22/11/2024 01:33
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Hoy me encuentro en el Centro Policial de Altos Estudios de la Policía, concretamente en el despacho de Terminator, como es conocido Chema. José María Benito Garcíainspector Jefe de Policía y 36 páginas de CV con su índice. ¡Casi nada! Un tipo que impone nada más verlo. Su locuacidad tanto física como instructiva son una barbaridad.

Inspector Jefe Chema Benito

Señalar, que esta entrevista fue realizada en mayo de 2022.

B.S.:    Después de habernos conocido de manera distendida y en exceso agradecida, podemos tutearnos abiertamente.

C.B.:    Por supuesto. Y llámame Chema por favor. Todo el mundo, todos mis amigos me llaman Chema. Todo el mundo es todo el mundo.

B.S.:    Es mejor que me desgranes un poquito tu CV a base de mis preguntas. Esta vez el interrogatorio, si no te importa, lo haré yo. Número uno en España entrenando a los GEOS. ¿Es así?

C.B.:    No es cierto. Yo doy clases de una actividad como es defensa personal policial, donde tengo a todo el mundo. Es decir, yo entreno a toda la Policía Nacional en el área de actualización y especialización. Por lo tanto, por mis manos pasa todo el mundo que entra en un curso de actualización y de especialización. Yo entreno a todos y cada uno en su especialidad. Y entreno a UPR (´Unidad de prevención y reacción´)UIP (´Unidad de intervención policial´)GOR (´Grupo operativo de respuesta´)GAC (´Grupo de atención al ciudadano´)GEO (´Grupo especial de operaciones´)GOES (´Grupo operativo especiales de seguridad´), etc. Es decir, yo entreno a todos. No es mi especialidad solamente un grupo.


B.S.:    O sea, con razón te llaman el 
Terminator de la Policía. ¿Qué te llevó a entrar en la Policía? Háblame un poco de tu trayectoria como profesor, ¿lo eres por vocación o por fuerza mayor?

C.B.:    Mi padre era policía, era comisario. Lógicamente he vivido eso, en infinidad de lugares. Mi padre en su momento me dijo, – ¿no podías intentar otra cosa? –, y le respondí, – yo intento todo –. Entré en la Academia General Militar de Zaragoza, aprobé la oposición para Zaragoza, aprobé la oposición para San Javier en el Ejército del Aire. Me quedé en Zaragoza, pero después, realmente, no era lo que yo pensaba porque yo no tenía antecedentes militares, y al no tenerlos pues yo idealizaba aquello de una forma distinta. Como no era lo que yo pensé, hice la oposición para el Cuerpo Superior de Policía y aprobé. Es decir, todas las oposiciones que he intentado, todas las he aprobado. Yo soy muy estudioso.

B.S.:    ¿Y esto de “repartir leches” -permíteme la expresión con perdón-, también es hereditario?

C.B.:    En absoluto. Simplemente me gustaban los deportes de combate. Empecé con deportes de combate con 7 años aproximadamente, con Judo, Karate, Lucha olímpica, Greco romana, Sambo, Boxeo, Aikido… He probado todo para que no tuviese ningún problema. Lo que más me gustó fue el Judo y ahí, tuve mis resultados.

B.S.:    ¿Qué diferencias hay entre los cinturones negros en las artes marciales?

C.B.:    En las artes marciales todas tienen un baremo similar, es decir, empiezan con el cinturón amarillo, naranja, azul, verde, marrón, y luego pasas al negro primer dan, y a partir de ahí, es cuando realmente empiezas a entrenar. Hasta entonces estás jugando. Y cuando ya eres cinturón negro es cuando te conciencias de que tienes que tomártelo más en serio, porque un cinturón amarillo, un verde…, no te puede pegar. Es cuando empiezas a analizar, – ahora es cuando empiezo realmente a entrenar –. Y ahí es cuando empiezo yo, mi vida deportiva

B.S.:    ¿Cuándo se llega a cinturón negro ya es el tope?

C.B.:    No. Primero es el primer dan, luego el segundo dantercer dan…, hasta el décimo dan.

B.S.:    ¿Y ese es el tope?

C.B.:    El tope en artes marciales serias. Yo empecé en Judo. Después hago más cosas. Me gusta hacer muchas cosas, soy muy inquieto. Y en un momento determinado pienso que debe haber más actividades aparte de Judo y Karate, y entonces creo lo que es la Defensa Personal Policial, la creé estando de profesor en la Escuela de Policía Nacional de Ávila.

 

Inspector Jefe Chema Benito y B. Shields


B.S.:    ¿La creaste tú?

C.B.:    La creo yo. Sí. Creo la Defensa Personal Policial. La integro en un departamento, en la Federación de Lucha y continúo con la defensa personal. A partir de ahí genero más actividades, genero el Bastón policial como otra actividad reglada, el Bastón policial extensible, el tonfa, la Defensa semi rígidaDefensa personal femenina… Es decir, creo una serie de actividades que creo que son necesarias para nuestra actividad tanto profesional como la del día a día.

B.S.:    Tu Currículum es un abanico de actividades brutales. ¿Te decantas más por la docencia delante de un encerado o por la docencia física?

C.B.:    Como digo yo, la de “trabajos manuales”. A mí me gusta “trabajar con las manos”. Que la gente también sienta. Es singular cuando oyes a alumnos que han pasado por cursos, siempre se van a acordar del profesor de Defensa personal. No se van a acordar del profesor de penal. Yo llevo cuarenta y tantos años en la Policía y cuando me encuentro con gente me dicen, – Chema, tú me diste clases –, y les pregunto – ¿quién te dio clases de…? –– no tengo ni idea pero sé que me diste clases tú –.

