Demasiado tarde. Por Julio Merino

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En 1979 “Reinando” todavía don Adolfo Suárez (y digo “Reinando” porque a esas alturas de la película y recién ganadas las primeras elecciones con Constitución el señor de Cebreros llegó a creerse Rey, el Rey de todos los españoles) ya le escribí un artículo en “El Imparcial” que titulé “Todavía no” o “Demasiado tarde” ya que le había entrado la furia de las “Autonomías” (“El café para todos”)… y, naturalmente, aquel Rey de pacotilla no hizo ni caso. A Dios no se le podía tocar un pelo y eso que la corrupción ya había hecho acto de presencia con el famoso “Escándalo en las alturas” que había motivado la desaparición de 63 millones de pesetas de la Moncloa.

En marzo de 2008, ante la perspectiva de las segundas elecciones de Zapatero, volví a repetir el artículo, esta vez con la intención de despertar a la Derecha del PP, que se había quedado “grogy” tras el atentado mortal y criminal de Atocha (2004), para que despertase y se tomara en serio el peligro que corría España con una segunda legislatura del hombre que la estaba llevando a la ruina y al abismo… y, como siempre, la Derecha se quedó en sus casas viendo la televisión y diciendo lo de siempre: “aquí no pasa nada”, “todavía no” (que fue el grito de las Derechas en aquel mes de febrero de 1936 cuando el Frente Popular iba a por todas con urnas o sin urnas)… y así les fue a los “moderados”, “moderaditos” y el “centrismo” de la señora Sáenz de Santamaría. El “Sorayismo” se quedó en sus casas e incluso pensando en la posibilidad de un pacto con el PSOE. Y así le fue al PP y así le fue a España, que un poco más y ya no hubiera podido salir del abismo.

En mayo del 2018, cuando ya se había producido el “Golpe de Estado” de los independentistas catalanes, la aplicación del 155 y el famoso discurso del Rey… y Rajoy ya no sabía qué hacer y el “Sorayismo” se movía buscando un entendimiento con el PSOE, el recién llegado Pablo Iglesias consiguió unir a toda las Izquierdas e incluso al PNV (el gran traidor que cambió sus votos a ultimísima hora) y le ofrecieron al ambicioso Sánchez que presentara una Moción de Censura que así la tenía ganada… escondido en un restaurante cercano a las Cortes ¡y ganó! ¡y don Mariano Rajoy se perdió para la política entre whisky y whisky escondido en un restaurante cercano a las Cortes!… y yo volví a publicar mi artículo en el “Cierre Digital”, alertando a las Derechas de que ya estaban en la palestra “Podemos” y VOX” y con buenas perspectivas… y las Derechas no se lo tomaron en serio y una vez más se quedaron en sus casas y viendo la tele: “Joder, Merino, déjate de pesimismos que aquí nunca pasa nada y si pasa se le saluda”. Pero yo insistí con mi alerta: “Ojo, que mañana puede ser demasiado tarde”… ¡Y tanto que lo fue! Porque las Izquierdas y los independentistas catalanes, vascos y bilduetarras que ya estaban en el “Gobierno de Coalición” se habían dado cuenta que unidos, en realidad, podían ser una “Dictadura parlamentaria”… Y en eso estamos desde 2018 y 2019. ¡¡¡UNA DICTADURA PARLAMENTARIA!!!

Por eso yo me río, por no llorar, del ímpetu con el que la señora Rosa Díez está pidiendo a gritos que las gentes de Derechas vayan sin falta a la concentración que están organizando para el sábado 21 en la Plaza de la Cibeles de Madrid. ¡¡¡¡ Ahora!!!! A buenas horas mangas verdes. ¿Y ya para qué? Vayan 50.000, 500.000, 1 millón de “moderados”, “moderaditos”, “centristas” y “Sorayistas”, incluso aunque el gallego que ni sube ni baja vaya en cabeza de los suyos, tienen ya nada que hacer. Porque a partir de ahora, cuando el sibilino, ambicioso, pero el más listo de la clase, don Pedro Sánchez, ya se ha asegurado la Presidencia del Tribunal Constitucional. ¿O no se han dado cuenta o no quieren admitir que el que ha salido Presidente del TC ha sido el propio Sánchez y no Cándido Conde-Pumpido?

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Y por ello hoy le quiero recordar el artículo que vengo publicando de cuando en cuando desde 2018. Este:

«TODAVÍA NO» O «DEMASIADO TARDE»

Lo siento, pero por más que trato de entender la política que está siguiendo el Presidente Sánchez con Cataluña más se me vienen a la cabeza («Memoria Histórica») los nombres de Edouard Daladier y Neville Chamberlain, los Primeros Ministros de Francia y el Reino Unido que tuvieron que lidiar con el Hitler más ambicioso y prepotente. Como ya he escrito en otras ocasiones aquellos pobres diablos se pasaron dos años (1937-1939) intentando aplacar a la fiera con el diálogo, reuniones y concesiones, convencidos de que podían frenar al «ogro» con palabras y «regalitos»… y así le permitieron que se «comiera» primero Austria (12-3-1938) y luego «Los Sudetes», la región más rica de Checoslovaquia (1-10-1938). Todo con tal de evitar la guerra y cuando acordaron las 200 divisiones nazis y 1800 carros de combate ya estaban desfilando por Bruselas y París, habían hecho una carnicería en Dunkerque y 1000 aviones bombardeaban Londres (y ellos ya habian sido arrojados del Gobierno).

