21/11/2024 14:49
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Sonroja ver que algunas personas todavía creen que la abolición de la esclavitud pretendía mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, y que la independencia de las colonias pretendía mejorar la vida de las poblaciones indígenas.

La esclavitud se abolió para exonerar al empresario de preocuparse por la suerte de sus trabajadores. A los esclavos, y a sus hijos, había que cuidarlos un mínimo, porque si enfermaban o morían se producía una pérdida económica. Al trabajador asalariado bastaba con darle una miseria, y que él se buscase la vida para sacar adelante a su familia. El beneficio económico es evidente. Y además, es moralmente menos reprochable.

Cuando las poblaciones occidentales se empezaron a preocupar por las condiciones de vida de los indígenas de las colonias, las colonias dejaron de ser rentables. Para pagar lo mismo o poco menos en Níger que en Francia, no merecía la pena tener una colonia. Es mejor concederle la independencia a Níger (o Argelia o Rodesia –antiguo nombre de Zimbabue), poner un gobierno aún más corrupto que los europeos –cosa difícil, pero posible- y seguir esquilmando el país, sin los reparos morales de ser el gobierno de la metrópoli el responsable.

La responsabilidad se transfiere, desde la organización estatal de la metrópoli, en la que los ciudadanos pueden pedir responsabilidades a los políticos, a las corporaciones, a las que nadie exige responsabilidades, porque ellas mismas las derivan hacia esos políticos marionetas del país aparentemente independizado.

Miel sobre hojuelas. Los beneficios se multiplican.

En este régimen llevan la inmensa mayoría de los países africanos desde sus “independencias”. Con gobiernos títeres de las corporaciones occidentales, y poblaciones depauperadas, trabajando en condiciones peores que la esclavitud clásica.

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La burda excusa de defender el “régimen constitucional” de Níger y a su presidente legítimo, son nubes de humo para ocultar a las ingenuas poblaciones occidentales la cruda realidad.

Mientras el mundo era monolítico, y EEUU campaba a sus anchas, nadie podía sacar los pies del tiesto. Al que lo hacía, le sucedían cosas extrañas y desagradables. El presidente de Tanzania, John Magufuli, fue asesinado en marzo de 2021 por oponerse a los dictados globalistas de la falsa pandemia. El año anterior ya había sido asesinado el presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, por la misma causa. Años antes, el caso de Gadafi en Libia es sustancialmente similar. Un dictador que mejora la calidad de vida de su población, hasta superar la de algunos países europeos, y no se aviene a los dictados occidentales, debe ser eliminado por cualquier medio y a cualquier precio.

Pero ahora el mundo ya es polar, y quien quiere liberarse de un tirano solo tiene que flirtear con el otro, y mejorar sus condiciones. Lo que hacemos nosotros para mejorar nuestra factura de luz y teléfono. Ninguna es filantrópica, pero cualquier cambio permite mejorar el contrato.

Por tanto, es natural que quien pierde el monopolio se resista. Y eso es lo que están haciendo EEUU y sus satélites –en este caso Francia-.

Si pueden, evitarán que la población nigerina mejore sus condiciones. Pero es difícil que puedan, porque el nuevo empresario al que flirtean los nigerinos dispone de argumentos poderosos para garantizar la seguridad de sus nuevos clientes. Se llama PMC Wagner. Y probablemente defiendan con uñas y dientes el nuevo contrato de luz de los nigerinos. La que les van a negar a los franceses para llegar a tenerla ellos mismos.

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Las potencias coloniales se han apresurado a mover a sus esbirros en la zona. Igual que antaño, reclutan tropas indígenas en las colonias, para que mueran por ellos. Es el papel de los gobiernos de Nigeria, Senegal y Sierra Leona, fieles mamporreros de occidente.

Ahora mismo no debemos descartar que los esbirros sufran sus propios golpes de estado, y la balanza de desequilibre aún más en favor de las nuevas independencias.

Alea iacta est.

Autor

Galo Dabouza
Galo Dabouza
Guerrillero insurgente. El sistema lo describe como negacionista, conspiranoico, anticientífico, egoísta e insolidario. Él se cisca en el sistema y no ceja esfuerzos para derribarlo. No usa trabuco, pero a su ordenador lo llama “La MG-42”.
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Geppetto

La mala suerte de las naciones antaño colonias y hoy independientes es que tienen recursos naturales de todo tipo que explotan los de siempre, los antiguos colonizadores han sido sustituidos por USA o por Francia con el resultado de que los habitantes de dichos paises siguen pasándolas canutas.
Para acabar de arreglar el asunto los que las pasan moradas en su pueblo deciden instalarse en las antiguas metrópolis desestabilizandolas .
Pero hete aqui de de pronto llegan montones de chinos con dinero y compran todo lo comprable, negro mandamas incluido, con gran cabrero de los blancos explotadores y entonces…se arma el cisco padre

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