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Lo de Vini ( en su día Iñaki Williams o lo de Shakira/Piqué a cuenta del «machismo»), lo de siempre, nada que ver con racismo o el antirracismo. O con la ínsita dignidad de todo ser humano. Quia. Otra batalla más dentro la guerra psicológica contra el pueblo español para perpetuar su auto odio – cultural, pero también étnico y racial – y de esa manera se deje extinguir y reemplazar, pastueña y mansamente, por la inmigración masiva. El show Vinicius, al estilo del caso George Floyd, un nuevo endurecimiento de las leyes contra el «racismo», expiando nuestros pecados racista( » Ambas conductas figuran en el repertorio más tóxico del reaccionarismo español en su variante racista o machista, y ambas resultan inaceptables», El País, 23, V, 2023), a fuer de colonialistas e imperialista y, claro, ineludible corolario: vuelta de tuerca a la persecución legal contra los que denuncian el despiporre inmigratorio y el Gran Reemplazo. Y cuatro tíos tíos engrilletados, tras el encuentro Valencia y Real Madrid, por unos deleznables insultos mientras hacen el paseíllo con las cámaras acompañada de la siniestra maderada para solaz y deleite y ludibrio de la concurrencia.
Es la demografía, idiota
Primero. Hundimiento demográfico en Bozalistán ( incluyendo el silencioso genocidio del aborto). Nuevo mínimo histórico de nacimientos de varios siglos en España. En los últimos 12 meses, hasta marzo, 328.477 bebés (oficialnoico INE).Un 8,5% menos bebés. Un 0,9% menos españoles. Un 13% más extranjeros (+875.000). Datos de julio de 2019 a julio de 2022. Mientras, el PIB real cae 1,3%. Con 3,1% más ocupados medios en 2022, la productividad (la base de la riqueza) desciende un 4,3%.
El reto demográfico, dizque. Mas de 600.000 inmigrantes ( cifra oficialnoica), el ultimo año. La «racista» España, el mayor coladero – legal e ilegal – de todo el planeta.España pierde cada día 140 nativos y gana 1.661 extranjeros. Por grupos de edad, el número de españoles sólo crece más que el de foráneos en los mayores de 65 años. Carabanchel, mi barrio, uno de los distritos de Madrid donde hay más población de 20 a 39 años extranjera que española: 55%. Y, algo conozco del caso, las cifras son más elevados. Grosso modo: uno de cada tres niños nacidos en España es hijo de extranjeros En algunos municipios como la gerundense Salt este porcentaje llega al 75,7%. Los españoles/europeos de futuro. Los nuevos españoles.
En fin.
Autor
- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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De hecho nada de perseguir el racismo que no está perseguido ni en España ni en Europa desde hace más de cuatro décadas. En las camisetas de los equipos guipuzcoanos, alaveses y vizcaínos figura la bandera de Sabino Arana, el mayor insulto de odio a todos los españoles y a España completamente impune hasta hoy, luego el racismo y el odio son absolutamente legales en todo ámbito, por supuesto que en el fútbol también.
Lo que hay es hipocresía farisea en grado metastásico e irresoluble tanto en medios como en aficiones. Los futbolistas no protestan jamás contra los gritos que, por desgracia, se oyen en muchos campos españoles de Vascongadas especialmente: «Puta España y españoles hijos de puta». Ni tampoco se protesta contra las apologías a ETA que ha asesinado a muchos españoles incluso con tiro en la nuca, algo sumamente más grave que las ofensas a un futbolista del Real Madrid. Contra ese tipo de gritos e incitaciones al odio contra España y los españoles, ni un susurro en contra. Para eso no hay rasgarse vestiduras ni cita en medio alguno con aparente indignación más falsa que un suelo de papel. Ya sabemos que los futbolistas son bufones por dinero, a los que la patria les importa un pimiento, son como los de la estirpe errante, sin patria. De hecho, aunque en sus clubes se dejan la sangre, en la selección española ni siquiera llegan al trote cochinero y el rondo, algo que sería totalmente inadmisible en un entrenamiento veraniego de pretemporada en sus clubes, no digamos ya en un partido oficial.
Tampoco se molestarán los futbolistas y sus clubes, la UEFA, la FIFA y demás fanfarria bufonera futbolera, en lanzar una campaña contra el aborto, incluido el de los niños negros como Vinicius, Williams, Lemar, Tchuamení, Dembelé, etc., orientales como Take Kubo, moros como Ansu Fati, judíos como muchos otros y de las demás razas. Por lo que se ve, el racismo criminal genocida del aborto no es motivo alguno para escandalizarse. Solo los insultos contra extranjeros, nunca contra los españoles y su patria. Y el bético Joaquín en el campo del Sevilla tampoco montó lo que montó el fracasado en Manchester, a pesar de haber sido insultado por la afición del equipo rival, como muchos otros que no recurren al victimismo, es decir, el racismo selectivo para lograr un trato privilegiado.