21/11/2024 15:11
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La soberbia, innata al ser humano, de la que los romanos decían que si cegaba a los dioses, podíamos imaginar lo que era capaz de hacer con los hombres, nos impide reconocer que somos criaturas cuyas vidas están sujetas a los inescrutables designios de la Divina Providencia, motivo por el cual no reconocemos Su directa intervención cuando se produce; lo que es de continuo, sobre todo en momentos especialmente significativos y cruciales de la historia. La categórica afirmación “Sin Mí nada podéis”, avala y resume lo dicho. Este es el caso palpable de la emanación de Francisco Franco como Caudillo de España (y Generalísimo y Jefe del Estado) aquel 1º de Octubre de 1936, hoy tan lejano en el tiempo como cercano en el ánimo y en los sentimientos.

No encontramos en la Historia nada más que un hecho idéntico al surgir de Franco como Caudillo de España; y, aún así, y sin disminuir un ápice su enormidad, creemos que, bien que sólo por las circunstancias, no llegó ni a su talla, ni tuvo tanto alcance. Nos referimos a Don Pelayo. Los dos fueron emanación directa del pueblo español. Éste por los eximios restos de una España que se había dejado someter sin luchar, en franca retirada, a un tris de extinguirse como pueblo y como nación. Aquél, por una España en marcha, libre, orgullosa y decidida no sólo a no someterse, sino más aún, a volver a ser lo que durante siglos fue: el mayor imperio que el mundo ha conocido, en el que no se ponía el Sol, vanguardia de lo material, pero más y mejor aún de lo espiritual, base y alimento de ello.

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Don Pelayo fue elegido por los españoles refugiados en los riscos asturianos, último y desesperado baluarte nacional frente a la invasión mahometana producto de la traición, la corrupción y decadencia de una civilización, la hispano-visigoda, que había perdido la Fe y dado la espalda a Dios. Franco, en cambio, fue elegido por aquella mitad de españoles que, conservando la Fe, de cara a Dios, resistía bizarramente en sus baluartes interiores, sus almas, a la invasión bolchevique que con insidia satánica había corroído hasta las entrañas a la otra mitad. ; en definitiva, una raza que no está dispuesta a someterse, a claudicar, a rendirse, a desaparecer, a convertirse en un vago recuerdo… o al menos a no hacerlo sin luchar hasta vencer o morir.

Franco, como Pelayo, fue Caudillo por la gracia de Dios, no se puede decir de otra manera, ni de otra forma se puede comprender, porque los que le eligieron sólo fueron herramientas de la Divina Providencia que se vale de los hombres para intervenir en su historia cuando, por su infinita misericordia, se apiada de su desbarre y decide ponerle remedio haciendo surgir de entre ellos un hombre excepcional al que dota de autoridad, prestigio y cualidades superiores e incuestionable para conducir a los demás. Claro que para que se decida a tan directa acción, exige que exista un poso suficiente que, además de merecerlo, pueda servir de levadura para que se multiplique exponencialmente. Los pueblos, el español si cabe aún más, precisan de caudillos que los dirijan, pero los caudillos son obra de Dios que regala sólo a quienes procuran merecerlos. Franco lo fue porque, como se demostró, al menos media España lo merecía, por eso surgió.

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Pelayo sembró una semilla. Franco también la suya. La de aquél tardó en fructificar casi ocho siglos, quien la sembró no vio su fruto, el mayor y mejor que el mundo jamás ha visto ni volverá a ver. La de éste parece hoy deshecha, “pero la obra queda”, puede que tarde otros ocho siglos en madurar, y desde luego nosotros no lo veremos, pero lo hará… si, inaccesibles al desánimo, seguimos regando en el corazón de los españoles, cada cual lo que pueda por poco que sea o parezca, el imperecedero ejemplo de ambos caudillos y de todos aquellos que les siguieron y que, como ellos, reposan hoy en sus merecidos luceros pues “La vida sólo merece vivirse cuando en ella se realiza, o al menos se intenta, una obra gigante”, y no hay otra mayor ni mejor que la de volver a hacer grande a España. A España, que es inmortal porque, aún con sus periódicos desafueros, ha sido siempre, y seguirá siendo, brazo predilecto de la Divina Providencia. No desmayemos, pues el ejemplo de Franco y de Don Pelayo es eterno si nos mantenemos firmes, prietas las filas, inasequibles al desaliento y cara a Dios.