Durante la entrevista nos acompaña el conocido Inspector Jefe Chicharro, conocido como el Gran Chicharro en la Policía.

B.S.:    ¿Y del Gran Chicharro que los policías lo señalan como una institución?

C.B.:    ¡De Chicharro también se acuerdan! ¿Por qué?, porque él, además de dar Policía Científica y otras, también daba actividades físicas como la natación, el agua, etc. Es un hombre de agua y siendo un hombre de agua, ¿quién no va a conocer al Gran Chicharro?. ¡Es un pez impresionante!

B.S.:    Tú también le das al agua, lo mismo vuelas y te tiras de un helicóptero que eres experto en técnicas subacuáticas.

C.B.:    Yo le doy a todo. Hago lo que sea. Tengo en mi CV, que eso no consta, mis 111 fracturas de huesos, que se dice pronto. Yo me he roto todo porque no tengo miedo a nada. Bueno, a lo único que tengo miedo es a morir tras una enfermedad larga. Yo tengo todo muy claro y sé que en cualquier momento me puedo ir. Lo tengo muy interiorizado. De hecho, en el despacho de mi casa hay una carpeta que pone, “en caso de morir abrir”, y ahí tengo todos mis datos. Para no dar por saco a nadie. Yo me río mucho con el tema de la muerte, para mí es un paso más, no tiene mayor secreto.

B.S.:    ¿Crees que estás jugando con la muerte muchas veces?

C.B.:    Sí, pero es un tema que no le pongo asunto, cuando me tenga que ir me voy y ya está. Lo que no quiero es sufrir, no quiero estar durante un año hecho un asco en una cama. Eso no lo quiero. Quiero morir porque me toque morir y ya está. Sin dejar de hacer ninguna actividad de las que me gustan. Por ejemplo, yo me jubilo el 19 de junio y es posible que tenga más trabajo de lo que tengo ahora.

B.S.:    ¿Y estás deseándolo por otro lado verdad?

C.B.:    Sí, sí… Porque hasta ahora solo hago esto y más de lo otro, pero lo otro son mis hobbies. Tengo 200.000 hobbies, entonces no me voy a aburrir.

B.S.:    Entre tus hobbies y tu impresionante CV, también has sido subcampeón del mundo de policías en Judo, de pesos pesados, campeón de Europa, campeón de España y un largo etc.

C.B.:    Campeón de España lo he sido en todas las modalidades, en absolutopolicialuniversitariopor equipos… ¡Todos! Durante ese tiempo en el que estuve en competición, lo gané todo. Por lo tanto, no es simplemente ser campeón de España de, era campeón de España de todas las actividades que había.

B.S.:    Los deportistas de élite como también es tu caso, cuando finalizáis vuestra carrera deportiva, muchos acaban mal porque no han sido entrenados psicológicamente para su nueva vida no deportiva profesional en el centro de alto rendimiento. Parece ser que esto se quiere cambiar ahora. ¿En tu caso esto lo controlas?

C.B.:    Yo me retiro cuando creo que me tengo que retirar de la competición. Cuando yo digo, – hasta aquí he llegado –, dejo la competición y no me supone nada en absoluto pues entro en otro ámbito, que fue cuando entré en el ámbito docente. Me centro más en el docente que en el competitivo y como hago prácticamente lo mismo… Personalmente no me retiro nunca, yo siempre estoy en funcionamiento.

B.S.:    ¿En la Policía también se encuentra este problema?, ¿en el momento que se tienen que retirar pueden padecer problemas psicológicos?

C.B.:    Hay gente que enfoca toda su vida en una cosa y cuando enfocas toda tu vida en una cosa, si te la quitan te mueres de asco. La vida es para diversificarse, habrás visto que hago de todo. He hecho de todo. Todo lo que sea de acción, lo que no sea como que me aburro.

B.S.:    ¿Te han llamado para hacer cine?

C.B.:    Sí. Pero el cine no lo quiero porque el cine es una película y yo no soy una película. Es lo único que no me atrae absolutamente nada.

 

Inspector Jefe Chema Benito y B. Shields


B.S.:    Aparte de 
“Terminator”, te llamarán de mil maneras más.

C.B.:    ¡Uf!, ¡tengo 18.000 motes de todo tipo! Da igual, mientras la gente esté a gusto pues a mí me da igual.

B.S.:    Sin embargo, exiges que se te llame Chema.

C.B.:    Los amigos me tienen que llamar Chema, y toda la gente que está alrededor de mí, sino me estreso.

El Gran Chicharro presente, se ríe cómplice y pregunto el por qué, Chema le bromea con noquearle.

B.S.:    En muchas ocasiones te habrás visto rodeado de gente que simplemente con mirarlo, con un gesto, con una palabra, sabrías que correctivo le aplicarías. Alumnos de policía, gente por la calle, etc.

C.B.:    Efectivamente. Vamos a ver. En el combate yo me manejo porque llevo haciéndolo toda la vida, y entonces, muchas veces te preguntas, – ¿pero este a dónde va? –, y te responden, – ¡yo es que a este le pegaba una leche! –– Pero vamos a ver alma de la caridad –… Yo recuerdo una reunión que tuve con unos señores que estaban cabreados con un policía y decían. – ¡cómo yo le coja! –. Y yo advertí, – ¡ese señor te coge y te arrea una paliza!, ¡es que es alumno mío y sé que te va a dar una paliza! –.

Chema y Chicharro bromean con la confianza y amistad perdurable en el tiempo de la que gozan atendiendo a la capacidad docente de sus distintas disciplinas y al gran honor, lealtad y compañerismo que se profesan.

