VOX, ¿ apoya también la censura como la liberticida izquierda woke? Por Luys Coleto

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Inspirándose en el aciago Orban, pillan cacho de poder y ale, a chapar, reprimir, someter, a meterse en las bragas ajenas, como la totalitaria izquierdona que padecemos. Quítate ( de censor) que me pongo yo. Macartistas todos, desolador. Fiscalización macartista de cada acto dizque cultural para que solo hablen los suyos. Los de cada uno, los de la secta de turno. Y también se evidencia con todo este queo de liberticidas plurales que los organismos estatales (de izquierda y derecha) manipulan a través de las subvenciones. Si quieres montar una obra de teatro, una peli o un concierto hazlo con tu dinero, coño. Así no te censuran. Más claro, agua limpia. Y recordemos. En su día el cantante Pedro Pastor. Muero porque no muero, Paco Bezerra, representación sobre la abulense universal. Teresa de Jesús. La obra teatral NUA,sobre trastornos alimentarios. Orlando, magistral obra de Virginia Woolf. La mediocre Lightyear de Pixar. La Villana de Getafe, un Lope menor. La obra de teatro El mar: Visió d’uns nens que no l’han vist mai (El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca) y que, en principio, homenajeaba a un maestro republicano de la Bureba (Burgos). O las tetas de la presunta cantante Rocío Saiz en un escenario murciano.

Hipocresías de la dictatorial izquierda, separatista o no

Los supremacistas separratas de dos patas, farisaica fauna progre variopinta, racistas anti-blancos y desorejadas femimierdistas ultraizquierdistas, escandalizados con la censura. Dobles, triples, infinitos raseros para medir lo mismo. Censura, explicárselo a ellos, para despollarse. Ellos, reyes de la censura, la manipulación, la mentira y la propaganda. La Tacones dando clase de castidad. Porque nunca han dicho ( ni dirán) nada de la persecución, acoso y censura que hemos sufrido tantos: en tierras vascas, por ejemplo. O, más reciente, contra la plandemia, entre tantas cosas. Libertad en los 80. Libertad de la de verdad.

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Lo de ahora, impuesto por la izquierda progre, es censura total, más que con Franco, que ya era difícil la cosa. ¿ Recuerdan, por ejemplo, el corrupto peneuvero Ayuntamiento bilbaíno suspendiendo el concierto de C.Tangana por las letras «machistas» de sus canciones? Y contra Mecano, Quique San Francisco, Mario Vaquerizo por llevar una camiseta de la Legión. Kichi chapando en Cádiz un ciclo de cine israelí y Colau «haciendo desaparecer» a Morante de La Puebla. Censuras a profesores, intelectuales, cineastas, escritores que no se hallaran a favor del despótico delirio Me Too. Y sus celebérrimos escraches universitarios. Woody Allen, Plácido Domingo, boicot a Harry Potter, conciertos de Kidd Keo, Hombres G.

¿ Y las decenas de canciones “prohibidas” como, a vuela teclado, las memorables Puto, chino, maricón o La mataré de Loquillo? “Revisión» de películas clásicas y cuentos infantiles y, para no alargarnos en esta casi infinita lista, el colmo del buenismo grotesco, censurando al bombero torero. Y adenda: ¿ Algo dicen de la brutal censura de Facebook, Twitter, Instagram y WhastApp (ambos propiedad de Facebook) y YouTube (propiedad de Google)? ¿ Y sobre las chinas TikTok, Wechat, Sina weibo? ¿ Y el ciber gulag digital de Putin?…

Egin, Pedro Varela

…Lo que ocurre es que siempre emergen trizas de mierdecilla que anhelan emularles. En nombre de otros sacrosantos dogmas. O de los mismos. Voltaire, siempre: «Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo«. Egin ( posteriormente cerrados Egunkaria, Kale Gorria y Ardi Beltza) y/o Pedro Varela y su Librería Europa. No hay dilema. Todos, claro. En fin.

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En fin.

Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.