22/11/2024 01:41
Getting your Trinity Audio player ready...

Fraude y mentira, estratagema habitual en el modo de actuar de la izquierda actual con la que nos toca torear a diario. “Acción hábil y engañosa” nos la define el diccionario. A veces se aliña con descalificaciones y amenazas para amedrentar al contrario o minar su atrevimiento. Echen la vista atrás y piensen si esa no ha sido la actitud permanente del desaparecido “marqués” durante la campaña de las últimas elecciones madrileñas o de la “Pistolera” en plena Asamblea regional simulando disparar al diputado de las filas de Díaz Ayuso.

No vamos a remontarnos a la historia para ver cómo algunos dirigentes socialistas utilizaban el recurso de esa estratagema. Lo que no tiene sentido es que, con la madurez de una democracia como la nuestra, todavía el ‘socialismo a la española’ siga encadenado en las cavernas y sin modernizar. Recientemente, algún dirigente ha perdido hasta el nombre de calles y no precisamente por su pasada bonhomía, obras o función social. Sin embargo, sí me imagino como acción de la extrema izquierda una estratagema basada en el fraude, la mentira y las amenazas. Iglesias no dejó de hacerlo mientras estuvo vivo en política: todo por su carencia de argumentos, falta de programa y porque su formación bolivariana no le da para más. Unidas Podemos hoy es una rémora, un tropezón de la democracia, un fraude y un desprecio a la dignidad.

Esos ‘argumentos’ electorales usados por la siniestra ideológica no encajan en el otro lado de la política. Aquellas balas y navaja, que tanto juego daban a la izquierda, aunque hubieran sido enviadas desde su entorno, no eran más que su estratagema para volver a recurrir a Franco, como en otro momento recurrían al dóberman que encarnaba Álvarez Cascos. Tanta parafernalia, de la que hasta Ayuso hubiera podido ofenderse por ser destinataria de semejantes envíos, fue cortada en seco por la presidenta madrileña sin amedrentarse y con tres herramientas de uso diario: serenidad, equilibrio y dignidad. No sólo no se amilanó ni amedrentó con las amenazas, sino que las calificó de ‘circo’ barato y sin importancia. Crear tensión y odio, según reconoce Ayuso, es propio de la izquierda como quedó demostrado en el micrófono abierto que retrató a Rodríguez Zapatero y a Gabilondo.

¡Vaya palo el 4-M para el comunismo madrileño, el socialismo cavernario y el comunismo de indigencia del pateador, ¡Errejón! Las herramientas electorales que utilizan la izquierda y la ultra no han conseguido que ardan en el fuego eterno, tal vez porque ella es el propio infierno. Forma parte de su aprendizaje y de su ADN de algarada y represión. Nada que ver este socialismo (Sanchismo) y sus primos con el de Felipe González, Alfonso Guerra, Corcuera, Pérez Rubalcaba, Maravall Herrero… El odio que extiende el ‘Sanchismo’, heredado del vulgar ‘Zapaterismo’, es impropio de lo que fue el socialismo de Suresnes y el de los primeros años de socialismo en España tras 40 años de vacaciones.

Miedo me da hablar de Suresnes y de su pizarra –aquella que emborronaron los ‘descamisados’– porque si lo oye Adriana Lastra va a pensar que Suresnes es un balneario, una fábrica de pizarra o el nombre del cole donde debería formarse, informarse y reciclarse antes de decir las barbaridades a las que nos tiene acostumbrados en sus intervenciones parlamentarias. ¡Qué flaco favor hace a su partido y a sus compañeros!

El socialismo de ahora vuelve a recuperar el fraude y la mentira. La segunda está a la orden del día con el ‘Doctor’ y son innumerables las ocasiones en las que ha mentido y traicionado a la ciudadanía. Del primero tenemos ejemplo con los recientes indultos, los impuestos, la incompetencia para frenar la subida del 44% de la luz, el abandono ante el virus, Los bulos para mantenerse en Moncloa, el destrozo del mal llamado escudo social…

Por cierto, echémonos a temblar con su afirmación reciente respecto a que no habrá referéndum de autodeterminación en Cataluña. No olviden su insistencia respecto a que no pactaría con Bildu. Siempre hay que entender como cierto lo contrario de lo que afirma el ‘Doctor Cum Fraude’. La experiencia da testimonio de ello.

LEER MÁS:  De inservibles «todólogos» a impresentables «mamertos». Por Jesús Salamanca Alonso

 

Autor

Jesús Salamanca Alonso