 

Inspector Jefe Chema Benito e Inspector Jefe Gonzalo Chicharro


B.S.:    ¿Qué no perdonarías?, ¿una traición por ejemplo siendo tú un hombre de valores?

C.B.:    Sí, pero la sociedad actual pulula entre mentiras, entonces, a mí me da igual. A mí no me puede hacer daño nadie.

B.S.:    ¿Me hablas en general o a título personal?

C.B.:    Ni a nivel personal ni nada. No me pueden hacer daño. ¡Nunca!

B.S.:    ¿Si te mienten reiteradas veces tú sigues confiando en esa persona?

C.B.:     ¡No! Tendrá sus motivos ¡y es que me da igual. ¡Pues anda que no hay gente que me miente por aquí!

B.S.:    ¿Y si fuera tu mujer?, ¿le haces lo mismo o qué?

C.B.:     Todo es perdonable. La sociedad actual es…

B.S.:    Me estás esquivando la pregunta.

C.B.:     Si es verdad, todo es perdonable.

B.S.:    Una cosa es perdonar, otra cosa es confiar.

C.B.:     Sí. ¿Por qué no?

B.S.:    ¿Confiarías en esa persona?

C.B.:     No, no confío. Confío dentro de un orden. Me da igual.

B.S.:    Te estás poniendo a la defensiva, creo que no te da igual.

C.B.:    A fecha de hoy creo que me da igual nada que me moleste. La gente me dice, – es que te da igual todo –. Ignoro. Ni puto caso. No me puede afectar. Llego al despacho, me encuentro una barbaridad o cualquier cosa, y me da por reírme.

 

Inspector Jefe Chema Benito


B.S.:    Pero a la hora que tengas que delegar y siendo un hombre de honor, ¿cómo haces sabiendo que tienes a traidores a tu alrededor?

C.B.:    No delego, por eso hago tantas cosas.

B.S.:    Entonces me dices que no te da igual.

C.B.:    A mí no me afecta. Y lo hago todo.

B.S.:    O sea, te resbala (permíteme la expresión), y vas a otra.

C.B.:    ¡Y vuelve a venir otra vez! Mi honor es mío. Soy un hombre de honor, pero mi honor no se lo dejo a todo el mundo.

B.S.:    ¡Parece esto una conversación de besugos! Ja, ja. ¿Cuál ha sido tu intervención de más riesgo?

C.B.:    Lo más acojonante queda para mí. Las cosas feas se olvidan, hay que pasarlas. Prefiero no contar nada. Hay gente que se vanagloria muchas veces de cosas que ha hecho. Pero en intervenciones de riesgo, en algún país de Iberoamérica donde me han intentado pegar un tiro o acuchillarme. Ese es el mayor riesgo que yo veo. Otra cosa es que hayan podido hacerlo.

B.S.:    ¿Y tu intervención más dolorosa?

C.B.:    Lo más doloroso no, porque lo más doloroso siempre es para el otro. Entonces prefiero guardármelas. (Alarga una carcajada)

B.S.:    ¿Entonces no me vas a contar ninguna anécdota jorobada o no de ningún tipo?

C.B.:    Anécdotas no, porque hay cosas que uno las hace, pero no se vanagloria de ellas. Eso son cosas que se guarda uno. Hay gente que se recrea en cosas muy acojonantes, – yo he hecho esto, he hecho lo otro… –. Pues yo he hecho más y no digo nada. Hay cosas que no se pueden decir. Y máxime como está a día de hoy nuestra sociedad. ¡Hala!, ¡ahora vas y lo cascas! (Ríe)

B.S.:    Has estado en países muy delicados como Guatemala, Nicaragua, El Salador, Colombia…, entrenando a policías. ¿Qué diferencia existe entre la autoridad que ellos ven y la autoridad española?

C.B.:    Yo doy cursos a la carta; tú me dices, – yo quiero un curso para esta gente –, y yo te doy un curso para esa gente. Que nada tiene que ver para esta gente de aquí. Cada Policía es un mundo. Yo, como profesor de una actividad, los deportes de combate, si me pides luchar, luchamos. Y si me pides ser más pacífico, lo somos.

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B.S.:    ¿Qué no volverías a hacer?

C.B.:    Pues yo creo que me gusta todo lo que he hecho.

B.S.:    ¿No te arrepientes de nada?

C.B.:    Yo creo que no.

B.S.:    ¿Por qué o por quién darías tu vida?

C.B.:    Por mi familia. Claro. ¡Escucha! ¡O por nada!… Si yo ahora, que tengo intención de irme a Ucrania y llevar ayuda humanitaria a quienes lo necesitan…, ¡muy importante! Habrá gente que me diga, – ¡¿pero vas a ir allí!? –, bueno, pues si está la de Dios en la que me tiran un cohete y voy a palmar, palmo, pero yo no le pongo asunto al tema. ¿Me entiendes?

B.S.:    Yo te comprendo.

C.B.:    Es que la vida es una cosa que hay que disfrutar. Hay quien la disfruta viendo la TV y hay quien la disfruta haciendo cosas, y yo tengo que hacer cosas. Mi hijo por ejemplo me dice, – ¡joder me dices que si voy en moto y tú haces esto y lo otro! –, y le digo, – pero es que yo soy tu padre y te aviso de que vayas despacito y no te me estrelles –. Yo estoy ahora en una edad impresionante. Yo ya estoy de superávit.

B.S.:    Ya no hay una tercera edad, ya existe una quinta edad de la que se habla.

C.B.:    Pero yo no quiero llegar hecho un asco. En absoluto. Quiero llegar bien. Y si llego mal no sé cuál será mi planteamiento entonces. Primero no quiero ni dar por saco a nadie, ni malvivir mis últimos años.

B.S.:    ¿Crees que te faltan logros por conseguir?

