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Nota de Redacción: rescatamos otra entrevista- Sánchez Dragó, Ortega Smith, Arévalo, Carlos Bardavío, Rafa de la Unión y largo etc.- de nuestra fabulosa entrevistadora Barbara Shields al Cardenal Don Carlos Osorio. Durante esta entrevista estuvo presente un misterioso «mediador» vestido de traje civil quien sorprendentemente, con cierta severidad y displicencia, arbitró las preguntas y hasta las propias respuestas del Cardenal. Es inevitable preguntarse quién puede tener esa clase de autonomía, de verdadera autoridad, para redirigir la entrevista que no sólo parecía depender de la voluntad de tan alta autoridad eclesiástica.
Me encuentro en el Palacio Arzobispal de Madrid. Citada con el Excmo. Cardenal Don Carlos Osoro.
Me siento en la obligación de reseñar que, en esta entrevista, la dificultad y la tensión permanentes marcaron en todo momento el paso del encuentro. Bajo una presión sin precedentes hasta ahora. Fui advertida justo antes de comenzar la entrevista, durante la misma y después. Cierto es que, me sentí de alguna manera arropada por el halo de paz y serenidad que el Cardenal Osoro me transmitió en todo momento. De corazón a corazón. Profunda y eternamente, gracias, Cardenal. (Impresiones a pie de entrevista)
Antes de comenzar la entrevista, el cardenal, muy interesado, me pregunta sobre mis familiares religiosos. Charlamos sobre ellos durante unos minutos y se preocupa por saber quiénes eran, de qué Diócesis y dónde estuvieron. Le gustó conocer sobre las misiones que realizó uno de mis tíos sacerdote y el museo que han creado sobre su labor.
El 19 de noviembre de 2016, el papa Francisco lo nombra Cardenal. Cursó, estudios de Magisterio, Pedagogía, Matemáticas, Filosofía y Teología. Nombrado, Secretario General de Pastoral, Delegado de Apostolado Seglar, Delegado Episcopal de Seminarios y Pastoral Vocacional y Vicario General de Pastoral, Vicario General, Canónigo de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Santander, Rector del Seminario de Monte Corbán de Santander, Director del centro Asociado del Instituto Internacional de Teología a Distancia y Director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Agustín, dependiente del Instituto Internacional y de la Universidad Pontificia de Comillas. Obispo de Orense, arzobispo de Oviedo y Administrador Apostólico de Santander.
Benedicto XVI le nombró arzobispo de Valencia, y el papa Francisco le nombró arzobispo de Madrid. Fue Patrono vitalicio de la Fundación Universitaria Española y Director de su seminario en Teología desde noviembre de 2008. Fue miembro de Honor del Colegio Profesional de la Educación de Madrid desde septiembre de 2016. Después de su asistencia a la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos del 4 al 25 de noviembre de 2015, dedicada a la familia, el 14 de noviembre de ese año, el papa Francisco lo designó como uno de los miembros del XIV Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispo. Organismo que es permanente y que tiene como labor, la organización del Sínodo, en colaboración con el Pontífice, así como la elaboración de los textos y la documentación que servirá para los estudios de la Asamblea. El 9 de junio de 2016, el papa Francisco estableció un Ordinariato para los fieles católicos orientales residentes en España y nombró a Monseñor Osoro como su ordinario. Creado cardenal por el papa Francisco el 19 de noviembre de 2016. El 23 de diciembre de 2017, el Santo Padre lo nombró miembro de la Congregación para la Educación Católica. Es Vicepresidente de la CEE desde el 3 de marzo de 2020. Es miembro de la Comisión Ejecutiva, de la Comisión Permanente y miembro del Consejo de cardenales de la CEE. Fue miembro del Comité Ejecutivo de 2017-2020, organismo del que ya había sido miembro de 2005 a 2011. Durante el trienio 2014-2017 fue vicepresidente de la CEE. De 1997 a 1999 fue miembro de la Comisión Episcopal del Clero. Ha sido Presidente de esta Comisión de 1999 a 2002 y de 2003 a 2005 y Presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar desde 2011 a 2014. (Parte, extraída, de la web de la conferencia episcopal)
B.S.: Cardenal, agradezco enormemente su bondad y entrega al haberme concedido la oportunidad de entrevistarle. Es todo un honor. Sé que la dedicación de su tiempo es sagrada. También lo agradezco al padre Ángel, con quien tuve también el honor de colaborar y fue quien nos presentó.
PADRE ÁNGEL, B. SHIELDS, CARDENAL OSORO |
B.S.: ¿Cuándo siente la llamada de Dios para la dedicación de la vida clerical?
CARDENAL OSORO: Cuando pienso, desde joven, desde pequeño, me gustaba lo que hacía el sacerdote, Don Jesús o Don Manuel. En mi pueblo. Y según he ido creciendo, en el colegio de los Salesianos, pensé que yo podía estar llamado a eso. Después terminé la carrera. Recuerdo que se lo dije a mis padres y me dijeron, – tú estudia y si crees que debes de seguir, estudia, termina algo… –. Desde jovencillo he sentido que el Señor me llamaba para dedicar mi vida a los demás, y no encontré otra manera mejor de dedicarla que siendo sacerdote. Terminé la carrera, estuve dando clases en Santander. Yo soy nacido en Santander.
B.S.: Sí. Lo sé.
