LOS CANDIDATOS A LA PRESIDENCIA FUERON:
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- Felipe González
- José María Aznar
- Julio Anguita
- y el Príncipe Don Felipe
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La mañana del día 15 amaneció antes que otras mañanas, o al menos así lo pareció por el «ruido» que armaron los tertulianos de todas las cadenas en cuanto se pusieron delante de los micrófonos o las cámaras. Todo el mundo hablaba de lo mismo, del Golpe de Estado de Marruecos. Y es que el «notición» de la caída del Rey les había cogido a todos en bragas. Pero, como siempre todos querían saber más que todos. En general desprendían como una cierta alegría, porque todos censuraban al Monarca caído y su corrupta dictadura. Aunque con reservas en cuanto al golpe militar, porque, primero no se sabía en qué iba a desembocar aquello, y segundo, porque, como pensaban algunos, detrás de los militares podrían venir los locos de Al Qaeda (también en 1979 se festejó la caída del Sha de Persia y ya se sabe lo que es el actual Irán).
Otro tanto pasaba con las portadas de los diarios de Madrid.
«El Mundo» titulaba: ASI CAYÓ MOHAMMED VI (Golpe de Estado contra la corrupción)
«La Razón»: Golpe de Estado en Marruecos. EL REY HUYÓ A EGIPTO
«El País»: Estalló en Marruecos LA REVOLUCIÓN DE LAS ROSAS
y “ABC”, más radical: AL QAEDA SE ACERCA.
En conjunto un guirigay de opiniones y una gran variedad de informaciones. Porque cada corresponsal o enviado especial daba su propia versión del golpe marroquí. Tal vez la crónica más creíble y más objetiva era la de Teresa Almansa, la corresponsal de «La Razón» en Marruecos. Escribía esto:
“Bueno, pues ya sabemos más o menos lo que ha pasado este fin de semana en Marruecos. De entrada que un llamado Consejo de la Revolución se ha hecho con el Poder, se ha cargado la Monarquía y ha mandado al exilio al Rey Mohammed VI. Segundo, que el citado Consejo está integrado por cuatro jefes superiores (los generales Hammu, Bugrín, Habibi y Mustafá), seis coroneles y tres comandantes. Y tres, que todo sucedió sin dispararse un tiro y en el mayor de los secretos. El pueblo marroquí no ha sabido nada de nada hasta hoy, lunes 14 de diciembre, cuando las televisiones y las radios lanzaron el primer comunicado del Consejo de la Revolución. Tampoco supimos nada los periodistas acreditados. Sin embargo, esta corresponsal ya está en condiciones de reconstruir una película fiable de los hechos acaecidos durante las últimas 24 horas.
Según fuentes fidedignas todo comenzó en la madrugada del domingo 13, en el palacio de verano de Sjirat, donde el Rey pasaba el fin de semana con su familia y un grupo de colaboradores (entre ellos los Ministros del Interior y de Justicia, Abdelkader Hamada Selma y Mohammed Lamine Bouhail). Sobre las siete de la mañana la segunda brigada de infantería mecanizada, que oficialmente se dirigía desde Kenitra a Agadir para reemplazar a otra de las brigadas integradas en el poderoso ejército del Sur, se desvió de su ruta y en pocos minutos se apoderó del palacio real e hizo prisioneros a todos sus habitantes, incluyendo al Monarca, su mujer (la Reina Salma Bennani) y sus hijos (Moulay el Hassan y Lalla Khadija). Al parecer todo resultó tan fácil porque la Guardia Real no opuso resistencia alguna por órdenes severas del general Oufkir, el Jefe de la Casa militar del Rey y su mano derecha, que era en la sombra uno de los dirigentes de la conspiración.
Era la primera parte de la «Operación Toubkal»: apoderarse del Rey y su familia (El nombre de la Operación lo habían encontrado en el monte Toubkal, el más alto del Atlas, con 4.165 metros).
La segunda parte, que llevaron a buen puerto con meticulosidad de ajedrez, fue ir citando a Palacio y en nombre del Rey a una larga lista de personajes. Los primeros, los hermanos. Los golpistas obligaron al Rey (pistola en mano) a que llamara personalmente a su hermano, el Príncipe Mulay Rachil, y a sus tres hermanas, Lala Meryen, Lalla Asma y Lalla Hasma. Naturalmente, los cuatro fueron detenidos e incomunicados en cuanto llegaron.