C.B.:    Yo voy consiguiendo cosas. Que no son grandes logros a lo mejor, pero me recreo con ellos y para mí son pequeños triunfos.

B.S.:    Hablando de logros. Estás condecorado hasta las cejas. Y como es imposible enumerarlas todas, ¿puedes destacarme las que quieras?

C.B.:    ¡Sí! Imposible enumerarlas todas. Todas me gustan y cuando alguien me da algo sin yo pedirlo es porque ha habido un esfuerzo por parte de quien me lo da y yo se lo agradezco igualmente. No hay ni mejores ni peores. Todas las cosas me han gustado y cuanto más me dan más me gustan.

B.S.:    También eres aristócrata.

C.B.:    Sí, bueno. Todo me gusta. A veces alucino y me digo, – pero ¿cómo es que se acuerdan de mí para esto? –. Pues me hace muchísima ilusión.

B.S.:    Siempre digo que hay dos tipos de policías, los vocacionales y los protocolarios. Sé que tu perteneces a los vocacionales. Antaño siempre eran vocacionales, como debiera haber permanecido siempre. Hoy en día parece que existen demasiados protocolarios. ¿Hasta qué punto en la Policía, eso puede entrañar un problema?

C.B.:    La Policía es un tema que tiene que gustarte desde un principio. Yo, por ejemplo, ahora me jubilo y he intentado que viniese alguien aquí y no he conseguido que venga nadie. Cuando les muestro lo que hay me dicen – ¡ostias!, me lo voy a pensar! –. Y ya no recibo más llamadas.

 

Inspector Jefe Chema Benito y B. Shields


B.S.:    Como el Gran Chicharro, que cuando dejó uno de sus apartados de enseñanza en la Policía como fueron los cursos de rescate y supervivencia en el medio hostil del agua, aquello quedó huérfano. Fue insustituible.

C.B.:    Totalmente. Ese ejemplo es brutal. Lo que haces te tiene que gustar. Cuando alguien trabaja en algo que le gusta es espectacular porque para mí no hay horas.

B.S.:    Cuando trabajas en lo que te gusta nunca trabajas.

C.B.:    Nunca trabajas. Me estoy divirtiendo. Yo puedo estar sin descansar mañana, tarde y noche haciendo cosas porque me gusta. Como soy un entusiasta de lo que hago, pues ahora me voy y seguiré haciendo cosas similares u otras. Voy a hacer muchas más cosas.

B.S.:    De los alumnos que entran en la Policía, ¿qué tanto por ciento pasan a ser policías?

C.B.:    De 70.000 instancias entran 3.000. Vamos a ser realistas. La gente se auto descarta. ¡Tengo la ventaja de poder hablar de haber hecho muchas oposiciones! Todas las he aprobado. Y me voy y hago otra. Soy así. Si alguna no me llena completamente cojo, me voy y hago otra. Como soy de esa opinión veo que la gente se auto descarta. Un ejemplo burdo, no puede venir aquí un señor a pedir un puesto de trabajo y aparecer en chanclas. Eso es una falta de respeto hacia mí, y entonces lo echo. Si voy perfectamente uniformado con chandal o lo que sea, solo pido que la gente venga igual, no pido que venga mejor, sino igual. (Evidencia su uniformidad deportiva conforme a las disciplinas que imparte)

B.S.:    ¿Para ser policía hay que amar a tu país?

C.B.:    ¡Hombre! ¡Tienes que querer a tu país!, ¿si no, cómo vas a defender a la gente?

B.S.:    Entonces ¿entiendes que un policía deteste la bandera española?

C.B.:    No lo entiendo. Eso es absurdo.  Por ejemplo, el conflicto de Ucrania en estos momentos. Los ucranianos que están fuera van a defender a su país. Yo, a fecha de hoy, dudo, que si hubiese un conflicto en España, los que están fuera vinieran a defender a España. Y muchos de los españoles se irían fuera y otros se rendirían. Yo soy de los que me quedo. Lo tengo más que claro. Me quedo hasta el final. Y si me dijeran, – usted es mayor –, ¡me da igual! ¡Cuídate de aquellos mayores que hacen cosas de jóvenes en los cuales mueren jóvenes! El otro día hacían una entrevista en la calle y preguntaban, – ¿usted defendería a España en caso de guerra? -, respondían, – ¡yo no, yo no iría! –. ¡La sociedad está hecha un asco!

B.S.:    ¿Se puede ser comunista y policía en España?, ¿se puede ser de Podemos y policía?

C.B.:    Yo creo que sí.

B.S.:    ¿Y cómo funciona?

C.B.:    Funciona defendiendo a la sociedad, pero con otras ideas políticas.

B.S.:    ¿Pero con la bandera española y por España?

C.B.:    ¡Con la bandera española!, ¡por supuesto! Porque va a defender a España.

B.S.:    Es que hay podemitas que queman la bandera española.

C.B.:    Algunos la queman y otros, a lo mejor no. No conozco a gente de ese tipo que no quiera la bandera española. ¿Me has entendido?

B.S.:    Entonces, ese policía que es podemita y que respeta la bandera, ¿es un policía vocacional o protocolario?

C.B.:    Pues no lo sé. Ahí ya me pierdo. Yo no soy comunista. Pero ¡Julio Anguita!, ¡qué político más bueno! Yo tengo buenos amigos a fecha de hoy que antaño era del Partido Comunista de España, y de luna de miel se fue a Moscú, y pensaba que era el paraíso terrenal. Antes de que se fuera le dije, – te vas a un sitio que es una mierda – y me dijo, – tú lo que eres es un facha –. Pues vale. Pero nos hemos querido siempre. Cuando vino de Moscú me dijo, – aquello es una mierda realmente –. Te estoy hablando de hace muchos años. Y luego se volvió del bando contrario. Él hace tertulias televisivas, y le preguntaron en una ocasión qué opinaba y dijo – como he estado en ambos lados puedo analizarlo mejor que el que no lo ha estado –.