CARDENAL OSORO: Estuve en La Salle, estuve dando clases en la Universidad, en Cantabria, en la escuela de Magisterio. Todo eso me llevó a plantearme marcharme, entonces, al seminario que llamaban de Vocaciones tardías que estaba en Salamanca. Coincide que yo tenía de obispo de Santander a don Vicente Puchol, que había sido sacerdote en Valencia. Era valenciano. Fue obispo de Santander. Con él, planteo la vocación, y él, que había sido fundador junto con otros sacerdotes de un seminario para los que entraban con alguna carrera y que venían de la vida civil, ahí entré. En Salamanca. Allí hice toda la Filosofía y la Teología, en la Universidad Pontífice de Salamanca. Cuando termino, regreso a Santander cuando estaba de obispo Don Juan Antonio del Val. Me ordena él de obispo, en la parroquia de la Bien Aparecida de Santander. Estuve de sacerdote en Torrelavega un año. Me dediqué mucho a los jóvenes. ¡Hoy he comido con uno de los “jóvenes” que ya es abuelo! Al año, me nombra Vicario General de la Diócesis, y estuve 20 años trabajando con él. Fui Rector del Seminario, abrí el Seminario de Santander que llevaba 20 años cerrado. Lo dejé abierto con chicos que querían ser sacerdotes. De ahí me nombran obispo de Orense, a los 5 años, arzobispo de Oviedo, después arzobispo de Valencia, y después arzobispo de Madrid que es donde estoy.
B.S.: Hasta llegar a Cardenal.
CARDENAL OSORO: Hasta llegar a Cardenal aquí en Madrid.
B.S.: ¿En su familia ya tenía algún religioso?
CARDENAL OSORO: No precisamente. Yo tenía a unas abuelas, porque a mis abuelos yo no les conocí. Tengo una referencia de mi abuelo materno, pero de muy pequeñito. De cuando nos veíamos en su casa del pueblo en verano. Venían mis primos y muchísima gente y nos veíamos allí. Claro, era yo muy pequeñito. Pero a las abuelas sí que las conocí. Tanto a la materna como a la paterna. Pasaban mucho tiempo en mi casa.
B.S.: ¿Pero tenía familiares religiosos como tal, sacerdotes…?
CARDENAL OSORO: No. No tenía nada. Mis abuelas por ejemplo eran muy religiosas, pero no había nadie en la familia.
B.S.: Y después de usted Cardenal, tiene a algún sobrino o…
CARDENAL OSORO: Pues no. Los que tengo están casados.
B.S.: ¿No hay ningún sacerdote más?, ¿ninguna monja?
CARDENAL OSORO: No hay ningún sacerdote más. Ninguna monja tampoco.
CARDENAL OSORO Foto: P. T. |
B.S.: Bueno, a ver si cunde más el ejemplo que buena falta hace ¿verdad? ¿Hasta qué punto la vida religiosa es fácil?, ¿a qué dificultades se puede enfrentar?
CARDENAL OSORO: Bueno, creo que el ministerio sacerdotal es una llamada. La tienes que sentir en lo más profundo de tu corazón, si a ella respondes también sabes a qué te lleva esa vida. Qué compromisos son esenciales los que tienes que hacer. Entonces, me parece que, en la medida que eso, lo vas integrando en tu existencia, te facilita el vivir una vida en alegría, una vida entregada que tú sabes que no es para ti mismo, sino que es para el servicio de los demás, y que tú la regalas a los demás ¿no? Como dice nuestro Señor, que no tuvo a menos siendo Dios hacerse hombre, pero para estar en medio de los hombres. ¿Dónde descubrí eso? Recuerdo el primer día de clase que di yo y vi a los chavales allí. Al terminar pensé, a estos les puedo enseñar muchas cosas, pero ¿no podré hacer algo más por ellos? Es decir, lo que yo había pensado en otras ocasiones pero que no lo había hecho. El primer día de clase a mí me surgió esto, ¿por qué no entregar yo, también, la noticia de Jesucristo? No solamente noticias que son válidas para crecer, para suscitarse la vida.
B.S.: ¿Qué edad tenía por aquel entonces?
CARDENAL OSORO: Pues 24 o 25 años… Así sucedió. Recuerdo que terminé la clase. Me dirigía con un padre jesuita de la Comunidad de Santander, me confesaba y charlaba con él, y enseguida preparé las cosas para marcharme. Y vuelvo a decir que, coincidía que estaba de obispo mío Don Vicente Puchol que era uno de los fundadores del Seminario de Educaciones tardías, los que entrábamos ya con una carrera. Y había muchos mayores que yo. ¡Me encontré compañeros míos de 70 años! ¡Yo era de los jóvenes! Y así empecé yo.
B.S.: En la vida de un religioso, ¿es lo mismo la vida religiosa que la vida personal?, ¿va todo ligado?
CARDENAL OSORO: … Sí. Creo que claro que va ligado porque si es de verdad una vida cristiana, te remite siempre a los demás, no a ti mismo. Tu existencia personal está remitida también a otra gente, pero claro, aquí la radicalización es grande. Porque lo que sí es verdad es que tu entrega la entregas para los otros no para ti mismo, y para servir a los demás.
B.S.: ¿Ha sido también misionero?
CARDENAL OSORO: No. No he estado en misiones. He promovido en todos los sitios en los que he estado. Primero en Santander, mi tierra. Yo estuve un año en una parroquia. Al año me nombran Vicario General y terminé de Vicario General en la Diócesis de Santander. Veinte años que estuve y de Rector en el Seminario. Y en una conversación con el obispo de entonces, Don Juan Antonio del Val, que por cierto era un santo. (Se lleva la mano al corazón), lo tengo así, constatado, además. Por obras y por cosas públicas. Pues un día le digo yo, porque estaba cerrado el Seminario durante 20 años, -aquí, si no hacemos algo, no hay vocaciones-. A la semana, el obispo baja a mi despacho y me dice, – he pensado lo que me has dicho, vamos a abrir el Seminario el año que viene, pero vas a ser tú el que vas a abrir el Seminario –. Le respondí, – me parece bien. Lo que usted diga. Tengo que nombrar un Vicario General –, y el obispo respondió, – no. Vas a ser tú Vicario General. Búscate dos curas más que te ayuden a abrir el Seminario, los que tú quieras de la Diócesis. Pero no lo puedes dejar porque si no estás aquí en gobierno, no te facilitará la vida para abrir el Seminario –. Y así empecé yo.
B.S.: ¿¡Le parece poca misión!?
