22/11/2024 04:45
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Sin duda, como Caballero Legionario, que he sido, soy y seré hasta la muerte, estos Actos de Jura de Bandera, NUNCA PROMESA, son muy apreciados y agradecidos por mí.

De las 250 personas que Juraron la Enseña Nacional, la mayoría eran mujeres, nuestras querida Señoras y Bellas Damas Españolas, a las que tengo el máximo respeto y vistas las traiciones de Gobiernos y Monarcas, me temo, que no tardando mucho, habrá que defender  “A SANGRE Y FUEGO”, nuestras emblemáticas ciudades.

Y ahí estarán, nuestras Damas, convertidas en Agustinas de Aragón o Manuelas Malasaña, quienes se pondrán en vanguardia, a cañonazo limpio contra los insurrectos moros.

No debemos olvidar que ambas Plazas españolas, ya fueron vendidas por el Perjuro, Traidor, Infame y criminal del Juan Carlos I, por la desgracia de Franco y ahora tenemos a un Gobierno compuesto por toda la basura antiespañola, incluidos, separatistas, anarquistas, radicales feministas y etarras criminales, que no harán nada por salvarlas.

En esta ocasión, los militares y el pueblo, deberá cumplir con LA DEFENSA DE LA PATRIA y no recular ni un centímetro, como hicieron con el Sahara Español, en el que además, tuvieron que salir deprisa y corriendo.

Y ante esta sórdida autoridad ilegalmente establecida, hay que empezar por la detención de los traidores y ponerlos a disposición de Juzgados Militares, que les condenarán a enfrentarse a un Pelotón de ajusticiamiento, por TRAIDORES A LA PATRIA.

Las Murallas Reales han acogido este sábado la Jura de Bandera Civil en la que han participado más de 250 personas en nuestra ciudad. Una cita para volver a mostrar el amor a España y a su bandera de los ceutíes en la que ha ejercido como anfitrión el Tercio Duque de Alba 2º de La Legión. El acto ha estado presidido por el General 2º Jefe de la Comandancia, Fernando Rocha, y la vicepresidenta I del Gobierno de la Ciudad, Mabel Deu.

La cita ha contado también con una amplia representación del Gobierno de la Ciudad, así como con la presencia de los dos senadores por Ceuta, Yolanda Merelo, de Vox, y David Arbona, del PP, y la diputada en el Congreso, Teresa López, también de Vox.

La secuencia del acto, abierto al público, ha comprendido la lectura de la Orden de Defensa, la Jura de Bandera, la alocución del Coronel Jefe de la formación, el homenaje a los que dieron su vida por España, el Credo y Canción del Legionario y, por último, el desfile ante la autoridad que ha presidido el mismo.

En esta ocasión, se ha conmemorado el centenario de la primera Jura de Bandera de la Legión que tuvo lugar el 31 de octubre de 1920 en los llanos del Tarajal en Ceuta. Alrededor de 250 civiles han participado en uno de los actos más solemnes que existen en cualquier nación. En él, con un beso en la Bandera, se materializa un juramento o promesa de obediencia y fidelidad en el servicio a la Patria, aún a costa de la propia vida.

 Y aquí tenemos el primer grave error:

¡A Dios y a la Bandera se JURA!

La promesa es para aquellos que saben que eso es un compromiso, que casi nadie cumple. Las promesas, quedan para los niños, a sabiendas que no van a cumplirla.

La Promesa debe estar completamente prohibido y máxime en un Cuerpo como La Legión, en la que nuestro protector y figura fundamental es el Cristo de la Buena Muerte, al que se le debe respetar y a Él solo se le Jura, no se le promete.

El segundo error o fiasco, aunque como militares, están obligados a ellos es dar “VIVAS AL REY”.

¿A qué rey nos referimos? Al huido que entregó una tercera parte del Territorio Nacional al enemigo, como fue el Sahara Occidental Español o a el actual, que es republicano y está en brazos del comunismo, al que solo les sirve su firma en los diabólicos Decretos y Leyes, que los ROJOS inventan, para destruir a la Patria?

