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Los soldados más valientes, que fueron a la guerra, contentos, alegres y con su guitarra española, como si fueran a un concierto, porque nunca les tuvieron miedo a los comunistas, ni a la muerte

Han pasado meses, atrás queda el recuerdo de esa impresionante despedida patriótica, que miles de españoles les hicieron a los soldados valientes, que abarrotaban los vagones de tren, contentos, alegres y deseosos de terminar derrotando a los bolcheviques, que ya lo habían sido expulsados, en tierras españolas. Iban contentos para rematarlos y terminar con el comunismo soviético, que había asesinado a mas de 100 millones de inocentes, incluso aquellos propios de sus ejércitos, a los que se les negaba retroceder ante el enemigo, ni para tomar aire, pues los mismos compañeros, a las órdenes de Stalin, curiosamente llamado “El Padrecito”, eran fusilados por la espalda, por el hecho de retroceder ante el enemigo numeroso o no, en hombres y armamento.

Historia De La II Guerra Mundial – 5/8 – Rusia

Esos soldados rusos, una vez en el frente, se encontraban en un callejón sin salida; O eran muertos por sus enemigos o lo eran por sus amigos. No había alternativa.

José Stalin “El Padrecito”. Hagamos un poco de historia, para conocer al Criminal más despiadado soviético:

¿Fue el estalinismo una consecuencia inevitable de la política revolucionaria de Stalin o, por el contrario, se trató de una perversión grotesca del bolchevismo Trotsky estaba en lo cierto cuando llamaba a Stalin «enterrador de la Revolución»? —Álvaro Lozano, Stalin, el tirano rojo, (Nowtilus)

Iosif Stalin como secretario general del comité central del Partido Comunista desde el año 1922 fue acumulando poder durante años tras la Revolución y la Guerra Civil y a la muerte de Lenin se hizo con el control total para desarrollar una dictadura con un marcado culto a la personalidad, ajena a los principios de dictadura de partido de la URSS. «El mayor criminal de la historia combinaba el sinsentido criminal de Calígula con el refinamiento de un Borgia y la brutalidad del zar Ivan el terrible —A. Lozano, Stalin el tirano rojo—».

 Se convertiría en el héroe de la Guerra Patriótica contra el nazismo y transformaría definitivamente la URSS con sus planes quinquenales, la industrialización, la colectivización y la educación, además de dejar un legado siniestro por la represión de los gulag y el terror de la policía secreta.

 En los años 30 Stalin se introdujo en los partidos comunistas extranjeros con el objeto de asesorar y dirigir la política estalinista, entre ellos, el partido comunista español, que acabaría dominando el gobierno de la II República durante la Guerra Civil tras la defenestración de Largo Caballero auspiciada por Moscú y el nombramiento de Juan Negrín.

A diferencia de Hitler, Stalin si se introdujo para dirigir la política en España; por ejemplo, provocó la guerra contra los anarquistas en el mismo seno de la República, aunque fuera variando a lo largo de los años. Estaban ya presentes en las cruciales elecciones de febrero del 36:

«Sí, amigos, sí. No cabe duda que en España estamos viviendo un proceso histórico semejante al de Rusia en febrero de 1917. Y el Partido debe saber aplicar la misma táctica de los bolcheviques… Una breve etapa parlamentaria y después… ¡los soviets!».

José Stalin El Padrecito, que ya en la década de los 30, con sus feroces purgas suscitadas por su estalinismo, al que se le atribuyen más de 30 millones de víctimas inocentes.

UNIÓN SOVIÉTICA (Stalin-1) El Demonio – Documentales

Pues bien, ahora nuestras tropas están en el frente ruso, luchando como jabatos y sufriendo los rigores de un frio intenso y estepario. Sus cuerpos, habían tenido que aceptar 35º de diferencia, de los 20º de España a los 55º grados de esa estepa congelada, que gana las batallas a sus enemigos. La historia nos dice, que el frio helador, es el que acaba con el enemigo. Los soldados comunistas, tienen a su gran aliado, ellos ponen sus cuerpos, pero el frio estepario, pone las armas para matar, a cuantos se atreven a traspasar la frontera, en pleno invierno soviético.