CARDENAL OSORO: Prácticamente los sacerdotes que hay allí en Santander, prácticamente, los más jóvenes, son todos de mi época.
B.S.: ¿Cree que la religión católica hoy en día está en crisis?
CARDENAL OSORO: Yo creo que no. Es decir, yo creo que una cosa es que haya dificultades a veces para seguir a nuestro Señor, gente que a lo mejor haya abandonado la Iglesia o estén en crisis. Pero yo creo que no. En lo más profundo del corazón del ser humano, yo cada día percibo más que hay una necesidad de llenar ese corazón de cosas importantes, y no hay cosa más importante que Dios. Se puede llenar de cosas, de tener, de hacer, pero eso crea vacíos mucho más profundos. La prueba es que lo estamos viendo. Los vacíos que hoy existen en las personas son tremendos y eso no se arregla con cataplasmas, solo Dios puede ocupar la existencia de un ser humano. A mí me parece que hoy hay más necesidad que nunca de anunciar el Evangelio. Convencido absolutamente de que en el anuncio del Evangelio está la clave para sacar adelante al ser humano.
B.S.: ¿Cree que se pueda estar tergiversando la religión católica con el aumento de sectas en España?
CARDENAL OSORO: Bueno… Precisamente el aumento de sectas es por la necesidad de los religiosos. Hay hambre de llenar la vida. Yo creo que si se presenta muy bien la densidad que tiene la fe católica, no hay problemas. Que lo presentemos bien. Bien en contenidos, bien sobre todo en coherencia de vida, porque eso arrastra. Yo creo que la belleza que tiene la Iglesia en si misma, si vivimos bien de la formulación que hizo el Señor de la Iglesia, no hay miedo a nada. Cualquier cosa que se desbarre es pasajera ¿no?
B. SHIELDS y CARDENAL OSORO Foto: P. T. |
B.S.: Ahora que habla sobre la formulación que hizo el Señor de la Iglesia, ¿podría definirlo para aquellos que efectivamente lo tengan tergiversado?
CARDENAL OSORO: La Iglesia es un pueblo que el Señor constituye en el inicio mismo con aquellos Doce Primeros, que salen después de que reciben el espíritu del Señor, a anunciar el Evangelio y comienza un movimiento que no ha parado hasta ahora. Un movimiento que se ha extendido por todos los lugares de la tierra. Ellos fueron los primeros en salir del solar de Palestina a anunciar el Evangelio a todos los lugares. Y eso sigue existiendo y sigue dándose. La Iglesia, yo creo que es un hogar, es madre. Cuando de verdad entras en el seno de ella ves todo lo que te da; te da la noticia de nuestro Señor, encuentras el cariño y el amor de los hermanos, encuentras lo más grande, encontrar a Jesucristo, que se hace presente. Encuentras lo que puede significar en tu vida como proyecto de vida el Misterio de la Eucaristía, donde Dios se hace presente en tu vida también, se reparte para todos los hombres para acogerlo en el corazón de cada uno. Y para organizar la vida, no desde cualquier manera, sino con la fuerza, con la gracia y con el amor vivo de Jesucristo. Yo, en la Iglesia he encontrado a mi madre, lo mejor que tengo en mi vida me lo ha dado la Iglesia. A mi Iglesia han pertenecido mi padre y mi madre. Humanos, que me han traído a este mundo.
B.S.: Ha dicho la palabra clave, humanos. Exacto.
CARDENAL OSORO: En esta Iglesia he encontrado a Jesús que es el camino, la verdad y la vida, y la amo entrañablemente.
B.S.: ¿Me podría decir quién fue y quién es Jesucristo?
CARDENAL OSORO: Es la razón de mi vida. Es Dios mismo que se ha hecho hombre y es el único que da sentido a todo lo que yo he hecho y a los compromisos que yo he ido descubriendo junto a Él.
B.S.: Se emociona cuando me habla de ello. Es bonito. El papa es el sucesor de Cristo en la tierra. Entiendo Cardenal, que es usted plenamente consciente de ser un posible candidato a papa. ¿Hasta qué punto se ve en El Vaticano?
CARDENAL OSORO: Yo nunca me he visto así. Yo creo que he llegado a Cardenal, no digo por casualidad porque casualidades no hay en la vida, sino por designio del Señor. Pero yo creo que el Señor sabe distinguir quién vale y quién no vale para eso. Y yo, por mucho que investigo mi vida, no creo que tenga las cualidades necesarias para asumir una tarea de las dimensiones, que, como sucesor de Pedro, tiene. Sí puedo ayudar como lo estoy haciendo en la medida en que puedo, desde la Diócesis de Madrid, pero anteriormente desde todas en las que he estado, sin ser Cardenal. He sido Vicario General de la de Santander, he estado de obispo de Orense. Comencé en Orense. Arzobispo de Oviedo, arzobispo de Valencia y ahora aquí. En todos los sitios me he encontrado con la ayuda de nuestro Señor, que me ha dado además muchas ayudas. Y he podido ejercer mi misterio en una entrega total. Aquí en Madrid es donde recibí el nombramiento de Cardenal de la Iglesia, y lo ejerce con los límites que naturalmente tengo también, pero, yo diría que con todas las fuerzas que tengo en mi vida. Para mí, el papa no es un número más, es el sucesor de Pedro, y yo me he puesto a su lado para ayudarle en la misión que tiene.
B.S.: Pero como bien se dice, los designios del Señor son inescrutables.
CARDENAL OSORO: Bien, pero yo estoy convencido que el Señor busca a la gente que cree en cada momento y por supuesto, yo no me creo que esté, primero por edad y segundo porque me parece que está en…
B.S.: Perdón Cardenal, por edad, creo que es más candidato aún.
CARDENAL OSORO: (Sonríe humilde) No sé…
B.S.: ¿Puede definirme qué es la bondad?
