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– Van a matarme… ¿Qué dirá mañana esa Prensa canalla?
– Lo que le manden. ¿Está usted llorando?
– De impotencia y de rabia. Abracémonos, hermano. (Valle-Inclán, Luces de Bohemia)
Hace unos días un conocido me confesó: «Es triste decirlo, pero me cuesta un gran esfuerzo vivir hoy entre los españoles. España ha devenido en un país donde el hombre nada importa, porque vive indefenso, abandonado por las leyes y por la justicia. En la práctica, España es un país de bestias al acecho, todas tratando de imponer sus derechos, olvidándose de sus obligaciones, todas tratando de obtener ventaja a costa de quien sea. Y pronto, tal vez, será un país de delatores, profesionales o aficionados, sometidos por la envidia y la malevolencia, como se ha demostrado durante la pesadilla covidiana, que aún colea y ha dejado un grave estigma social.
» España es un país de siervos, una sociedad de esclavos que se esfuerza en esclavizar a sus próximos o a los más débiles. En la base de la vida española se halla la injusticia, porque el Estado se fortalece a costa de la libertad de los súbditos y deja a su suerte en la vida privada al ciudadano. No es posible vivir tranquilo».
Todo el mundo conocía la acusación contra él; todo el mundo excepto él. Y nadie le había dicho nada. Todos aguardaban el desenlace de aquella historia antes de comprometerse, reservándose tomar partido a favor o en contra suya según lo que aconteciera. Reconoció en aquel silencio la marca del miedo y de la cobardía que una corrupta y agonizante democracia de cuatro largas décadas había dejado en las almas, y, cuando acabara aquello, si salía con vida de esa pesadilla, se fortaleció en la suya el deseo de dedicarse a la educación de los hombres para un tiempo nuevo y hacer así una nación futura en la que ya no sería posible ignorancia ni temor algunos.
Era un iluso, porque, paradójicamente, los espíritus más libres, si no los más esperanzados, sí son los más cívicos y generosos. Pero la muchedumbre odia a los hombres independientes y libres, y los déspotas los temen; por eso unos y otros matan o dejan morir a quienes son libres y se sienten libres.
El independiente, hoy, se pierde por falta de desvergüenza, por no avenirse a la corrección impuesta y por contradecir aquellas cosas que pregonan o que les gusta escuchar a los poderosos. Si acudiera a ellos y a sus medios llorando y lamentándose, suplicando, obtendría migajas o copiosas sinecuras, a saber, pero eso es indigno de él, aunque la ciudadanía esté acostumbrada a vérselas hacer y oírselas decir a otros.
El verdadero independiente nunca ha traicionado a su conciencia ni a su patria. Y sabe que no es sano estar bien adaptado a una sociedad enferma. Con sus textos, el escritor libre trata de enardecer los ánimos de la honrada gente. Trata de recordar que sus conciudadanos pertenecen a una misma raza, corre por sus venas la misma sangre y una es la patria de todos. Que es preferible la muerte a la esclavitud y que todos ellos forman un pueblo de hermanos a quienes ni la desgracia ni el peligro podrán separar.
El hombre libre siempre asquea a los espíritus vasallos, a los intoxicadores, a los sectarios… a los turbios. El hombre libre es siempre inaguantable para quienes habitan la tiniebla, para quienes se refocilan en su resentimiento. Contra la hambrienta, violenta y atea obstinación de las oligarquías financieras y de sus esbirros, la voluntad del veraz está libre de la dicha de los esclavos y odia todo tipo de genuflexiones a los dioses de purpurina, a toda especie de cofradías y sectas. Y proclama que más importante que cultivar el respeto a la ley es alentar al hombre en el fomento de su religiosidad innata, de su alma, y educarlo en el respeto a lo justo.
El turbulento dios del mundo es a veces piadoso con aquellos que suplican piedad, pero no con el independiente, máxime con el que, además, se muestra orgulloso de su independencia. Y la defiende contra todo y contra todos.
Autor
- Madrid (1945) Poeta, crítico, articulista y narrador, ha obtenido con sus libros numerosos premios de poesía de alcance internacional y ha sido incluido en varias antologías. Sus colaboraciones periodísticas, poéticas y críticas se han dispersado por diversas publicaciones de España y América.
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Así es, larga vida le deseo
https://youtu.be/c0trGRJs_IU