Después les tocó el turno a los generales más monárquicos. En este caso el rebelde general Oufkir los fue convocando en nombre del Rey para invitarles a una comida de cumpleaños (ese día cumplía Su Majestad 52 años). Y todos cayeron en la trampa. Hasta el poderoso general Mohammed Madbuh, que mandaba el Ejército del Sur (cuartel general en Agadir) y era el más temido del ejército.
Luego se fueron convocando a una larga serie de civiles relacionados con las estructuras económicas y empresariales, sospechosas de corrupciones, o dirigentes de las empresas controladas por la familia Real.
Fue la segunda parte de la «Operación Toubkal». Porque detenidos los hermanos del Monarca, los generales más monárquicos y más de cien personajes importantes del mundo económico, comenzó la tercera. Y con un sigilo de monjes de clausura los miembros del Consejo de la Revolución fueron situando a sus peones de confianza al frente de todas las unidades militares, por orden del Rey y con su firma. Hubo algún conato de resistencia por parte del general ayudante de la 3ª brigada, con sede en Tánger, el general de brigada Shelwati, pero fue rápidamente apartado del mando y trasladado a una prisión militar.
Y ya a las 19 horas, dominada la situación y controladas todas las unidades militares (un ejército de 200.000 hombres, equipado con el armamento más moderno y sofisticado), cuando los golpistas se plantearon la cuestión más difícil: ¿qué hacer con el Rey? Y ahí hubo sus más y sus menos. Porque los más radicales pedían su ejecución inmediata y recordaban lo que había hecho Hassan II, el padre del Rey, tras el fallido golpe de 1971, fusilar a todos los sublevados sin ni siquiera un juicio. Otros plantearon su encarcelamiento para posteriormente juzgarle por sus corrupciones y su enriquecimiento a costa del pueblo. Pero, a la postre se impuso la opinión del coronel Ababú, que había sido el cerebro «director» del golpe y era en la práctica el nuevo dueño de Marruecos. «Al Rey no se le toca un pelo. Ni a él ni a su mujer y sus hijos. Nosotros no somos unos asesinos. Los metemos a todos en un avión y los largamos. Ya se enterará el mundo de lo que ha sido el Marruecos de Mohammed VI cuando levantemos las alfombras. Así que disponedlo todo para llevarlos al aeropuerto. Y además que sea Su Majestad quien diga a qué país quiere que le llevemos».
A las 22 horas un F-16 de la «Force Arienne Royale Marrocaine» despegaba del aeropuerto de Rabat con destino El Cairo. En su interior iban un hombre hundido, (Rey absoluto y Príncipe de los Creyentes durante 16 años), una Reina desolada y dos principitos asustados.
Pero, esto por lo que se ve no ha hecho más que comenzar.
Al parecer el objetivo número 1 de los sublevados es acabar con la corrupción y limpiar el país de las mafias creadas en torno a la familia Real. De momento el pueblo marroquí ya celebra en las calles la caída del monarca alauita.”
A las 10 en punto de la mañana el Presidente de la Asamblea abrió la sesión e inmediatamente le dio la palabra al Presidente del Gobierno a petición de éste.
“Señorías, como saben todos en Marruecos han pasado y siguen pasando cosas. No me voy a detener en detalles porque sus Señorías ya los conocerán por la Prensa. Pero, si es mi obligación informar a esta Cámara de algo que ha sucedido esta misma mañana y que es importante. A muy primera hora el embajador de Marruecos, Muhammar Ben Barkar, solicitó a través del Ministro de Exteriores una audiencia urgente con el Presidente del Gobierno. Le he recibido a las 9 de la mañana y su urgencia venia motivada para pedirle al Gobierno Español el Reconocimiento del Nuevo Gobierno de Rabat. Al mismo tiempo me adelantaba que los Gobiernos de Francia y Estados Unidos ya lo habían hecho…
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¡Y de los Saharaui ¿qué?!