CARDENAL OSORO: Es creer en el amor de Jesucristo. Por eso la gran tarea es, por una parte, dejarse amar por el Señor, y cuando uno experimenta ese amor del Señor en la vida, lo que Él te quiere, lo que Él te ayuda, lo que Él te perdona, lo que Él construye en tu vida cuando le dejas entrar de verdad en Él, me parece, que eso es el amor. Y eso, no solamente dignifica tu persona, sino que te hace dignificar a todos los que encuentras porque no tienes otro regalo para ellos más que amarles, incluso a veces aunque te cueste en algún momento.
B.S.: ¿Y el buenismo qué es?
CARDENAL OSORO: Tal como lo entiendo y entrecomillado es malo. Es decir, lo que es bueno es amar con el amor de Cristo y amar con el amor de Cristo es hacer posible que el otro resucite, que tenga vida, que tenga fuerza, que tenga el mismo amor que tienes tú. Eso hace hombres y mujeres intrépidos, protagonistas, capaces de abrazar a todos los hombres, capaces no solamente de saber rezar de memoria el padre nuestro, sino saberse protagonistas de un Dios, que te ha dicho que eres hijo de Él y que por lo tanto eres hermano de todos los hombres, sean quienes sean. Todos son tus hermanos. A ver cómo llevas ese amor a todos. Algunos te costarán más y otros menos.
B.S.: ¿Puede definirme qué es la maldad?
CARDENAL OSORO: En el fondo es la negación de Dios. Es decir, si tú tienes a Dios dentro, claro, no eres un santo, pero enseguida distinguirás, que a lo mejor lo que sale de ti no puede ser lo que organice la vida, ni la tuya, ni la de los que tienes alrededor. La maldad es negar a Dios. Tú has recibido su amor y tienes que entregárselo.
B.S.: Respecto a los exorcismos que aumentaron hace pocos años, ¿a qué cree que es debido?
CARDENAL OSORO: ¡El maligno existe eh! No es algo nuestro. Y por tanto, como existe, es debido a que el maligno está presente y actuando en este mundo. ¡Eh! Lo que sí hay que tener son las armas que destruyen o que hacen que a mí no me venga el poseedor del mal.
B.S.: ¿Qué personas son más propensas a padecer una posesión demoníaca?
CARDENAL OSORO: Creo que todo ser humano es propenso a, si no tiene cuidado, a dejarse llevar por el mal. Todo ser humano. Solamente, el ser humano que se abre totalmente a Dios es el que creo de alguna forma incapacitado, para tener otra cosa distinta que no sea Dios en su vida. Y lo mismo son los santos. Los santos son de muchos estilos. Cuando uno ve las páginas de los santos encuentra hombres y mujeres de todas las edades, de todos los estilos. Con una capacidad especial para llevar el amor a los demás. ¿Qué llevan con ellos?, pues el amor a los demás. Nada más. No tenían una cosa especial.
CARDENAL OSORO y B. SHIELDS Foto: P. T. |
B.S.: Según el padre Fortea (sacerdote más conocido experto en exorcismos en España), y el padre Amorth, (italiano, quien falleció no hace mucho), mantienen que, en las esferas del poder existe el mal. Pero el padre Amorth sostenía por ejemplo que, a Stalin y a Hitler no les valdría con un exorcismo puesto que ellos obedecían la voluntad de la maldad del diablo. ¿Qué opina al respecto?
CARDENAL OSORO: Opino que claro está. El que abre la vida al mal, no se la abre a Dios. Naturalmente lo que recibe es lo que va a dar. Si yo recibo maldad en mi vida, eso es lo que entregaré. Por eso la importancia que tiene el abrirse a Dios, porque el que abre la vida a Dios, con los límites que uno tenga, naturalmente está llenando su vida de algo que le hace salir a los demás con la fuerza y con la gracia de Dios.
B.S.: ¿Y esas personas que dicen que Dios les ha abandonado y que solamente le hacen daño?
CARDENAL OSORO: Dios nunca abandona absolutamente a nadie.
B.S.: ¡¿La gente se aparta de Dios?!
CARDENAL OSORO: Claro. Somos nosotros con la libertad que tenemos. Dios ha venido para darnos vida y para darnos un abrazo a todos los hombres. ¡Somos libres eh!, ¡Dios nos ha hecho libres! Y el que no se deja abrazar por Dios, sentirá el riesgo de que se dejará abrazar por otras vías distintas, pero Dios no hace exterminio de nadie, ni relega a nadie a nada. Para Dios todos somos hijos y está buscándonos permanentemente.
B.S.: En Derecho Canónico, uno de los motivos más graves de nulidad eclesiástica, son las patologías tan graves como la neurosis y trastornos de la personalidad como la psicopatía. Una persona con estas características mentales, una vez que se le reconoce y se le concede la nulidad eclesiástica, ¿tiene prohibición de volverse a casar por la Iglesia?
CARDENAL OSORO: Es decir, una persona que no está en sus casillas naturalmente no debe de casarse, lo notará el compañero. Yo no me uno a una persona que yo vea mal. Dios nos hace libres. La prohibición es la que yo pueda hacer a una persona… Es decir, si yo veo que alguien entra por la puerta y veo que puede hacer daño, le echo rápidamente. Me parece que es una cuestión de dos personas, que se conocen, que van a construir de sus dos vidas una sola vida, que eso es al fin y al cabo el matrimonio, pues naturalmente si yo veo que tengo al lado a alguien con quien no lo voy a poder hacer, no vale. Me retiraré de ello. Dios no nos hace esclavos, nos ha hecho libres y en esa libertad nos encontramos con Él. Y en esa libertad entra en nuestra vida y tenemos que actuar. Dios nos pide que actuemos.
B.S.: No me importa confesarlo. En 2013 me concedieron la nulidad eclesiástica. Mi ex marido fue diagnosticado psicópata en potencia. Cuando me llamó la abogada eclesiástica, a quien agradezco fue una bella y brillante abogada, me dio la enhorabuena y me anunció la nulidad y añadió, – él tiene prohibición de volverse a casar, si quisiera volver a hacerlo tiene que ponerse en contacto con nosotros –. Esto me llamó mucho la atención. Por eso me asaltaron estas dudas. ¿El Derecho Canónico tiene poder sobre el civil?