En muchas ocasiones, los Coroneles de los Tercios, han eludido, vivas al rey, porque aunque figure como “Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas”, nada dice, ni dirá, cuando continuamente el rey alauita Mohamed VI, está amenazando con invadir, nuestras españolísimas plazas de Ceuta y Melilla, incluso las Islas Canarias. ¡MENUDO JEFE SUPREMO!

El juramento o promesa ante la Bandera de España está legalmente establecido como requisito previo a la adquisición de la condición de militar profesional. A los españoles que no quieran vincularse a las Fuerzas Armadas con un carácter profesional, se les permite que puedan manifestar su compromiso con la defensa de España, prestando el juramento o promesa ante la Bandera. Los requisitos para Jurar Bandera son tener la nacionalidad española, haber cumplido los 18 años y no haber sido declarado incapaz por sentencia jurídica firme

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Y aquí seguimos cayendo en un craso error, alabando una falsa Constitución, en la que se especifica que España es una Nación aconfesional, incluso la “Prostitución del 78” garantiza la libertad religiosa y de culto y se especifica el carácter aconfesional del Estado. Todo eso me parece muy bien, que cada uno crea o no, pero bien distinto es a nivel militar, España debe seguir siendo un Estado Católico, en la que no debe haber cavidad, para herejes, ateos y demás personajillos, pues España es Católica y si no, no es España.

Un acto en el que el coronel del Tercio, D. Zacarías Hernández, por cierto bastante inquieto y moviéndose continuamente a un lado y otro, sin una compostura de firmes, se ha dirigido a los presentes con las siguientes palabras:

«Excelentísimo General 2º Jefe de la Comandancia General de Ceuta, Excelentísima señora Vicepresidenta Primera de la Ciudad Autónoma de Ceuta, excelentísimas e ilustrísimas autoridades civiles y militares, oficiales, suboficiales, personal de tropa, damas y caballeros legionarios, señoras y señores. El 31 de octubre de 1920, en el llano del Tarajal, en Ceuta, se celebró la primera Jura de Bandera de La Legión.

 Los legionarios de las 3 primeras Banderas formadas besaron la bandera. El Teniente Coronel Millan Astray les tomó el juramento de fidelidad y los legionarios, gorro en alto, juraron morir por La Legión. La Legión tardó 3 años en hacerse merecedora de su Bandera y 7 en que la Reina Victoria Eugenia nos hiciera entrega de la nuestra propia.

Como nuestro fundador dijo y dejó también recogido en el credo legionario:

“NUESTRA BANDERA, LA TENEMOS QUE GANAR CON HONOR, VALENTÍA, LEALTAD Y SI ES PRECISO, CON NUESTRA VIDA POR ESPAÑA”. “LA BANDERA DE COMBATE SE GANA CON SACRIFICIO Y SANGRE, SERÁ LA MAS GLORIOSA, SE TEÑIRA CON LA SANGRE DE SUS LEGIONARIOS».

Hoy, más de cien años después, sobre la Bandera de La Legión se han realizado miles de juramentos. Con 10.000 muertos y 40.000 heridos en su servicio a España demuestran que los legionarios fueron fieles a España, a La Legión y a si mismos, de la manera que señala el filósofo Ortega y Gasset, al afirmar que no existe otro rasgo más certero para distinguir un hombre moral de un hombre frívolo, que el ser capaz o no de dar su vida por algo.

Como Su Majestad la Reina Victoria Eugenia nos dijo al entregar la Bandera a La Legión en 1927: “La Bandera que recibís, lleva en cada puntada de sus bordados, las gotas de sangre heroica que los hombres a quienes se destina, ofrecieron como anticipo a la gloria con que llega a vuestras manos”. El juramento o promesa que habéis realizado es un compromiso individual, hecho libre, públicamente y sin reservas mentales. En vuestra vida, el servicio a la patria ya no es una bella abstracción; es la obligación severamente concreta e incesante de servicio a España y a los españoles.

