21/11/2024 15:48
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Mucho se está hablando estos días de la Inteligencia Artificial. Según la primera entrada en el diccionario de la Real Academia Española, inteligencia es la “capacidad de entender o comprender” y artificial sería “lo hecho por mano o arte del hombre”, “no natural, falso”. A priori, dos conceptos difíciles de combinar.

Lo cierto es que la IA ha llegado para quedarse. Su propósito es crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano.

Expertos en estas ciencias computacionales diferencian varios tipos de IA: sistemas que piensan como humanos (redes neuronales artificiales), sistemas que actúan como humanos (robots), sistemas que piensan racionalmente y los que actúan racionalmente.

El ámbito de aplicación se abre a múltiples sectores como la salud, las finanzas, el transporte, la educación…

En España, la inversión pública por parte del Estado para la puesta en marcha de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial ha ascendido a 600 millones de euros en el periodo 2021-2023.

Si la IA pretende hacer más fácil la vida de las personas habría que preguntarse ¿dónde quedan las personas dentro de este avance?

Una de las principales desventajas de la Inteligencia Artificial es que, si tenemos en cuenta que las máquinas serán capaces de realizar las mismas tareas que los humanos, el resultado será que los niveles de desempleo suban.

Y ya que hablamos de desempleo, decir que en los Presupuestos Generales para 2023, solo hubieron dos partidas que experimentaron una reducción y una de ellas fue el gasto de atención al desempleo.

Aunque la actual caída de las cifras del paro nos haga ser menos pesimistas, no hay que olvidar que España es el único país que tiene el doble de paro que la media de la UE.

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Por otro lado, y sin dejar de restar importancia a esta tecnología, hay que tener en cuenta que las “máquinas” no son humanos, y, por tanto, carecen de sentimientos, de valores éticos y morales.

Aunque no hace falta ser una máquina para carecer de estos principios.

La Inteligencia artificial puede ser muy útil, pero también puede ser una arma de doble filo si no está en buenas manos.

 

 

 

Autor

Eva Higueras
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