CARDENAL OSORO: No. La fe cristiana. El Derecho Canónico sirve a los cristianos. Y el hecho de que a una persona se le ha dado la nulidad en el matrimonio, y digamos, la culpabilidad de esa nulidad es una persona determinada y que él, no ha hecho ver eso a la persona con la que se casó, una vez que hay una separación, naturalmente que hay una necesidad de que esa persona, cuando uno coge el expediente, uno ya lo sabe. – Estaba casado, ¿por qué le quitaron? –. ¡Hombre!, en el momento en que, si esa enfermedad sigue, pues tendrá que avisar por lo menos a la persona.
B.S.: En este caso era psicopatía…
Interviene “el mediador” del Cardenal y se dirige a mí.
EL MEDIADOR: Vale. Un momento. Esto que es casuística, entiende que no es canonista y no…
CARDENAL OSORO: Ya, pero bueno…
B.S.: Ya, pero me interesa mucho la opinión del Cardenal.
EL MEDIADOR: La duda no es que lo canónico esté por encima de lo civil y sea una cuestión opinable. No. No, me parece que es una cuestión muy técnica que a poco que diga una inexactitud luego puede descontextualizarse.
B.S.: Pero coincide con lo que yo viví.
EL MEDIADOR: Pero tú has dicho que está por encima el canónico que el civil.
B.S.: Me comunicaron eso. Que tenía prohibición de volverse a casar.
EL MEDIADOR: En España, en virtud de los acuerdos, la vía Canónica tiene reconocimiento civil automático, pero una nulidad es como el que se divorcia, no se puede volver a casar por lo Canónico, pero por lo civil sí.
CARDENAL OSORO: Una cosa es la eclesiástica y otra cosa es la civil.
B.S.: Sí. Eso lo sé. Claro. Pero fue lo que me dijeron.
EL MEDIADOR: Esa duda la tendrá que resolver un canónico.
B.S.: Me dijeron, – una vez que se obtiene la nulidad eclesiástica, el divorcio civil ya no le sirve –. Que tenía poder sobre el civil.
EL MEDIADOR: Pero aquí hay dos cosas. La nulidad, llegado el caso, a quien le han anulado un matrimonio se puede volver a casar por la Iglesia. Si ha sido un divorcio civil, no se puede volver a casar por la Iglesia, pero sí se puede casar por lo civil. Porque es la prueba de que el civil corre en paralelo al Canónico.
B.S.: Sí. Eso lo conozco perfectamente.
CARDENAL OSORO: Sí.
EL MEDIADOR: Lo que pasa es que en España tiene reconocimiento civil. Nada más. En Francia por ejemplo no hay acuerdo en ese Estado en los mismos términos y un matrimonio es obligatorio casarse primero por lo civil antes que por la Iglesia.
B.S.: De acuerdo. Tenía esas dudas porque lo viví en primera persona. Y es que fue precisamente un abogado quien me lo dijo.
EL MEDIADOR: Ya, pero que no es una cuestión, porque da pie a inexactitudes y hay quien puede confundirlo. Diría que quien tenga un tema de estos que acuda a canonistas o al tribunal de turno.
B.S.: Sí. Tuve a ambos, canonistas y civiles. (Me dirijo al Cardenal) Mi tío sacerdote presenciando las obras de renovación de una vivienda muy antigua construida encima de una ciudad romana y señalándome el sitio me dijo, – aquí estaba la tumba de un romano –. Me impresionó y le pregunté qué había hecho con ello. Me respondió muy enfadado y serio, – cogí sus huesos, volví a colocarlos, le di la bendición y volví a enterrarlo. ¡A los muertos nunca, jamás hay que tocarlos! –. ¿Qué me quiso decir con esto?
CARDENAL OSORO: Pues no tengo ni idea. La verdad. Respetar las tumbas.
B.S.: Era tan serio y fue tan tajante que no me atreví a preguntarle el por qué.
CARDENAL OSORO: Y supongo que querría decir a lo mejor eso. No lo sé. Pero vamos no hay… No sé qué querría decir.
B.S.: (Me giro hacia “el mediador” que mira al Cardenal) Vale. Es que me da un poco de apuro preguntar. Tengo aquí “al mediador” vigilando…
EL MEDIADOR: Es que Bárbara, después de todas las conversaciones que hemos tenido, no tiene nada que ver con…
B.S.: Pero te dejé muy claro mis entrevistas. Te mandé entrevistas mías publicadas.
EL MEDIADOR: (Pensativo) Bueno, pero en Luna y Sol. (Revista).
B.S.: Sí. Luna y Sol, por ejemplo. Y en El Correo de España que ahora se llama Ñ TV, y son todos en la misma línea.
EL MEDIADOR: En Luna y Sol y para un libro.
B.S.: Sí, y en El Correo de España que ahora se llama Ñ TV. Quizás te haya confundido eso.
Recibo otra advertencia y pregunto si va todo bien hasta ahora. Se hace un silencio sepulcral y muy tenso con los 5 allí presentes. La entrevista se está haciendo un suplicio cuesta arriba. La incomodidad se mastica en el aire.
G.C., CARDENAL OSORO, B. SHIELDS Foto: P. T. |
EL MEDIADOR: A ver cuál es la siguiente pregunta porque acabas de preguntar lo de mover los huesos de un muerto.
El Cardenal se sonríe tímidamente.
B.S.: Es que me llamó muchísimo la atención aquello. Los huesos se encontraban debajo de una bañera que estaban construyendo, y la respuesta de mi tío me impresionó. Yo era muy jovencita. Siempre me quedó la duda de aquello… Continuamos con otra pregunta. Las Iglesias en España, al parecer, se están manteniendo en el mismo número, y algunas se están derruyendo. Sin embargo, están aumentando las mezquitas. ¿Es así o estoy errada?