Fue el gran fracaso de la vía del diálogo y las «componendas» de despacho, porque los hechos demostraron que ante un loco las palabras son papel mojado…¿Y quién pagó el pato de aquella política suicida?. Europa y el mundo entero, tras una guerra salvaje de casi 6 años y miles de millones de muertos. Todo por no haberle parado los pies a tiempo cuando todavía estaba en la fase de las palabras y amenazas, en la que están todavía el huido Puigdemont, la marioneta Aragonés y los suyos y sabiendo que no se van a conformar con palabras y reuniones y que a la postre habrá que emplear las fuerzas del Estado de Derecho que al día de hoy es España y que cuanto más se tarde más rotunda tendrá que ser la respuesta.

Pero, si el Presidente Sánchez no tiene bastante con el recuerdo de aquellos Primeros Ministros de Francia y el Reino Unido hoy quiero ponerle sobre la mesa al general MacAr-thur, el militar más condecorado de los Estados Unidos y el Comandante en Jefe de los aliados que ganó la guerra del Pacífico. Porque fue él quien vio antes que nadie lo que ambicionaba el Japón, aliado ya de Hitler y Mussolini, y alertó de lo que se avecinaba y podía suceder si no se les paraba los pies a los nipones antes de que fuera tarde. Nadie le hizo caso y un día se encontraron, por sorpresa, con el bombardeo de Pearl Harbor.

Según diría más tarde en uno de sus discursos de despedida de la vida militar, cuando fue cesado por el mediocre Truman (el Presidente que autorizó las Bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki). Al parecer mucho antes del ataque a Pearl Harbor (7-12-1941), en cuanto cayó Francia (25-6-1940) e Inglaterra se tambaleaba, MacArthur se fue a ver al Presidente, por esas fechas Roosevelt, y en resumen vino a decirle:

«Señor Presidente, Europa ha caído y Hitler ya está en París. Creo que ha llegado nuestra hora. Japón nos puede atacar en cualquier momento…» / » Hombre, general, antes, al menos, tendrán que declararnos la guerra» / » Se equivoca, Presidente, además ya lo han hecho, el Primer Ministro lo ha dicho bien claro, «El Pacífico será para nosotros»… y me consta que han intensificado al máximo su producción de barcos y armas…y además las victorias de Hitler les ha envalentonado, no se olvide que son aliados, Alemania, Italia y Japón» / «General, yo le aseguro que no se atreverán, porque saben que somos más fuertes”…/ «O hemos sido, señor Presidente, porque ahora mismo, según mis informaciones, ya tienen más portaviones y más acorazados que Estados Unidos, y esas naves serán decisivas en una guerra eminentemente marina, como será ésta»/ » Pero, general, si no tienen petroleo, si se lo estamos vendiendo nosotros»/ «Lo sé, pero usted sabe que en el Pacífico sí lo hay y le aseguro que eso será lo primero que hagan, asegurarse el petroleo»/ «Está bien, amigo DOU (Douglas),le agradezco sus consejos y los tendré en cuenta… aunque permítame que le diga una cosa: los Estados Unidos no declararán una guerra, ninguna, antes de ser atacados» / «Pues, ya sabe lo de los romanos: si quieres la paz, prepara la guerra»/ «Está bien, está bien, general… no crea que en la Casa Blanca no estamos algunos que pensamos»…

Y cuando ya salía, según sus propias palabras, le dijo: «Fran (Franklin), pero no olvides que las guerras se ganan o se pierden por dos palabras:

TODAVÍA NO o DEMASIADO TARDE. Cuando un general se dice a sí mismo «todavía no, podemos esperar a mañana (lo que hizo Napoleón en Waterloo) y deja la iniciativa al enemigo puede encontrarse con el demasiado tarde de la derrota, por no haber atacado a tiempo».

Señor Sánchez, en esas se encuentra usted, entre el «todavía no» o en el «demasiado tarde». ¿O es que cree que el huido Puigdemont y los suyos no van a aprovechar el tiempo que les dé para conquistar más gente en Cataluña y más apoyos en Europa para la independencia? Hoy son 2 millones, mañana, y antes si no se reprime la apología del independentismo y eso de la República catalana, pueden ser 5. ¿Y entonces qué?

Señora Díez, yo la admiro por su tesón, pero usted todavía no se ha dado cuenta que en la España de hoy ya pinta poco la “moderación” que usted representa (que algunos, también yo, le llamábamos la “Tercera España”, es decir, ni capitalismo ni comunismo, que ya estamos donde estábamos en 1936). A un lado del río de Lorca el “FRENTE POPULAR”, de las Izquierdas, y al otro, el “FRENTE NACIONAL” de las Derechas. ¡Eso si llegamos a las urnas!

Autor

Julio Merino: Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.