B.S.:    Como Jiménez Losantos y Sánchez Dragó.

C.B.:    Por ejemplo. Y a este amigo mío le llaman para las tertulias televisivas porque lo vivió en época de Franco y ahora. Y ahora piensa que en su juventud estaban equivocados.

B.S.:    ¿Y hoy en día echa de menos a Franco?

C.B.:    Él dice simplemente que eran defectos de juventud y que dentro de toda la gente que hay, muchos, todavía quieren a España y votan a otras entidades políticas muy raras. ¡Y yo conozco a esa gente!, no son de los que van rompiendo cosas y montando pollos. Y añado de él – en caso de guerra yo me quedo aquí a defender a España –. ¡Acojonante! Pero a esos los conozco yo.

B.S.:    ¿Policía franquista o la Policía de ahora? ¿Ahora hay más protocolo?

C.B.:    Hay que poner cada momento en su contexto histórico. En la época de Felipe II, el que no comulgaba con determinadas cosas, lo quemaban. Y la gente lo veía normal. Iban a verlo a la Plaza Mayor. Lo que no podemos es analizar algo de hoy en el contexto de hace 50 años. Son cosas distintas. Hoy por ejemplo he enseñado a la gente a cachear y se alarmaban. Es que es como me lo enseñaron en su momento y nadie se asustaba y por ejemplo, yo, en Las Ramblas, pues cacheaba así.

B.S.:    Uno se tiene que reciclar.

C.B.:    Hace 60 años el tener un hijo homosexual era la ostia, ahora ni te lo planteas. Con el tiempo vamos evolucionando. Y con el tiempo nos vamos aclimatando.

B.S.:    La Historia es cíclica.

C.B.:    Sí. Todo es cíclico. Todo explota, pero a fecha de hoy la gente, los cambios lo ven como normal.

B.S.:    ¿Qué opina un policía como tú de la Violencia de Género?

C.B.:    Yo soy más estricto todavía. El que maltrata a una mujer no tiene derecho a nada. Soy más intransigente con el tema. Quien maltrata a una mujer tiene que entrar en prisión automáticamente.

B.S.:    ¿Da igual que esté metido en el mismo saco de la Violencia de Género un criminal, un loco?…

C.B.:    Una persona que maltrata a una mujer, desde mi punto de vista, pierde todo aquello que se puede considerar que es merecedor de ello. No. Un tío que ha matado a una mujer tiene que ir directamente a prisión. Después ya veremos las circunstancias. No solamente eso, el abuso general también.

B.S.:    Es que hay muchos tipos de maltrato.

C.B.:    Hablo del maltrato general, el físico, el psíquico, el intelectual, el moral. Todo eso es maltrato para mí. Yo es que soy más estricto que todo eso.

B.S.:    ¿A qué te refieres?, o sea, ¿estás de acuerdo que se meta al mismo saco en la Violencia de Género a criminales, drogadictos, enfermos mentales en general?… La misoginia es tan nimia que si realmente fuera solo por machismo quizás no generaría nada ¿no? Pues hay criminales que tienen que matar pero están en contra del machismo.

C.B.:    El que mata tiene que ir a su sitio. Ya está. Pero aparte de eso hay otros maltratos, el bullying escolar. Un profesor no puede permitir el bullying escolar. El que lo permite automáticamente yo lo sacaba del tema docente. Expulsado. Ese es un sinvergüenza. El maltrato a todos los niveles lo veo horrible porque normalmente el que abusa de otra persona no vale para nada.

B.S.:    Quien abusa de una persona normalmente es porque han abusado de esa persona y tiene la suficiente capacidad de discernir entre el bien y el mal. Por ejemplo, un hombre que ha sido maltratado por su pareja y a su vez maltrata a su nueva pareja, ¿qué harías?

C.B.:    Lo retiraría. Hay que hacer carreteras, hay que hacer mucho… A trabajar duro. No hay albañiles, no hay fontaneros. Tiene que haber de todo.

 

Inspector Jefe Chema Benito con una de sus 17 motos y B. Shields


B.S.:    ¿Tú volverías a reabrir los psiquiátricos?

C.B.:    Posiblemente sí. Una persona que no está bien no puede estar andando por la calle. Tú no puedes decir, – bueno, está mal, pero a lo mejor no hace nada –. ¿Y si lo hace qué pasa? Por eso te digo que yo soy más estricto con la situación de maltratos en general, porque veo que el que es un maltratador es un pobre diablo. Es decir, como el que en su casa es un mindundi y viene al trabajo y se cree que es algo. Son acomplejados y hay que darles su tratamiento adecuado.

B.S.:    ¿Y si no es la voluntad de ellos?

C.B.:    Precisamente por eso yo soy más estricto. Es como el policía que no quiere llevar pistola, pues se tiene que ir de la Policía. Esto es un Instituto Armado.

B.S.:    ¿Y cómo controlarías a aquellas mujeres que realmente están siendo maltratadas pero no piden auxilio, y, a aquellas, que se aprovechan de ello?

C.B.:    Yo soy de la opinión de, quien la hace la paga. Si tú a mí me denuncias por algo que yo no he cometido, tú vas para adelante. Está más claro que el agua. Lo que no puedes es quedarte inmune a todo y decir, – yo hago esto, aunque sea mentira porque tampoco me pasa nada –. No. Quien la hace la paga. Lo que sucede es que estamos llegando a unos extremos muy raros.