CARDENAL OSORO: Derruir las Iglesias. No he oído yo que nadie haya tirado ninguna Iglesia en España, ahora mismo.
B.S.: ¿En algunos pueblos de Andalucía?
CARDENAL OSORO: Derruir Iglesias no han derruido absolutamente nada. Si han arreglado o tirado alguna pared para reconstruir la Iglesia, pero no hay nada. Habrá confesiones también cristianas que no son católicas que a lo mejor han abierto sus locales o sus centros de culto. En una sociedad plural y en una sociedad con una libertad religiosa es legítimo. Como en todos los sitios.
B.S.: Con el papa Francisco que entiendo tiene una relación más estrecha, ¿qué destacaría de él?
CARDENAL OSORO: Yo destacaría algo que es un tema especialmente importante y es, la primera exhortación apostólica que que nos entregó el papa al iniciar su ministerio Evangelii Gaudium, la alegría del Evangelio nos hace ver que lo que más destaca en su persona, es el esfuerzo, la audacia, la fuerza con la que él se ha presentado como sucesor de Pedro para decirnos que la alegría, la entrega a nuestro Señor, la encontramos precisamente en el Evangelio. Y que en una etapa nueva histórica, que no es que esté comenzando sino que está ya, se está realizando, es importante que tomemos conciencia los discípulos de Cristo, de que tenemos en esta nueva etapa, anunciar este Evangelio. Como una propuesta de vida, como una propuesta de sentido, con aquella persona que es nuestro Señor, que nos hace no solamente felices, sino que nos capacita para hacer felices a los demás y para diseñar una etapa nueva histórica y que ya estamos en ella. Yo creo que esto es la propuesta específica de un sucesor de Pedro. En la misión que le entregó el Señor a Pedro, fue capaz de salir con los demás apóstoles, salir del solar de Palestina, precisamente para anunciar esta buena nueva a todos los hombres. Y yo creo que esto es lo que ha hecho Francisco. Y sin miedos de ningún tipo. Ha sido valiente.
B.S.: Y está siendo valiente.
CARDENAL OSORO: Y está siendo valiente. Me parece que es algo especialmente importante para nosotros. Y además es un hombre que cuando habla, es de estas personas que cuando te están hablando dices, – este se lo cree –. Es un hombre que lo dice con convicción y como alguien que lo que dice lo está experimentando en su propia vida.
B.S.: Cuando dice que él no tiene miedo. En temas de seguridad él sigue igual.
CARDENAL OSORO: Eso es valiente. Él lo único que lleva en sí mismo es anunciar a nuestro Señor. Y entonces él ha arriesgado toda la vida.
B.S.: Del papa San Juan Pablo II, ¿qué destacaría de él?
CARDENAL OSORO: Destaco primero que me nombró obispo. (Sonríe amablemente) Y me nombró arzobispo. Obispo de Orense y arzobispo de Oviedo. Destacaría muchas cosas del papa, pero diría que lo más grande del papa, eran la audacia y la capacidad que tenía para presentarse en medio de los hombres sin avergonzarse de anunciar a Jesucristo y de la pasión que él tenía por entregar la noticia del Señor. Lo hacía con ardor, con métodos nuevos. Él fue el que empezó a caminar por el mundo entero anunciando el Evangelio, y también con expresiones nuevas. Su modo de evangelizar fue nuevo en ardor, en método y en expresión.
B.S.: El papa San Juan Pablo II, fue también muy conocido por lo deportista que era. Iba con sus zapatillas y andaba kilómetros, la natación, etc. Él decía que el deporte era muy importante en la vida espiritual y la disciplina consigo. Así como él tenía estos hobbies, ¿qué tal se lleva usted, cardenal, con el deporte?
CARDENAL OSORO: Yo, más que el deporte destacaría…, bueno, no es que yo esté por ahí todo el día. Pero sí destaco que, primero por mi tierra de origen que es Santander, necesariamente es que tienes que subir a la montaña porque todo es montaña y te hace asomarte al mar también…
B.S.: Es precioso.
CARDENAL OSORO: Yo destacaría que el papa fue un entusiasta de salir a la montaña, a ver horizontes que le ayudaban a experimentar la cercanía de Dios y la belleza que Dios ha entregado a esta tierra. A mí eso me ha gustado también. Ir a los Picos de Europa no era solamente una excursión, era un momento significativo para encontrarte con Dios.
B.S.: Muchas veces cuando miro al horizonte de alguna belleza de la naturaleza con alguna persona que duda de la existencia de Dios, he exclamado, – observa toda esta grandiosidad, ¡y todavía hay gente que duda de la existencia de Dios!, ¿quién ha hecho todo esto? –.
CARDENAL OSORO: Yo, yendo por la carretera de Madrid hacia Santander, o por Burgos, igual da, pero cuando se llega a la montaña hay unos panoramas impresionantes. ¡Primero el verdor! ¡Cambia el color!¡Y cambia el panorama! Es decir, te encuentras con una montaña que es imposible que quien salga ahí, no se plantee pues eso. Le sitúa en un lugar religioso.
B.S.: Hace muy poquito, en representación de la Conferencia Episcopal, acudió usted al funeral de Ratzinger. Igualmente, ¿ qué destacaría de él?
CARDENAL OSORO: Destacaría que ha sido de los mejores teólogos que hemos tenido en estos últimos tiempos. Su reflexión, su aportación a la Teología es importantísima. Y lo ha hecho con la sencillez de un hombre que ha gastado la vida mucho tiempo y sus codos en la reflexión, pero no para sí mismo sino para entregárnosla a los demás. Es un trabajador incansable sobre tema de Dios y sobre cómo comunicar esta experiencia de Dios a los hombres. Ha sido un hombre excepcional. Le recordaremos durante mucho tiempo porque ha hecho grandes aportaciones a la reflexión teológica.