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Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.


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Los «logros» de Stalin respecto a los planes quinquenales son muy discutibles:

1º Cierto que «alfabetizó» a la población de la URSS, pero el sistema educativo soviético, incluso en los años noventa, quedó bien a las claras lo deficiente que era en todas las ramas del saber. Sus científicos e ingenieros no fueron contratados en occidente debido a sus palpables carencias formativas. Se trató de una «educación» adoctrinadora. Varios niños y niñas españoles enviados a la URSS como rehenes de la terrorista propaganda roja soviética describieron su «educación» en los internados del Komsomol (juventudes comunistas): mucha lectura del Pravda, mucho análisis de memoria de discursos de Lenin y Stalin, mucho escuchar la radio soviética, pocas matemáticas, poca ciencia, historia desde 1917 (nunca antes), actividad física ligera, poca higiene, comida escasa y mala y castigos recurrentes por mal comportamiento. Por supuesto, nada de rezar o citar tan siquiera a Dios. Del Komsomol solo salían para institutos y luego universidades no los que valían, sino los más fieles al comunismo, los más adoctrinados. Por eso que el marxismo tampoco es «igualdad» tanto que la predican.

2º El primer plan quinquenal (1928-1932) en industria logró un aumento de la producción (nunca de la productividad, que fue paupérrima y con mano de obra esclava y larguísimas horas de trabajo, salarios de hambre, sin vacaciones, sin huelga, sin posibilidad de protesta so pena de acabar en un gulag, sin descansos necesarios, pues no se respetó el domingo como día de descanso, etc.) minera (carbón, hierro, oro de Kolima, cobre, etc.), de cemento y hormigón, madera (para exportación principalmente), acero (eso sí, con un coste energético de carbón desmesurado y procedimientos descomunalmente ineficientes), petróleo (también exportado en su mayoría), industria militar (la privilegiada durante toda la vida de la URSS y beneficiada de tecnología adquirida a occidente a dueños de industrias occidentales. Poca innovación e ingeniería soviética en un régimen de terror incluso para la iniciativa tecnológica e investigadora) y construcción de infraestructuras (centrales térmicas, presas, centrales hidroeléctricas, líneas de tendido eléctrico, canales, vías férreas, estaciones de ferrocarril, macrofábricas, etc.).

3º Ese primer plan quinquenal fue horroroso en cuanto a agricultura y ganadería se refiere, pues los campesinos, mayoría del país, no secundaron la colectivización impuesta con sangre, muerte, terror, deportaciones, limpiezas étnicas, cárcel y torturas, por el genocida Stalin con decenas de millones de muertos de su propia población en tiempos de paz, liberticidio inédito en la historia de la humanidad (no se permitió el libre movimiento de población por la nación. Se vivía encarcelado en la aldea, koljós, pueblo o ciudad so pena de ser considerado espía, saboteador o enemigo del pueblo), impidiendo a los hambrientos campesinos el éxodo a las ciudades ya muy hacinadas. La producción agraria se desplomó, la tierra dejó de cultivarse al requisarse todo el grano y todas las cosechas por los soviets locales sin apenas compensación de valor (el rublo y las cartillas de racionamiento no permitían conseguir casi nada), la productividad por hectárea se desplomó ante la falta de incentivo del campesinado para cuidar la tierra y acondicionarla (y eso que tenían las mejores tierras del planeta, las más fértiles), el ganado fue aniquilado o se dejó de cuidar al ser requisado por los soviets. Los tractores escaseaban, las cosechas fueron inexistentes hasta los años cincuenta. Los caballos, fuerza de tracción, también fueron paulatinamente requisados, incluso en tiempos de paz. Se forzó al campo a una situación de mera supervivencia en huertos anexos a la choza rural, mercados negros consentidos y millones de hectáreas de eriales por haberse dejado de cultivar. La semiente escaseó y llegó el hambre masiva ya a comienzos de los años treinta, no solo a Ucrania, como se suele decir, sino a toda la URSS (de hecho, Ucrania no fue la que más sufrió el holodomor, sino la propia Rusia, menos productiva en cuanto al imprescindible cereal). El hambre causada por el socialismo soviético fue la causa de muerte de millones de ciudadanos soviéticos encarcelados en su propio país y sin la más mínima posibilidad de huida, éxodo o rebelión.