En esta reorientación radical de la vida individual y la imposición voluntaria de una lealtad dominante, se encuentra la clave del espíritu del juramento o promesa que acabáis de realizar. No estamos ante un gesto simbólico, un puro ritual, sino ante un acto dotado de un profundísimo sentido trascendente. Revestido del simbolismo que le otorga la presencia destacada de nuestra Enseña Nacional, supone aceptar e interiorizar los altos ideales que representa, porque nuestra Bandera simboliza la nación, es signo de la soberanía del pueblo español, de su independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en nuestra Carta Magna.

Manteneos firmes en vuestras convicciones y en vuestros anhelos. Frente a todas las dificultades y sin miedo a la responsabilidad —¡España!—; sacrificando por el bien de ella, si es necesario, la propia vida —que de antemano habéis entregado hoy a la Patria. Mirando la realidad que nos envuelve, de la cual estamos hechos, que nos empuja desde el pasado y nos remite al horizonte de nuestro porvenir, transmitir a través de vuestro ejemplo y sentimiento la España que se formó con el quijotesco sueño de una humanidad trabada por la fraternidad y regida por la justicia.

Mantened la sed de España, esa que relató el poeta: “Tierra que siento como una llaga en el costado abierta, brindándome su sed, la sed de España, la tierra con su sed de nacimiento, que aún conserva la sed después de muerta”. Esa España que magistralmente definió el gran filósofo español Julián Marías como un caso excepcional, probablemente único, de país definido por un programa explícito y mantenido durante siglos con asombrosa constancia; un país que consiste primariamente en un argumento lo más humano imaginable. España no será simplemente una nación, una nación como las demás, sino un complejo de pueblos con un repertorio de relaciones todavía no bien comprendidas y con un proyecto histórico, a la vez coherente y múltiple.

Hoy hemos sido privilegiados testigos de vuestro gesto patriótico de generosidad que os empuja a formar hoy aquí. Este acto supone uno de los ejemplos más claros de unión de los españoles. Pese a la gran diversidad presente, vuestro deseo ciudadano no distingue de clases sociales; religiones, o ideologías, todos estamos hoy aquí representados, estamos hoy unidos por un objetivo común del que nos sentimos muy orgullosos. Los que hoy habéis jurado en estas Murallas Reales unís vuestra historia a la de La Legión y a La de Ceuta que es la historia misma de España.

La «Noble, Leal y Fidelísima» Ciudad de Ceuta que cuando en 1640 las coronas de España y Portugal volvieron a separarse, sus habitantes decidieron libremente continuar formando parte de España. Hoy hacéis vuestro el encargo que la Reina Victoria Eugenia nos hizo al entregarnos nuestra Bandera, porque “a los que desde hoy os incumbe la misión honrosa de guardarla, defenderla y glorificarla os digo, al entregárosla, que lo hago sin ningún temor ni desconfianza, que fían y garantizan vuestra conducta futura la tradición de un pasado breve, pero de gloria insuperable, y el espíritu que en vosotros vive”.

 

No quiero terminar mis palabras sin llamaros a recordar también hoy a otros españoles que han contribuido con su ejemplo e incluso con su vida a la defensa de España, que no es solo patrimonio de soldados. A todos esos españoles que día a día acuden a su puesto de trabajo y que durante la pandemia acudieron sin dudarlo, dándolo todo por ayudar a los demás, y que también entregaron su vida: médicos, enfermeros, policías, y otros colectivos que nos han enseñado también el significado del compromiso con España y los españoles. Junto a nuestros héroes, los encomendamos al Cristo de La Buena Muerte mediante la intercesión de nuestro santo páter legionario Fernando Huidobro muerto en combate 

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Cornetín, MANDA FIRMES

¡¡¡Damas y Caballeros legionarios del Tercio Duque de Alba 2º de La Legión, amigos que nos acompañáis hoy!!! Renovando otra tradición que tuvo su nacimiento en la primera jura de Bandera de La Legión, os pido que recitéis conmigo los vivas con los que la Legión van al combate, con los que recordamos a España y a nuestro Rey y, hoy, celebramos esta Jura de Bandera. “Legionarios”: con el gorrillo en la mano izquierda y el brazo en alto, gritad conmigo: ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Legión!»

 

Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.


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