B.S.: Los religiosos, tengo entendido, siempre han sido enterrados, nunca incinerados. Pero desde hace muy poquito, pueden optar por la voluntad de ser incinerados también. Esta opción que da la Iglesia ahora, ¿a qué es debido?
CARDENAL OSORO: Eso ha existido siempre. Ha habido momentos de costumbres donde se ha respetado más el cuerpo, porque había sido un cristiano quien había estado invadido en ese cuerpo por nuestro Señor. También es verdad que en la historia de la Iglesia ha habido momentos en que quemar a la gente era de paganos. No nos queríamos identificar nosotros con los paganos, con la gente que no cree en Dios. Después, también ha habido una veneración del cuerpo que ha tenido la presencia de nuestro Señor en la vida. Pero hoy, pues el cuerpo se destruye…, con el tiempo.
B.S.: En San Isidro, en Madrid, donde está enterrado mi tío jesuita, todos ellos y los sacerdotes están enterrados. Decían que solo podían ser enterrados. Me llamó mucho la atención.
CARDENAL OSORO: Bueno, la costumbre. Hoy puede haber cremaciones, porque las hay. Pero yo creo que no hay que poner ahí el problema.
B.S.: ¿Y si hay un religioso, para quien su última voluntad fuera la de ser enterrado pero lo incineran?
CARDENAL OSORO: No. Si la voluntad es la de ser enterrado se respeta.
B.S.: Conocí un caso de un religioso al que no respetaron su voluntad.
CARDENAL OSORO: El cuerpo se destruye, sea a la fuerza, sea porque se destruye.
B.S.: Hay culturas que dicen que desde que un ser fallece no son suficientes uno o dos días. ¿Realmente cuánto tiempo hay que respetar desde que un ser fallece? Antes eran 48 horas. Ahora creo que en 24 horas.
CARDENAL OSORO: Eso son cosas de Dios. No me meto en esas cuestiones porque solamente las sabe Dios nuestro Señor y las demás son elucubraciones humanas para no entrar en la verdadera realidad, que es, que es Dios quien ha cogido tu vida, y te mantiene o te sube o te baja o te quiere.
Interviene de nuevo “el mediador” para avisarme que debo ir terminando.
EL MEDIADOR: Vamos a tener que ir terminando ya, ¡eh Bárbara!
B.S.: (Al “mediador”) Sí, ya queda muy poquito. (Al cardenal) ¿Qué es el amor?
CARDENAL OSORO: Yo creo que el amor tiene un nombre y un rostro, Jesucristo. Punto y aparte. Nombre y rostro. ¿Qué es lo que hizo Él? Pues eso es lo que tenemos que ver los demás. Si de verdad estamos dispuestos a vivir el amor.
B.S.: ¿Y la humidad?
CARDENAL OSORO: Pues la humildad es también Jesús, porque siendo Dios no tuvo a menos que hacerse hombre. Pasar por uno de tantos en esta vida. No se dio importancia. Y lo podía todo. Creo que hay cosas que no puedes definirlas, pero sí tienes rostros concretos en los cuáles puedes descubrir qué es el amor, qué es la humildad, qué es la verdad. Porque la verdad no es una definición. Hablar tiene modos de hacerse, de construirse, de vivirse. Para los cristianos, para los discípulos de Cristo, pues tenemos las categorías fundamentales que van a conformar nuestra existencia. No las encontramos ni en un diccionario, ni en una enciclopedia, las encontramos en la vida de nuestro Señor. Y ahí es donde tenemos que descubrirlas. Esta es la gran tragedia hoy, se está buscando en otros sitios.
B.S.: ¡Exacto!
CARDENAL OSORO: … Cuando lo tienes en una persona que se ha visibilizado, que se ha hecho hombre, que lo ha hecho con compromiso, que es siendo Dios.
B.S.: Y están en los hechos. Hechos son amores y no buenas razones.
Mi fotógrafo salta como un espontáneo.
T.:Nos apartan de la palabra de Dios, nos apartan de la naturaleza humana y nos controlan y nos manipulan.
B.S.: Por mi parte, no sé si quiere añadir algo más. Siempre pido al final una breve reseña al entrevistado para añadir al libro. Cómo se ha sentido en la entrevista y una breve crítica a la entrevistadora. Si es tan amable cardenal…
EL MEDIADOR: La crítica me la dejas a mí si no.
B.S.: (Al “mediador”) Te la puedo añadir también, pero siempre es al entrevistado.
CARDENAL OSORO: Bueno, yo he estado a gusto. He contestado lo que creía conveniente a las preguntas que me has hecho. Creía que iban a ser más difíciles también.
B.S.: Tengo algunas que podrían ser más difíciles, pero claro, tengo aquí “al mediador” que está vigilándonos…
(Aprovecho que “el mediador” se levanta y va hacia una esquina. El cardenal ya solo se dirige a mí y se relaja)
CARDENAL OSORO: Podría haber alguna especial.
B.S.: Sí. Hay una especial que quiero hacerle con permiso y es que se trata de Jesucristo. Que se estén derribando cruces en España, ¿cómo lo considera esto la Iglesia?
CARDENAL OSORO: Para mí, lo que me preocupa es que se derriben personas, que se destruyan personas. Es lo que me preocupa. Me molesta, naturalmente, que una cruz que para mí significa todo, pues que se quite y que no seamos capaces en una ciudad libre, de respetar los elementos como es la cruz. Que es un distintivo esencial de cualquier cristiano. Pero bueno. Yo hago lo de Jesús, – ¡Perdónalos Señor porque no saben lo que hacen! –. No se han enterado de lo que es verdad y de lo que es la vida.
B.S.: ¿Y la Iglesia no puede impedir las cruces que están derribando?
CARDENAL OSORO: La Iglesia dice cosas, la Iglesia no se ha callado nunca. Ante eso, lo que sucede es que, bueno…
Se escucha murmurar “al mediador” ya apartado de nuestro lado.