Autor

Francisco Bendala Ayuso
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Geppetto

Muy arriesgada comparacion que no lleva a ninguna parte.

Lúpulo

Y que haya ex-militares que aboguen por la supresión de la Guardia Civil.

Marlaska condecora a Manolita Chen, referente transexual condenada por tráfico de drogas»El ministro concede a la activista, uno de los símbolos del colectivo LGTBI, la medalla al Mérito de la Guardia Civil, con motivo de la de la festividad de Nuestra Señora de la Virgen del Pilar, este próximo 12 de octubre. En marzo de 2005, la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Cádiz condenó a Chen a una pena de tres años de prisión y una multa de 1.500 euros por un delito contra la salud pública relacionado con el tráfico de estupefacientes. El juicio contra la acusada, para el que fueron citados 25 testigos, se suspendió finalmente tras alcanzar las partes un acuerdo poco antes de que comenzara la vista. La defensa consiguió, de esta forma, reducir a la mitad los seis años de cárcel que pedía el Ministerio Fiscal y se aseguraba que la artista, que por entonces se encontraba en prisión preventiva en la prisión gaditana de Puerto II, fuera puesta en libertad en un breve lapso. La sentencia dio por probado que Manolita Chen traficaba de manera habitual con sustancias estupefacientes desde la casa-museo que poseía en la localidad gaditana de Arcos de la Frontera».https://www.laverdad.es/nacional/marlaska-condecora-medalla-guardia-civil-manolita-chen-20230922184427-ntrc.html

Lúpulo

¿La mitad de los españoles eligió a Franco? ¿O lo eligió la embajada británica, más bien?

Geppetto

Que los britanicos eligieron a Francisco Franco?
Pongase a la sombra que este veranillo no le esta sentando bien

Aliena

Buen y bello artículo pero… no sé, ¿»la obra queda» de verdad? Temo que haya demasiados ejemplos en la Historia que desmienten esta afirmación.

Lúpulo

¿De dónde salió el Dragon Rapide, sr lince?
«Bolín ha invitado a comer en Simpson’s, un restaurante situado en el Strand londinense, a sus dos amigos para solicitarles ayuda. Hace tres días, el 6 de julio de 1936, el director de ABC, Juan Ignacio Luca de Tena, le ha llamado desde Biarritz para solicitarle un servicio: “Necesito que contrates en Inglaterra un hidroavión capaz de volar directamente desde las Canarias a Marruecos, si es posible a Ceuta. Un español llamado Mayorga te facilitará el dinero preciso; trabaja en la City, en la banca Kleinwort. El aparato tiene que estar en Casablanca el sábado próximo, 11 de julio”. Los conspiradores deberán conformarse con un magnífico aparato que la empresa Olley Air Service tiene en el aeropuerto de Croydon. Se trata de un De Havilland bimotor modelo Dragon Rapide de siete plazas. Al menos es fiable. Jerrold les tiene que ayudar a encontrar a alguien que acompañe a Bolín durante el viaje para enmascarar las intenciones del mismo.El piloto será Cecil W. H. Bebb. La tripulación la completarán un mecánico y un radiotelegrafista. Nadie pide cuentas sobre el destino y la misión. El aire misterioso del viaje se diluye con fondos que cubran pólizas e, incluso, el coste íntegro del avión en caso de accidente. El duque de Alba y De la Cierva se comprometen a aportar esa última cantidad. También el duque se entusiasma con la convicción de que Franco va a acaudillar la rebelión».
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20200711/482147732769/dragon-rapide-guerra-civil-francisco-franco-18-julio-golpe-estado.html

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