Getting your Trinity Audio player ready...
|
No recuerdo cuando asimilé que vivimos en un mundo de fachadas, pero creo haberme dado cuenta pronto de la sinrazón de mucha gente que arrincona la lógica más elemental cuando actúa. Se olvida por completo ese don maravilloso, regalo del Creador a su creatura preferida, conocido como: la capacidad de razonar.
Esa realidad provoca en mí un fenómeno extraño: “oigo” –como un eco lejano — la frase de Jesus en el Evangelio “Misereor super turbam” (…¡siento compasión por esta gente) qué le salió espontánea al contemplar la multitud que le seguía viéndola lejos de donde podía encontrar alimento para tantos miles de personas a la hora de comer y que tenía delante…
¡Sí!, a mí también me da una pena inmensa ver a tantos hombres y mujeres malgastando su vida, totalmente despistados y ajenos por completo a la razón de su existencia. No tienen la menor idea del porqué y del paraqué, del gran obsequió el Creador al ser libre y racional.
Dios, ¡perfección suma!, hace siempre las cosas bien y facilita a los hombres los medios para realizar su misión en esta vida pero la inmensa mayoría no hace el menor esfuerzo para tratar de comprender las razones que le han movido a la concesión tantos medios como pone a nuestro alcance para facilitarnos llenar el objetivo fijado. Y, siendo así, nos tenemos que preguntar: ¿Por qué nos empeñamos en ser unos necios, y no procuramos actuar siempre con cordura?
La Fe católica –como única religión divina salida de las manos del Creador – es una maravilla, que convence tanto más cuanto mejor se la conoce. Pero los hombres del siglo XXI parecen empeñados en ignorarla cada vez más. No ven que semejante actitud es la fuente de sus mayores desgracias, entre las cuales podemos contar la “ausencia de la felicidad verdadera”.
Sinceramente es para tener compasión a la Humanidad… Y sorprende que los hombres se complazcan en “cacarear” sus desventuras como lo demuestra el hecho de que las noticias que son, digamos, comida diaria de su cerebro sean la publicidad diaria de la destrucción de los matrimonios. Les divierte glosar, en decenas de revistas especializadas, el ininterrumpido chorro de los fulanitos y zutanitas rompiendo los vínculos matrimoniales, si bien es cierto que esa palabra ya no se usa, sustituida por los lazos “de pareja”… El sacramento sagrado de nuestra santa Madre la Iglesia ha sido sustituido por el “emparejamiento”... Hasta yo acabaré por acostumbrarme al disco rayado de “la pareja de Marujita”… o “la pareja de Pepito”… Sorprende como la Sociedad se ha desintegrado en menos de un siglo tras la Victoria Aliada — que separa dos mundos y dos modos de vida—
Claro que, para captar semejante realidad, hay que tener noventa años al menos. El resto no ha podido comparar el proceso “completo” personalmente y, solo puede hablar de oídas.
Mis lectores –que alguno tengo después de cuarenta años de escribir boletines y artículos de colaboración—conocen mi admiración por la malicia satánica de Lucifer que ciertamente fue precipitado en el infierno –creado para él y sus seguidores– pero no fue privado de su inteligencia privilegiada… y él la emplea a tope para perdición de los hombres.
Sabe muy bien el “príncipe de este mundo” que el cimiento más sólido de la Humanidad es la familia, y que, a su vez, el matrimonio es el fundamento de la misma y, por lo tanto lo es también del Género humano, y por eso cuando aniquila la institución familiar está rompiendo la solidez y los vínculos de la misma. El plan diseñado para el logro de semejante éxito ha sido genial a juzgar por los resultados: ha conseguido todo sin que la Sociedad advirtiera que la estaban desintegrando y sin que nadie haya defendido el matrimonio como la propia vida, con fuerza suficiente para impedirlo. Peor es ver la nula preocupación por esta victoria fundamental de Satanás contra la Sociedad Cristiana, y la propia Humanidad.
¿Serán capaces los responsables de orientar la Sociedad de valorar la gravedad del problema?
Creo que el mejor final para este escrito es reconocer como evidente la triste realidad de la necesidad de sentir lástima por la Humanidad en el siglo XXI y de repetir una vez más: “Misereor super turbam”
Autor
Últimas entradas
- El Tiempo20/11/2024Previsión jueves, 21 de noviembre de 2024. Por Miriam Herraiz y Miguel Ángel Cardenal
- El Tiempo18/11/2024Previsión martes, 19 de noviembre de 2024. Por Miriam Herraiz y Miguel Ángel Cardenal
- El Tiempo17/11/2024Previsión lunes, 18 de noviembre de 2024. Por Miriam Herraiz
- El Tiempo15/11/2024Previsión fin de semana, 16 y 17 de noviembre de 2024. Por Miriam Herraiz