El P. Calvo Zarraute explica cuando la Iglesia se pasó al enemigo y sus consecuencias para España

La Santa Iglesia Católica Apostólica NO son solo sus papas, cardenales, arzobispos y obispos, de España, Alemania, Holanda, Italia, Francia o de cualquier lugar del mundo.

La Santa Iglesia Católica Apostólica tiene solo una Cabeza: Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero, Salvador y Redentor nuestro, Verbo encarnado, Dios con nosotros, Luz del mundo, Pan de vida, Resurrección, Buen Pastor, Vid de la que somos sarmientos, Puerta, Camino, Verdad y Vida y Segunda Persona de la Santísima Trinidad, su Fundador. Jesucristo que es Rey de reyes y Señor de señores, Veraz, Nombre sobre todo nombre, que triunfó sobre todos sus enemigos, demonio, pecado y muerte incluidos, y nos hará partícipes de su Glorioso Triunfo si permanecemos fieles a su Santísima Palabra contenida en los Evangelios.

La Santa Iglesia Católica Apostólica es indestructible, ni todo el poder del mundo, del pecado, del demonio, de los anticristos y del infierno puede destruirla, porque Dios Todopoderoso la defiende más que una madre a su retoño, y vive en los corazones y almas de miles de millones de hombres y mujeres de todos los tiempos que aman y han amado a Dios durante dos milenios, hasta el extremo incluso de dar sus propias vidas en glorioso martirio, hecho inédito en todo otro culto o idolatría.

La Santa Iglesia Católica Apostólica tiene la autoridad suprema de Dios y de sus elegidos, los santos y santas de todos los tiempos, que son apóstoles e instrumentos por medio de los cuales Dios se revela (pues el Señor al dejar el mundo dejó el Espíritu Santo Paráclito, para que enseñase la Verdad hasta el fin de los tiempos) y actúa (milagros hechos por intercesión de estos santos y santas) a pesar de todas las persecuciones, desprecios, incomprensiones y martirios que han sufrido, incluso por parte de los que siendo anticristos salieron de entre nosotros como nos enseña el Espíritu Santo por medio de San Juan Apóstol amado del Señor.

La Santa Iglesia Católica Apostólica ha sufrido persecución desde la misma Pasión Gloriosa del Señor. Nunca dejó de haber herejes, blasfemos, traidores a Cristo, apóstatas, falsos profetas, usurpadores, nunca dejó de sufrir la imposición y la opresión de emperadores, reyes, nobles, aristócratas, potentados, poderosos, mercaderes, empresarios, políticos, diplomáticos, etc., para tratar de instrumentalizar la Palabra de Dios en beneficio de sus intereses mundanos y políticos materialistas del modo más insensato y satánico, para mal eterno de sus propias almas. Pero de todo ello ha salido victoriosa la Iglesia, incluso sobre un mar de sangre de los mártires de todos los tiempos, y saldrá en los tiempos actuales, que a nadie le quepa la menor duda por mucho que falsos «católicos» quieran inducir desesperanza. Incluso la Santísima Virgen María, Bienaventurada e Inmaculada Madre de Dios y nuestra, ha confirmado que su Inmaculado Corazón triunfará. Y así será, a pesar de todos los que la han despreciado y la desprecian miserablemente incluso en la misma Iglesia. El propio Señor enviará a sus ángeles para que separe la cizaña del trigo, quemando la primera en el horno y almacenando el segundo en sus graneros. El Señor jamás falta a su Palabra. El Señor hará Justicia. En Él y solo en Él confía el cristiano católico verdadero, no en falsos profetas y políticos, que siempre defraudan.