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…Señor Romero, no sea usted impaciente, que eso viene ahora. Señorías, el señor embajador sólo ha podido adelantarme tres cosas: 1- Que él de momento ha sido confirmado. 2- Que el Consejo de la Revolución se ha tomado 6 meses para normalizar la vida política, social y económica de Marruecos antes de decidir la forma de Estado definitiva. Y 3- que entre sus deseos está el de conceder el Referéndum del Derecho a la Autodeterminación a la República Saharaui en cuanto esté normalizada la situación. Según el embajador el pueblo Saharaui será libre de unirse a Marruecos (si del Referéndum se deduce así) como Estado Federado o declararse Estado Independiente.
Señorías, le he prometido al embajador darle una respuesta en cuanto se manifieste al respecto esta Asamblea Nacional. Así que decidamos aquí si reconocemos hoy mismo o esperamos a ver qué hacen otros Gobiernos en los próximos días. Nada más y gracias señor Presidente.
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Bueno- dijo el Presidente de la Asamblea- pues los portavoces de los grupos de esta Cámara tienen un turno para expresar su opinión.
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Y, naturalmente, se abrió un gran debate. Porque, mientras unos pedían el reconocimiento inmediato otros defendieron que un Estado Democrático jamás debe darle el visto bueno a un Golpe Militar. Pero la sangre no llegó al río y al final se aprobó por mayoría, y pensando en el futuro, que el Gobierno reconociera al Consejo de la Revolución e incluso que mantuviera las mejores relaciones de vecindad. Marruecos y España se necesitarán siempre y todavía están ahí Ceuta y Melilla.
Cerrado este asunto habló el Presidente de la Asamblea:
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Bien, Señorías, ahora entremos en los puntos previstos en el orden del día. Ayer tarde el Presidente de la Comisión Pro República presentó ante esta Cámara varias propuestas sobre las elecciones a la Presidencia de la República y para las Cortes Constituyentes. Si les parece debatimos el primer punto. Por tanto tiene la palabra la portavoz del Partido Popular.
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Soraya Sáenz de Santamaría se levantó, y desde su propio escaño dijo estas palabras:
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Señor Presidente, Señorías, mi grupo está en casi todo de acuerdo con la propuesta de la Comisión. Pero creo que tendríamos que aclarar algo ciertamente importante: si el Presidente tendrá o no poderes o algún poder ejecutivo y cuáles. También, qué duración tiene que tener su mandato (recuerdo a sus Señorías que el Presidente francés tenía 7 años y desde el 2002 sólo tiene 5 y que los Presidentes americanos sólo tienen 4). También queremos que fijemos si la elección se hace a una sola vuelta o a dos o sale vencedor el que más votos obtenga en las urnas. Sí estamos de acuerdo en que el Presidente sea elegido directamente y no por las Cortes, como se hacía en las dos Repúblicas españolas. Y de momento nada más. Gracias señor Presidente.
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Tiene la palabra el portavoz del Partido Socialista.
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Señorías, creo que nos estamos apartando del buen camino. En mi criterio no es éste el momento de definir qué tipo de República queremos ni que Poderes queremos para el nuevo Presidente. Esa será la tarea principal de las Cortes Constituyentes, cuyos componentes saldrán de las elecciones generales convocadas expresamente para ese fin. No olvidéis que la Soberanía es del pueblo español y que será el pueblo español quien diga lo que quiere en las urnas. Por tanto, creo que tanto los Candidatos como los Partidos que se presenten a las elecciones deben tener libertad plena para formular sus programas. Por muy dispares que sean. Salvo el juramento expreso de no apoyar jamás la violencia. Aquel programa o aquel candidato que saque más votos será el indicativo que deberán seguir después los Constituyentes. Porque entonces a las Cortes sólo les quedará el dar forma a esos deseos del pueblo en una nueva Constitución.
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Así que, y dicho esto, lo que yo propongo es el calendario de las elecciones que ha programado el partido Socialista. Y es el siguiente: Estamos a 15 de diciembre, creo que las convocatorias, tanto para la Presidencia como para las Cortes, deberían publicarse por Decreto en el BOE del próximo 23 miércoles. Desde ese día hasta las 12 de la noche del día 20 de enero (ya del 2016) será el tiempo que tengan los candidatos para presentarse como aspirantes a la Presidencia. La campaña oficial puede comenzar el 29 de enero y duraría hasta el día 12. El 13 sería el día de reflexión y el 14 el día electoral y de las urnas. Naturalmente si se acepta este calendario querrá decir que ese mismo día 23 de diciembre la Regencia tendría que disolver oficialmente esta Asamblea Nacional y naturalmente quedaría la Comisión Permanente hasta la Constitución de las Cortes Constituyentes que también debieran fijarse aquí. Mi grupo considera que las Constituyentes deben abrir las puertas el 23 de febrero del 2016. Nada más. Gracias señor Presidente.
