23/11/2024 11:12
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Para las hinchadas, el insulto al jugador del equipo contrario es, posiblemente, el último acto de rebeldía frente a muchas cosas que les suceden; válvula de escape para liberar diferentes tensiones, como la que genera el juego. Al margen de que vivamos en una sociedad, que ha hecho de la falta de educación su seña de identidad. Las redes sociales son un buen ejemplo.

    Lo de “mono” está claro. Vinícius es un jugador excepcional y juega en el Real Madrid. Suficientes razones. Ahora bien, no se debe consentir que un jugador paré un partido por más insultos que reciba. La historia está llena de estas situaciones, con insultos como “hijo de puta o maricón”, tan ofensivos como “mono”.

    Dicho lo cual, el caso Vinícius tendría un segundo aspecto a analizar, más allá del propio caso. La mezcla étnica y cultural que se está produciendo en las sociedades europeas como consecuencia de una inmigración absolutamente desbordada, que ya está generando distorsiones sociales importantes. Sobre todo, cuanto más diferentes son quienes entran, étnica y culturalmente.

    Europa no puede admitir a todo el que quiera venir para aprovecharse de un nivel de vida que hemos ido creando generación tras generación, y al que ellos no han contribuido, pero del que se benefician mayormente. Tenemos que admitir sólo a quienes necesitemos en función, no sólo de nuestros intereses económicos sino étnicos y culturales. Y por supuesto que contra el racismo necesitamos educación específica en las escuelas, al tiempo de acciones penales para condenarlo. Pero nada de esto es suficiente, si uno es consciente que quienes han entrado en su país, lo han hecho asaltando sus fronteras para beneficiarse de un sistema de prestaciones, al costado de nuestros bolsillos. Y no digamos nada, si encima vienen a delinquir, que desgraciadamente son muchos, como esos menores que sus padres nos envían.

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    Sin salirme del caso que nos trae, para mí lo fundamental del día autos fue comprobar que, en el Real Madrid, el equipo que según dicen mejor representa a España, sólo jugaba un español.

    ¿Hay suficientes jugadores de fútbol españoles? Y si es así, ¿por qué hasta en Tercera División, las plantillas de los equipos están repletas de foráneos? Foráneos ante los que las hinchadas muy españolas que defienden sus colores con ardor, se vuelven locos. Seguro que entre ellos hay un tendero que pone como reclamo “Compre aquí, ¡Producto español!”.

    Vaya mi reconocimiento a Vinícius, como persona y como jugador. ¡No al racismo!

Autor

Pablo Gasco de la Rocha
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Aliena

Qué preguntas hace usted; también hay suficientes médicos españoles pero se tienen que marchar a otros países y entonces aquí faltan médicos y no paran de venir extranjeros para las sanidades pública o privada. A mí qué me cuenta. Alguna razón habrá, seguro que es lógico, razonable, normal e incluso positivo y, por tanto, lo deseable; sencillamente sucede que yo no acierto a resolver la ecuación…

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