CARDENAL OSORO y B. SHIELDS P. T. |
CARDENAL OSORO: La Iglesia no gobierna este mundo. No es que le guste. O sea, ¡a mí no me gusta que tiren una fotografía de mi madre eh, y la pisen! ¡A mí no me gusta que lo que para mí es más importante en mi vida, que es el haberme encontrado con Jesucristo y el haberme hecho Él descubrir que soy uno de la Iglesia, no me gusta que me estropeen lo que yo más quiero, ni que me pisoteen a nuestro Señor! ¡También tengo capacidad porque me lo pide el Señor, que pueda decir, – ¡Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen! –. ¡Y no tengo ningún odio contra nadie!, porque sé que el Señor pide que no lo tenga. Y que pueda decir estas palabras con todo el significado que tienen estas palabras.
B.S.: Es muy importante lo que me acaba de decir porque alimentar un sentimiento tan feo como es el odio, es muy peligroso. Es apartarse de Dios.
CARDENAL OSORO: Sí que lo es.
B.S.: ¿Podemos pasar a su breve reseña pues?, ¿cómo se ha encontrado durante la entrevista?
CARDENAL OSORO: ¡Bien! Yo estoy acostumbrado a todo ya. Date cuenta que antes que era obispo…
B.S.: (Sonrío grata) ¿Sí verdad? ¿Pero no he sido muy mala no?
CARDENAL OSORO: No… En principio nadie es malo. El que hace mal se hace el daño a él. No te lo hace a ti, se lo hace a él.
B.S.: ¿Es verdad que todo el daño que se infringe es devuelto multiplicado por tres?
CARDENAL OSORO: ¿A los demás?… No. Dios no hace eso.
B.S.: No, ¡por Dios! Sino las fuerzas del mal.
CARDENAL OSORO: Pero tiene mucha más fuerza Dios que el mal. Lo importante es que tiene mucha más fuerza Dios y no multiplica. Le quita importancia.
B.S.: Exacto. Las fuerzas del bien siempre son más poderosas que las del mal.
CARDENAL OSORO: El Señor no arremetió incluso con los que se reían de Él en la Cruz. Es como, cuando no saben lo que hacen… La gente no sabía que estaba Dios con ellos y hacían tonterías.
“El mediador” me llama e irrumpe a lo lejos. Me reclama prisa. Me avisa que el Cardenal tiene otra reunión. Pero el cardenal, consciente, más despejado y tranquilo, me sigue hablando y le atiendo con benevolencia.
CARDENAL OSORO: En la vida hay que empezar a situarse no según nosotros, porque a veces, las categorías que nosotros tenemos, que no son las de Dios a veces, nos hacen situarnos ante los demás de la manera en que Dios no se ha situado nunca.
B.S.: Exactamente.
CARDENAL OSORO: Entrar otra vez a descubrir a Jesús, cómo se sitúa. Incluso en la Cruz cuando lo están matando…, – ¡Perdónalos Señor! porque no saben lo que hacen –. Es decir, es una cosa que nos destroza porque no nos situamos ahí. Y creo que eso es muy importante.
B.S.: Así es. ¿Quiere añadir algo más por último? ¿Está todo correcto?
CARDENAL OSORO: Está todo muy bien. Gracias.
B.S.: Pues entonces me alegro de verdad. Ha sido todo un honor, un placer. De verdad. Se lo agradezco enormemente. Gracias.
CARDENAL OSORO: Gracias. Muchísimas gracias.
Trabajando para varios medios, uno concreto me pidió preguntar si podían tener la entrevista en exclusividad. Al formular la petición, comprendí la negativa que me dieron y la acepté sin más. Pero las advertencias continuadas provocaron que sintiera una gran humillación. No pude llevar a cabo algunas de las muchas preguntas que llevaba para formular al cardenal. Mientras transcribía la entrevista, vertí alguna lágrima espiritualmente, de sosiego, de paz, de calma, de esperanza, de amor. A través, sobre todo, en las últimas palabras esparcidas del cardenal, contacté cercanamente a Jesucristo. Él, es la verdad. ¡Si conocieran muchos lo que se siente… ¡
Estas son algunas de las preguntas que no pude formular y de las que no tuvieron conocimiento alguno:
B.S.: Le ruego por favor, Eminencia, no encuentre atisbo político en esta pregunta. A título personal, me asalta una intriga imperiosa y creo, es usted, la persona más puramente indicada para responderme. Franco fue distinguido por el papa Pío XII con el collar de la Orden Suprema de Cristo en 1953, máxima distinción pontificia, creada para reconocer y premiar especiales servicios prestados a la Iglesia. Tengo entendido que usted se reunió con los nietos de Franco, pidiéndole su amparo para evitar la exhumación de los restos de su abuelo. ¿Por qué la Iglesia no hizo valer el principio de inviolabilidad de los lugares de culto?, ¿se profanó así un sepulcro en una Basílica pontificia?, ¿c ómo considera el sentimiento de muchos españoles al respecto?
B.S.: ¿Qué valoración le merece el hecho de que se impidiera a los nietos de Franco inhumar a su abuelo en la sepultura que tienen en propiedad en la Cripta de la Almudena?
B.S.: La resignificación del Valle de los Caídos supondría la desacralización de la Basílica, la expulsión de los benedictinos y en última instancia la demolición de la Cruz. ¿La Iglesia puede permitir tal actuación?
B.S.: De no ser quien es, ¿ quién cree que debiera haber sido?
B.S.: ¿Qué es la paz interior?
B.S.: ¿Existe algo que le perturbe el sueño?
B.S.: ¿Por qué cree que la política y la Iglesia suelen ir ligadas?
B.S.: Defíname al Cardenal Osoro.
Autor
- Productora Creativa. Experta en conducta criminal. Periodista
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Los cristianos españoles siguen siendo catolicos porque saben que es la religion verdera
Buena prueba son ellos mismos que a pesar de los «pajaros dorados» que en el clero mandan, siguen creyendo
¡¡¡ Es se inflige, no «se infringe» !!!
Las personas, ¿pueden sonreír «gratas»?