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A continuación le tocó el turno a la portavoz de UPyD, doña Rosa Díez, quien se manifestó así:
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Señorías, estoy de acuerdo con todo lo que ha dicho el portavoz del partido Socialista. Creo que todo es sensato. Sin embargo, le quiero añadir unos cuantos puntos que me parecen interesantes.
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El primero que el Gobierno dé instrucciones a todas las Televisiones Nacionales y Autonómicas para que dediquen grandes espacios a las elecciones e incluso espacios formativos donde se explique con detalle el tipo de Repúblicas que hay en el Mundo Occidental. También sugiero que acordemos que los diputados electos en las elecciones generales que no presenten su documentación antes o el día de la constitución de las Cortes pierdan su escaño. Otro tema que debe quedar claro es que todos los diputados electos tendrán que hacer y legalizar ante notario la declaración de sus bienes y patrimonio. Y por último, que para evitar el transfuguismo que ha maleado la vida política española de los últimos 30 años, sugiero que aquí se apruebe que los escaños obtenidos en las urnas sean propiedad del Partido que haya presentado al candidato y no de los propios candidatos. Bueno, son sólo unas sugerencias que propongo en nombre de Upyd. Gracias señor Presidente.
Y así continuó durante una hora más el debate sobre el calendario electoral.
A las 12 en punto se produjo la votación y el resultado fue el siguiente:
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A favor = 357
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En contra = 125
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Resto = abstenciones.
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El día 23 el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba dos decretos firmados por los miembros de la Regencia. Uno señalaba las elecciones para la Presidencia de la República el 14 de febrero del año 2016. Otro fijaba para esa misma fecha las elecciones a Cortes Constituyentes. También se fijaba que la Campaña oficial sería del 29 de enero al 12 de febrero y el 13 sería la jornada de Reflexión. Y se fijaba el 20 de enero como fecha tope para la presentación de Candidatos y las listas de los Partidos Políticos.
Ese mismo día 23 la Asamblea Nacional acordó por unanimidad y entre aplausos la Disolución de la misma. Momento que el Presidente, el popular Acebes, aprovechó para pronunciar el mejor discurso de su vida, aplaudiendo la generosidad de los miembros de la Asamblea para Autodisolverse. Claro que lo que el Presidente no recordó fue que la mayoría se autodisolvía porque todos aspiraban a volver a la Cámara tras las Elecciones Generales y como diputados en las Cortes Constituyentes. No obstante, se constituyó la Comisión Permanente, que asumiría la representación de la Asamblea disuelta para resolver los problemas de urgencia que se pudieran presentar.
Pero, los Partidos no esperaron ni se ajustaron a las fechas señaladas. El primero en adelantarse fue el PSOE, que inmediatamente convocó al Comité Federal para el día 7 de enero y hacer público el nombre de su candidato para la Presidencia de la República. Y fue ese día cuando se supo que el elegido por unanimidad había sido Felipe González. Curiosamente la reunión del comité Federal estaba presidida por Alfredo Pérez Rubalcaba, como Secretario General del Partido; Narcís Serra, como Presidente, y Ramón Jáuregui, como Secretario de Organización.
Y Felipe González no se hizo esperar. Ya el día 8 apareció una larga entrevista en “El País” en la que el socialista adelantaba más o menos su programa. Aunque llamó la atención que en sus declaraciones se hablaba más de Europa que de España (no hay que olvidar que Felipe era todavía Presidente del Comité de Sabios del grupo de reflexión sobre el futuro de la Unión Europea). Y el domingo día 10 pronunció una conferencia en el Círculo de Bellas Artes, que respaldaba el Círculo de Empresarios y los Sindicatos.
