcha en España con el régimen del 78, fue hacer una paulatina tabla rasa de todo lo que de cristiano tenía el llamado régimen de Franco. Se trataba de eliminarlo todo y volver a la situación anterior. Lo que ocurre es que para que esto tuviese éxito debía hacerse paso a paso, con cautela pero sin interrupción. Y así ha sido. El primero que rompió con todo fue el Perjuro. Y todo se vendió a los españoles como que se trataba de hacer la paz, la solidaridad, la hermandad y entendimiento entre los españoles y entre todas las comunidades. Y todos a aplaudir. Pues fue la «gran mentira» parafraseando a Pio IX. Desde el asesinato ritual masónico de Carrero Blanco ha habido en España más pérdidas que días.
Buen ejemplo de todo esto es que (mucho antes de que existiera vox) el PP liberalismo conservador (pero liberalismo a fin de cuentas) no eliminó de un plumazo y firma la «ley de memoria» sino que la ratificó y la financió. Pero eso sí, se llenaba la boca contra esa Ley. Y piensan los incautos que esta vez sí, que sí, que vox eliminará esa ley. Incautos. no se dan cuenta que vox es liberalismo conservador (pero liberalismo a fin de cuentas) y que es el propio sistema el que genera esos partidos por la derecha y por la izquierda cuando ve que hay una masa que es cada vez más grande que del sistema y que se está desenganchando y que comienzan a ver la verdad. Entonces, surgen esos partidos para reenganchar al esos incautos lanzándoles el mensaje que dentro del Régimen (no dicen sistema) es posible la reforma, la reconducción de las cosas y que, a fin de cuentas, la salvación está en el propio sistema de democracia liberal y en el Régimen.
Lo dicho, «la gran mentira universal».