B.S.:    ¿Qué es la Ley y qué es la Justicia?

C.B.:    La Ley puede no ser justa. Y de hecho muchas veces la Ley no es justa para determinadas personas. La Ley es para marcar unas pautas de comportamiento, pero que se sepa también, que quien vulnere la Ley, sepa que hay una espada de Damocles detrás. No que, – si vulnero la Ley no pasa nada –. Eso no puede quedar inmune. Y además tiene que publicitarse, es decir, si hay una sentencia contra determinados políticos, todos ellos tienen que salir a la luz pública. No decir, – este sí sale, a este otro no, a este lo machaco –. ¡No! Esa gentuza tiene que aparecer.

B.S.:    ¿Estarías de acuerdo que se publicitaran todos los pederastas?

C.B.:    Todos tenían que estar publicitados. Todo el mundo tiene que saber quién es un pederasta donde vives. Yo quiero saberlo. Por supuesto. Para tenerlo vigilado. No puede haber un planteamiento de, – como ya ha cumplido… –. No. Y con los maltratadores lo mismo. La gente tiene que saber quién es quién.

B.S.:    Las estadísticas reales dictan que la mayoría de las denuncias son falsas.

C.B.:    ¡Pues si son falsas hay que condenar a quien ha cometido la denuncia falsa!

B.S.:    ¿Qué te parece que una mujer con una llamada de teléfono haga que detengan a un hombre sin más dilación y un hombre no pueda hacer lo mismo? La asistente social sin tener que ser abogada, psicóloga, juez, etc., tiene la potestad de meterlo en el calabazo. Aunque simplemente diga que la ha llamado, con perdón, puta, y sea falso y sin testigo alguno. ¿Hasta qué punto eso es legal?

C.B.:    Nosotros estamos dando clases a mujeres víctimas de Violencia de Género.

B.S.:    ¿Y a hombres no?

C.B.:    Y tienes que ver en vivo y en directo lo que hay.

B.S.:    No me cabe la menor duda porque lo conozco perfectamente. Soy consciente. Hablas de mujeres que realmente lo han padecido.

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C.B.:    Vemos a mujeres que van con miedo, alguna con el brazo roto. Y yo le digo a alguna, – sal y cuéntanos qué te parecen estas clases –, y se echa a llorar diciendo, – es la primera vez que un hombre me permite hablar en público –. Es un tema que tengo muy metido dentro porque veo directamente lo que hay. Quien no lo ve puede opinar de otra manera, pero cuando ves el disparate de lo que llega allí… Algunas con escolta. ¡Y esto no es forma de vivir! Por eso te digo que yo con esto sería mucho más estricto. Pero la que hace una denuncia falsa, ¡para adelante también!

B.S.:    Un Ministerio que se llama de Igualdad, pero que solo trata al género mujer. ¿No crees que ya es una desigualdad?

C.B.:    No. A la mujer hay que cuidarla. Yo no sé lo que hace ese Ministerio, pero a la mujer hay que cuidarla más que al hombre.

B.S.:    Por supuesto, pero yo lo necesité y no puedo acudir a ese Ministerio. ¿No será que hay que cuidar a la mujer entrenándola igualmente a tratar al hombre?

C.B.:    El maltrato es genérico, pero yo ahondo más en el maltrato de un hombre hacia una mujer que al revés. Lo siento mucho. Yo lo tengo interiorizado así, pero ello no quita que tengas razón. Y creo que el maltrato hacia una mujer tiene que estar muchísimo más castigado.

B.S.:    ¿Y qué opinas de ese aumento de hombres, que tienen pavor a salir con una mujer por miedo a denuncias falsas, o miedo a apartarse de ellas por las amenazas de esas mismas?

C.B.:    ¿Sabes cuál es mi problema?, que yo soy un hombre vintage. (Se sonríe) Soy de la edad media donde a la mujer hay que cuidarla en todos los aspectos y el hombre que sea un “flojeras” pues que entrene más. ¿Qué quieres que te diga? La selección natural es tal cual. El hecho de ser gay no quiere decir que sea un cobarde. ¡Ojo!, yo he luchado con auténticos oseznos gays y ¡ojo al dato eh!

B.S.:    Una cosa no quita la otra. Claro.

C.B.:    Antaño. En el Japón feudal, los samuráis eran auténticos guerreros a muerte. Si su Señor les decía que no valían, se hacían el seppuku, ´suicidio con corte en el vientre´. Gente recia. Les daba igual pelo que pluma. Su concepción era la de auténticos semidioses en su momento. Hay gente más apocada y gente menos apocada. ¿Gente que se ahoga en un vaso de agua?, sí. Pero la selección natural debiera de hacer only the strong survive. Yo soy un decimonónico, ¿no lo sabías?

Ríe a carcajadas y me contagia.

B.S.:    Tanto que hablas de antaño, ¿crees entonces que se está juzgando hoy en día con el resentimiento de antaño?

C.B.:    No. Pero ese Ministerio no lo conozco. De lo que no sé no te puedo hablar.

B.S.:    Cambiando de tercio y volviendo a lo policial. ¿Una vez que se entra en la Policía hay controles psicológicos y/o psiquiátricos?

C.B.:    No demasiado.

B.S.:    ¿Me estás diciendo que la saga de Loca Academia de Policía tiene inspiraciones reales?

C.B.:    De hecho, he tenido un caso algo reciente al que le dije, – vete al médico que te veo muy mal –, y cuando volvió me dijo, – me han retirado el arma –. Aquí el problema es la cobardía. Si yo te veo a ti mal, te digo, – vete al médico –. Yo soy así de directo y no tengo tapujos para nada. Y es una de las cosas por las cuales no me he promocionado en exceso dentro de aquí. Quizás soy demasiado claro y tal vez no interesa ser tan claro. Entonces prefieren otros perfiles, a lo mejor, más de sumisión.

