24/11/2024 00:12
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El maestro Rafael es, por supuesto, Rafael García Serrano. Y lo que vaticinó es la desaparición de España, a manos del separatismo por un lado y de la inoperancia del otro. Lo contó en V Centenario.

Los separatistas están en lo suyo: en romper España, no porque su región correspondiente -hay separatistas hasta en Madrid, coño- sea maltratada, ni sojuzgada, ni incomprendida, sino porque los inútiles sólo pueden aspirar a mangonear si reducen la realidad hasta el mínimo tamaño de su ineptitud. Pero en la otra parte están los ineptos, los trincones, los cobardes y los -cervantina definición- hideputas.

Y estos son los culpables máximos. Los que elevan la tontería a categoría de Ley; los que parlotean sin descanso -cotorras amaestradas de Parlamento, al fin- haciendo bandera de imposibles metafísicos y de aberraciones físicas. Los que se llenan la boca de «Constitución» y reniegan -o callan, que es peor- de la palabra sagrada: Patria. Los meapilas que claman contra el «populismo», que es todo aquello que no sigue al amo que les paga su estipendio de sicarios. Los que alertan del peligro de la «ultraderecha», pero callan como… -ya ustedes saben- del rojoseparatismo rampante o, a lo máximo, le amonestan sacando a paseo el dedo de hurgarse la nariz mientras se amoldan al futuro que ventean, sin los santos redaños de hacerle frente.

Por todo esto -y por muchas cosas más- en esta fecha en que se cumple el aniversario de la mayor hazaña de la Humanidad, mi recuerdo no es para la festividad -que bien poco hay que festejar-, sino para el maestro Rafael García Serrano, que hace ya 34 años que se nos fue a los luceros.

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Este año, Rafael, -amigo, camarada, maestro- ni siquiera te voy a contar lo que pasa en esta tierra -hoy más que nunca- de conejos. ¿Para qué? Estoy seguro de que nada de lo que ocurre bajo la pasividad bovina de los que tienen obligación de levantar la voz te extrañaría. Conocías bien el paño, y las hordas canallas que han vuelto son las mismas a las que tu te enfrentaste con las armas en la mano y la razón en la voz.

Han vuelto a ganar los enanos -es una referencia a las palabras que escribió Jose Antonio glosando la figura de su padre, señor fiscal, no vea insulto a los que sufren acondroplasia ni se ponga en ridículo buscándome delitos de vaya usted a saber qué-, y ahora es normal lo que en tiempos de una mínima cultura serían chascarrillos de patio de colegio. Pero es que el nivel intelectual de los que mandan, de los que jalean en prensa, de los que votan en vespasianos de metacrilato, no llega más allá de los 10 años.

Y así estamos, Rafael. ¡Joder, lo que hubieras escrito a propósito de esta tropa!

 

Autor

Rafael C. Estremera