La conferencia versó, ¡cómo no!, sobre “Mi idea de Europa”. Felipe González se extendió en el tema más de dos horas y casi otra hora más en un turno de ruegos y preguntas.
En resumen el candidato (aunque no todavía oficialmente) para la Presidencia de la República dijo:
“La crisis, desencadenada por los fallos y abusos del sistema financiero, con tan graves consecuencias en la economía real, aparece como un parteaguas de la historia en un proceso de cambio mundial que arranca con la caída del muro de Berlín y la irrupción con fuerza de la revolución tecnológica.
Los acontecimientos indican que hay ganadores y perdedores en este cambio global. Si la Unión Europea no quiere estar entre los perdedores, como viene ocurriendo, tiene que reaccionar coordinadamente ante la crisis y definir estrategias de reformas estructurales profundas para el horizonte de los próximos veinte años.
Hay que ligar las respuestas anticrisis con las reformas de futuro que necesitamos. Hablar de la Unión Europea y no sólo de los países que la integran uno a uno tiene sentido porque somos interdependientes: los veintisiete compartimos un mercado único y dieciséis países una moneda, con la política monetaria del Banco Central Europeo y un Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Actuando por separado perderíamos las sinergias que se necesitan para afrontar los desafíos de la nueva realidad global y lo que lesione a una parte del conjunto terminará afectando a todos. Pero hay que ir más allá de este pacto, para hacer realidad la Unión Económica y no sólo Monetaria, que nos permita evitar las divergencias económicas que ponen en peligro la estabilidad del conjunto.
En el interior de la Unión Europea tenemos problemas comunes de inserción en la economía global, la llamada economía del conocimiento, y a la vez hay situaciones diferenciadas en cada país por sus específicas realidades económicas y sus modelos productivos. El conjunto de la Unión pierde competitividad en la economía global. Algunos países viven desequilibrios de balanza de pagos y déficit comerciales incompatibles con la interdependencia alcanzada, con el funcionamiento de una sola moneda y con un mercado interior sin fronteras. Por eso, la crisis financiera ha hecho saltar por los aires el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, provocando choques asimétricos en la zona euro y grandes desequilibrios en las cuentas públicas.
Necesitamos sumar fuerzas con acuerdos que se puedan operar con eficacia entre los gobiernos y las instituciones de la Unión Europea, entre éstos y los interlocutores económicos y sociales y que incluyan nuestra realidad de poderes regionales y locales. Hace falta un liderazgo claro y una capacidad de diálogo sostenida. La situación de la Unión Europea es de emergencia, tanto por la dureza de la crisis y sus efectos en nuestra realidad social y económica, como por los cambios estructurales que debemos producir para afrontarla y encauzar nuestro futuro a medio y largo plazo.
No debemos caer en la autocomplacencia destacando avances históricos indiscutibles como bazas a nuestra disposición para no actuar con la energía que se precisa Necesitamos generar en la ciudadanía y en los interlocutores sociales y económicos un compromiso fuerte para afrontar los retos que tenemos por delante. Si no decimos con claridad las cosas, no nos van a creer y el debate seguirá siendo defensivo e inoperante.
Asumamos que nuestro modelo es el de la economía social de mercado, exitoso en la posguerra, en fases de desarrollo de la economía industrial y de servicios propia de la segunda mitad del siglo xx, pero no adaptado a la realidad presente. Recordemos que hemos llevado a cabo una ampliación de dimensión histórica hasta veintisiete países y casi quinientos millones de ciudadanos, o que el euro es una pieza clave de nuestra arquitectura política y económica, como tantas cosas que se han realizado en más de medio siglo de progreso social, económico y político. Eso está ahí como prueba de lo que se puede hacer para superar las difíciles circunstancias vividas por Europa en la primera mitad del siglo pasado.
Pero tenemos que enfocar nuestro discurso y nuestra acción en los problemas que tenemos que resolver ante la nueva realidad global, conectando la salida de la crisis —¡que sigue siendo incierta!— con las reformas de fondo necesarias a medio y largo plazo. Sin imaginar que ese medio y largo plazo admite espera, porque debemos recuperar el retraso producido por el fracaso en la aplicación de la Agenda de Lisboa.
Continuará
Autor
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Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.
Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.
Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.
En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.
En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.
Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.
Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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