B.S.:    Para ser policía hay que ser valiente.

C.B.:    Sí, pero la gente se va olvidando. Se acoplan y se van adaptando. Pasa en todas las profesiones. Igual que en el ejército y todas partes, hay gente que se pregunta, – ¿y este de dónde ha salido? –. Bueno, pues porque hay de todo.

B.S.:    Siempre hay alguna rana por ahí ¿verdad? ¿Y cuando hay una rana que va pegando saltitos y portando un arma?

C.B.:    Da mucho miedo.

B.S.:    ¿Y qué se hace ahí? ¿No hay ningún departamento específico para detectarlo?

C.B.:    Tú mira lo que yo tengo aquí en el respaldo de mi sillón. ¿Qué es?

B.S.:    Un chaleco balístico.

C.B.:    ¡Un chaleco balístico! Porque no me fío un pelo de que alguien esté zumbao por aquí con tanta pistola. Y muchos se ríen. – Sí. Pero yo aquí me parapeto –.

B.S.:    Yo haría exactamente lo mismo. Es pura lógica.

C.B.:    Y en pocos despachos verás un chaleco balístico. Yo por si acaso. ¡Y es mío eh, no es del Cuerpo! ¡Cuántas veces ha aparecido por aquí un tío con un fusco! ¡Ostias qué miedo!

B.S.:    ¿Y cómo pasa el control?

C.B.:    Aquí todos tienen que llevar pistola.

B.S.:    Lo sé. ¿Pero entiendo que es algún policía al que se le va la “pinza”?

C.B.:    ¡Que se les va la “pinza”! En este despacho ha habido peleas ¡eh!

B.S.:    ¿Y qué habéis hecho?

C.B.:    ¡Yo reírme! (Se desparrama de la risa)

Inevitable reírnos…

B.S.:    Tú porque eres un cachondo mental. Pero ¿cómo habéis reaccionado?

C.B.:    Pues nada, aquí, cuando se terminan de pegar, pues cada uno a su casa.

Seguimos riendo… Me atrevo a preguntar cada vez con más distendimiento.

B.S.:    ¿¡Unos flipados portando armas!?

C.B.:    ¡Fíjate tú! Pues aquí por el suelo…

B.S.:    ¿Y cómo los noqueas tú que eres Terminator?

C.B.:    No, yo no los noqueo. Nos asomamos y digo, – ¡falta el barro!, ¡barro, barro!… –. Yo, por ejemplo, he resuelto una situación en la que había 8 mandos policiales de distintos países, donde estaban pegándose todos, en España. ¿Y yo qué es lo que hice?, pues llamar a un par de coches, ir separándolos, dejándolos un poquito sin conocimiento, ¡y a dormir! Y los tíos al día siguiente cuando se despertaron decían, – ¡ostias qué dolor de cabeza tengo! –.

Se dirige al Gran Chicharro y le dice, – ¡y eso tú lo sabes! –. El Gran Chicharro lo afirma. No tenemos más remedio que volver a reírnos.

C.B.:    Es mi actividad y si tengo que resolver resuelvo.

B.S.:    Con ironía. ¿Cómo se llevan las lesiones cerebrales luego?

C.B.:    Eso ya es problema de cada uno. Que cada uno se lo lleve a su país. ¿Vale? ¡Pegándose todos!

B.S.:    Tú que no te aburres nunca ¿entrarías en el Partido Político de Policías Orden y Ley, POLE para seguir poniendo Orden y Ley?

C.B.:    ¿Por qué no?

B.S.:    ¿Serías compañero mío?

C.B.:    ¡Pues sí!

B.S.:    ¿Al gobierno de hoy en día cómo lo ves?

C.B.:    Pues lo veo sin gobierno. Como lo veo como un desgobierno puede pasar cualquier cosa.

B.S.:    ¿Cómo arreglarías la situación política?

C.B.:    Hay que arreglar la sociedad. Te pongo un ejemplo. Yo restauraría el servicio militar obligatorio. ¡Y se acabarían muchas tonterías! El hacer el servicio militar, donde tú te separas de tu familia y eres uno más y te dicen, – te vas a comer esto o te mueres de hambre –, se te acaban todas las tonterías. ¡Cuando yo veo a la gente que va a desayunar y se llevan una fiambrera con arroz con pollo!… ¿Pero esto que es?, ¡hemos perdido la cabeza!

B.S.:    O sea, entrenan el cuerpo pero el cerebro lo dejan de un lado.

C.B.:    Del cerebro no entrenan nada. Es la sociedad la que tiene que cambiar. Tiene un problema gravísimo. Es un problema de educación general. Los chavales cada vez está más hiper protegidos. Veo niños menores de 12 años jugando con móvil y encima el padre te dice que a su hijo en el colegio le dan tortas. Yo le digo, – un niño en un colegio se pega y si está con el móvil le darán collejas –. Si a un niño de esa edad le das un iPhone y a otro le das un móvil ´castaña solar´…, pues el de la “castañeja” le va a dar collejas al del iPhone. La culpa es de los padres. Yo hago remember de la educación que le he dado a mi hijo, le he llevado a mil sitios haciendo todas las actividades del mundo mundial, ha montado en helicóptero, en embarcaciones, en submarinos, ha inmergido…, es decir, le he dado todo para que tenga información de todo. Es un tío bien formado. Le he dado toda la formación, información y educación del mundo. No le he dado ni móviles ni gaitas, eso más adelante. Con lo cual tiene un bagaje alucinante. Por ejemplo, cuando mi hijo se presenta a la oposición, él presenta su CV y le dicen en la entrevista, – ¿no le da a usted vergüenza este CV?, es una prepotencia –, y respondió, – es el reducido –. ¡Pues le cogieron! A ver, si es un tío que es Tarzán, pues es Tarzán. Es que tiene todos los estudios habidos y por haber y numerosas distinciones. Este planteamiento es el que hay que dar a los críos, una educación y formación bestial.

