El peor Feijóo en vísperas de elecciones, sin enmendarla. Por Ignacio Fernández Candela

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Las encuestas, paradójicamente favorables, le auguran un batacazo si se fía de las apariencias y confía en el inexistente juego limpio de Pedro Sanchez. La tozudez en negociar el Gobierno a la lista más votada o declarar que si no gana por mayoría absoluta dejará en manos del PSOE otra legislatura, le deslegitiman como candidato confiable. Las soluciones pasan por colocarse de perfil ante los problemas acuciantes, provocados por la aniquiladora alianza sanchista que indigna a los ciudadanos. Mala estrategia y peor sensibilidad política con una imagen que por momentos se degrada por la percepción de numerosas incongruencias que delatan la confusión moral del líder de la Oposición. Ademas, Feijóo desdeña, con autosuficiencia y terquedad, el entendimiento con los que deberían ser aliados naturales.

Núñez Feijóo es discreto por hipócrita, el escaparate público lesiona sus intenciones políticas cuando se ve obligado a engañar a su electorado, equidistante entre el giro a la izquierda del PP y la apariencia de moderación para no levantar la liebre que le reste votos en los próximos comicios. No es lo que parece como candidato presidencial y no le interesa que reconozcan el verdadero objetivo del liderazgo de la Oposición, pero no puede evitar la sospecha de que algo trama confrontado con VOX cuando se arrima al PSOE y prefiere pactos de gobierno con el PNV o hace guiños a Bildu reclutando a Sémper. Tampoco puede evitar que asome su vena nacionalista radical, antes bien pasa por la presidencia de España favorecer los intereses independentistas pero con moderación. Porque Feijóo no cree que se esté desmantelando el Estado de Derecho identificándose con las infulas totalitarias de Pedro Sánchez y la Agenda 2030, destructores del sector primario, mimetizado además con la superación del debate del aborto-Sémper, de nuevo, dixit- y la continuidad de la Ley de Memoria Democrática que defiende a los verdugos contra víctimas fascistas, ¿por ser fundador de VOX el meritorio Ortega Lara?

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Y es que Feijóo es a Feijóo, como Rajoy fue a Rajoy: previsibles en la traición al votante, como Sánchez, con la diferencia de que los socialistas son perros fieles al amo que le tira las migajas del banquete social, ignorando cualquier influencia moral, siendo el potencial votante de los populares provisto de conciencia desligada del proselitismo incondicional, capaz de decidir en función de pareceres éticos si el partido, dizque liberal, los conculca escandalosamente como así sucede con el tratamiento del aborto.

Se descabalgó de la manifestación del 21 de enero que fue un rotundo éxito, consiente la manipulación de la izquierda sobre el protocolo para que las mujeres embarazadas puedan escuchar un latido de vida antes de abortar, y mantiene la Ley de Memoria Democrática en Andalucía y Castilla León cuando dice derogarla al llegar a la presidencia. Además califica al sacristán asesinado en Algeciras, Diego Valencia que en Paz descanse, a conveniencia de Sánchez y su demencial política inmigratoria, como fallecido. Hay hipocresías escandalosas y de sordina como la del gallego. Especula con la ideología renunciando a fijar una propia. Con lo que cae, reivindicar un centralismo que desprecia los problemas provocados por el desgobierno Frankenstein, es propio de un fanático sin las miras de realismo que exige analizar las situaciones límites y encadenadas con origen alevoso en La Moncloa. Si no toma consciencia, sentido de Estado, será el peor Feijóo en los momentos más decisivos y como última oportunidad ante la definitiva debacle contra España.

Autor

Ignacio Fernández Candela

Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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