4º Los «logros» industriales del primer plan quinquenal no incluían la construcción de una red viaria de carreteras (imagínese cualquiera lo que esto supondría en cualquier país europeo hoy. Sin carreteras, ¿qué clase de economía tendríamos?), algo que ni tienen hoy día, y eso que la URSS era y es una nación llana. Tampoco se construyeron viviendas, sino que se «repartió» el espacio de las ciudades entre la hacinada población, un horror. En cuanto a manufacturas textiles, de utensilios, muebles o de otra índole, el resultado fue paupérrimo. Los bienes de consumo nunca fueron prioridad en la URSS. Tuvieron que importarse a cambio de petróleo y otros minerales y divisas. Los turistas que acudieron a la URSS a comienzos de los años ochenta, describen muchos casos de trueque de prendas y utensilios comunes a cambio de gorros de piel e, incluso, abrigos, por ejemplo.
El resultado fue tan desastroso que Stalin buscó quitarse la responsabilidad criminal iniciando una campaña de terror sobre kulaks, opositores ciertos o supuestos, saboteadores, etc., y, finalmente, los propios afiliados del partido comunista, que diezmó durante el Gran Terror subsiguiente. No se salvaron ni los que le auparon al poder, ni sus propios parientes.

5º El segundo plan quinquenal (1932-1937) se centró, como los sucesivos, en la industria militar, obteniendo diseños y tecnología de armadores occidentales a cambio de oro y diamantes (la ingeniería rusa, por mucho que se diga lo contrario y por mucha propaganda, fue deficientísima durante décadas), así como a cambio de divisas requisadas a particulares con registro de hogares y ejecución de los rebeldes, algo que cuesta creer aún hoy, pero que fue así. El ejército mermó aún más la población dedicada a la agricultura, al detraer a muchos hombres para las labores militares (a los antiguos mujik les compensaba más ser militares para poder comer sin tener que trabajar como esclavos de un koljos). Los eriales en la URSS crecían en paralelo con el hambre y la desnutrición generalizada. Y todo ello previo a la guerra mundial en ciernes. El fracaso de este segundo plan quinquenal en reconducir la situación general del primero, con un aumento del odio al sistema dentro de la URSS, es lo que llevó a Stalin a maquinar el Gran Terror, para buscar chivos expiatorios en dirigentes y afiliados comunistas locales y regionales incompetentes. Incluso llegó a asesinar a decenas de miles de oficiales competentes del ejército rojo. El caso es que los soviéticos volcasen su odio contra otros, no contra Stalin. Era la misma táctica que aplicó Lenin ante el fracaso del comunismo previo a la NEP.

6º El tercer plan quinquenal, interrumpido por la guerra con el Eje, ya se llevó a cabo con una población totalmente derrotada, sometida al terror rojo, consciente de que en cualquier momento podría ser acusada de cualquier «delito» contra el pueblo y totalmente esclavizada y sin ánimo alguno de resistencia que consideraban ya inútil, como el condenado al infierno pensando en escapar de allí. La guerra pudo ser afrontada con ese terror ejercido por los comisarios de Stalin incluso sobre los miembros de la familia del soldado, es decir, que no solo el soldado podía ser asesinado si desertaba, si no obedecía órdenes, incluso suicidas, si se quedaba rezagado, herido, o si no se presentaba al servicio militar, sino que sus padres, hermanos, esposas, hijos, etc., podían pagar por su rebeldía. Solo con terror pudo la URSS luchar contra Alemania. Algo totalmente idéntico a lo que el Vietcong hizo con la población de Vietnam para que luchara con USA dos décadas después.

Aliena

Brillante explicación o, más bien, exégesis.

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