B.S.:    Hay que fabricar más como tu hijo.

C.B.:    Yo ya no fabrico más, estoy saturado. Ja, ja… Si a tu hijo le das una formación así, te sale un hijo así, pero si tú le das una educación de mierda pues te sale un hijo de mierda. Está claro.

B.S.:    Mi famosa pregunta recurrente a todos los políticos y demás personajes de gran enjundia, ¿si dieran la independencia a todo aquel que la pide, en qué se quedaría España?, ¿qué sería España?

C.B.:    ¡Madrid! Y posiblemente Asturias.

B.S.:    ¿Y el Reino de Aragón?

C.B.:    Bueno… No lo sé. A mí Aragón me encanta. Zaragoza me encanta. Estuve en la Academia Militar. Para mí Zaragoza es como un segundo Madrid en pequeñito. La gente es súper agradable. Pero últimamente hay cosas que no entiendo. Con lo que es el maño, ¡que vota lo que está votando! ¡Yo alucino! Que el maño con lo maño que es ¡vota lo que vota!… Se me cae un mito. De momento me creo a los interventores de una votación, porque estos se van a casa y pueden denunciar cualquier cosa hasta que me demuestren otra cosa.

 

Inspector Jefe Chema Benito y B. Shields


B.S.:    ¿Puedes contarme una de tus anécdotas más alocadas en el extranjero?

C.B.:    Ja, ja… Sí. Estaba con un compañero en un país muy chungo. De hecho, nos reíamos el otro día hablando con el director porque también estaba con nosotros allí y salían estas anécdotas. Estábamos aburridos en el hotel y habíamos terminado lo que estábamos impartiendo y le dije, – macho, estoy aburrido, vamos a ver si nos asaltan un poquito –– venga vamos a coger un bus de estos raros, que nos lleve a un sitio. Tú que eres más flacucho te pones al final de bus y yo me pongo en la mitad y cuando vayan a por ti yo les enchufo unas ostias y ya salimos corriendo –– Venga vale –. Y así fue. Yo estaba en mitad del autobús, el otro estaba al fondo, llega uno, se mete la mano en una mochila, me ve a mí, pero mira a mi compañero que ve que está más flaco… Y el autobús lleno de gente.

Tenemos que hacer un parón para reírnos a carcajadas al unísono

C.B.:    Claro, el tío esperó a que mi compañero se bajara del autobús, se fue detrás de él, yo, detrás del asaltante y le dimos unas ostias y salimos corriendo, y le digo, – ¡jo!, ¡qué divertido es esto! –. Ja, ja, ja… Y el malo llevaba una pistola.

B.S.:    En esos países todo el mundo va armado.

C.B.:    Claro, allí es lo normal, pero no le dio tiempo a desenfundar el fusco. Es decir, anécdotas de estas son buenas porque te alegra la vida. Al principio estás nervioso, coño, – este va a por ti, no va a por mí –– ¡cuidao!, ¡cuidao!, ¡cuidao! –. Ja, ja, ja…

B.S.:    ¿Qué no perdonarías jamás?

C.B.:    Yo lo perdono todo.

B.S.:    Elige entre dulce, agrio o salado.

C.B.:    ¡Dulce!

B.S.:    ¿Qué te remuerde la conciencia?

C.B.:    (Bromeando mientras ríe) Es que no tengo conciencia.

B.S.:    ¿Eres un psicópata? Ja, ja…

C.B.:    Como no tengo conciencia no me remuerde nada, pero no soy un psicópata. Solo que perdono todo.

B.S.:    ¿Sueles dormir a pierna suelta?

C.B.:    ¡No lo sabes tú bien! Duermo de la forma más bestial que te puedes figurar. Para lo cual tú puedes tener tus técnicas de sofronización, que me vienen muy bien de cuando yo competía. Y cuando tengo un problema muy gordo me duermo echando leches. Y puedo tardar en dormirme a lo bestia un minuto.

B.S.:    Defíneme a José María Benito.

C.B.:    ¡¿Defíneme a José María Benito!? ¡Pues sí es difícil porque a mí me tienen que definir! Definirme diciendo que soy un tío fenómeno y tal pues no… Es un tío que vive y deja vivir. Esa es mi definición. Nada más. Yo preparo gente, dejo que hagan lo que quieran y vivo y les dejo vivir.

B.S.:    ¿Puedes indicarme qué significa esta bandera? (Una de tantas en su despacho)

C.B.:    La bandera de mochila, llamada también la bandera de percha. Utilizada por las antiguas tropas anterior a la guerra civil. Todas las unidades llevaban una bandera en la mochila, con lo cual las tropas de vanguardia sabían que los que iban detrás no les iban a disparar puesto que llevaban la bandera española y además servía para tapar los uniformes cuando estaban acampados para que no se llenasen de polvo. Y, cuando morían, les tapaban el rostro con la bandera de España.

Porta banderas que le regalaron de Infantería de Marina, de la Armada y muchas otras que fue regalando a otros colegas, poseyendo su propia bandera personal.

Pubklicado en: http://www.cronicatonica-magazine.com.xn--crnicatnica-magazine-c8bf.com/2022/11/entrevista-al-mayor-experto-y.html

 

Autor

B. Shields
B. Shields
Productora Creativa. Experta en conducta criminal. Periodista
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