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Tras la publicación mi último artículo para El Correo de España he de reconocer que no era mi intención escribir este artículo sino otro al que me dedicaré, Dios mediante, en el futuro cercano. Cambié de opinión al pasar, citando a San Bruno, fundador de la Orden Cartujana, “Sometido a los frutos de Soledad, Silencio y Desierto”.

Dichos frutos se produjeron por la lectura y meditación, no de la Regla elaborada por San Bruno, que hemos citado arriba, sino la de San Benito, referencia de las reglas monásticas y muy especialmente de la Regla que sirvió para la creación de la Orden Cisterciense, de naturaleza ascético-militar y de la que San Bernardo elaboró su “Elogio a la Milicia de Cristo”.

En la Introducción de la Regla de San Benito podemos leer:

“Tenemos que situarnos a finales del S.V, hacia el 480, como fecha de nacimiento de Benito. Estudió en Roma en unos momentos muy críticos por el desmoronamiento del Imperio que se había formado en torno a la Urbe. Benito conoció el Cisma en la Elección Papal entre Símaco y Lorenzo en la que se produjeron bastantes muertes. La sociedad romana venía acarreando de forma acelerada una descomposición interna sin precedentes. La molicie y la degradación religiosa, así como moral, habían dejado un pueblo carente de virtudes e ideales. Los bárbaros se enseñoreaban con la rapiña, la violencia y la injusticia. La contribución impuesta por los nuevos reyes y señores hizo que regiones enteras quedaran sin cultivar, así como las minas confiscadas dejaron de ser explotadas”.

“A todo lo anterior debemos añadir que la Usura de prestamistas agigantó las diferencias y el entretenimiento del Circo continuaba siendo el medio para paliar el hambre y mantener distraído al pueblo”.

El Prólogo a La Regla de San Benito comprende los siete primeros días del año, hasta pasada la Epifanía de Nuestro Señor Jesucristo, el Día de Reyes. Tiene 5 apartados que son referencia para nuestro Combate, Milicia y Contrarrevolución:

Escucha: 

Obediencia a la Palabra, la Instrucción, el Magisterio y la Tradición de los Padres. 

Esfuerzo y confianza para enderezar las rodillas vacilantes o dubitativas y las articulaciones débiles por los ídolos de este mundo, el paganismo, las falsas confesiones politeístas y gnósticas, por la molicie, la degradación y la conducta relajada por la inmoralidad sexual y las depravaciones sodomitas o de otro tipo. 

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Renuncia a tu voluntad tomando las ilustres y heroicas armas de la obediencia para militar bajo Jesucristo, verdadero Señor y Rey.

2. Oración: 

Para que Dios te empuje y termine lo que acabas de empezar.

Nos ayude a cuidar los dones físicos, mentales y espirituales que ha puesto en nosotros por causa del Reino de los Cielos.

3. Levantémonos: 

La Escritura Sagrada nos insta a ser Vigilantes, a estar Despiertos y a tener abiertos los ojos a la luz divina, pero a su vez cerrados a la luz siniestra y cegadora de los seguidores de Lucifer.

No tengamos el corazón duro e insensible ni los oídos tapados.

Corramos en conocimiento, en virtudes personales y en exhortación a los demás que están dormidos.

Entrenemos mientras tengamos la luz del Día y de la Vida que proceden de la Fuente.

4. El Templo:

Ciñámonos la cintura con la Fe y con la observancia de las buenas obras de la milicia: Vigilia, Honor, Dignidad, Servicio, Advertencia y Celo por la Verdad y lo que es limpio.

“Señor, ¿quién puede hospedarse en tu Tienda de Campaña y habitar en tu Monte Santo? El que procede honradamente, practica la justicia y tiene intenciones leales. 

El que dice: No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a Tu Nombre da Gloria”

5. Respuesta y Obras:

En la presteza en el obrar está la Prudencia.

El que edifica sobre la Roca, Jesucristo, la Piedra Angular que los edificadores desecharon, pero no sobre sí mismo o el pueblo ese será Prudente. 

Debemos disponer nuestros corazones y nuestros cuerpos para militar en la santa obediencia de sus preceptos y contra las obras de este mundo, ya sean éstas de naturaleza política o más bien religiosas, como sucede con el llamado Nuevo Orden Mundial, Nueva Normalidad o Agenda 2030.

6. Como conclusión, San Benito establece:

Schola Dei: 

Para El Oficio Divino “Opus Dei”.

Para el Estudio de la Palabra y la Oración “Lectio et Oratio Divina”.

Militia Christi:

Para toda acción ascética de vigilancia del mal, constancia en el bien, en la lucha en el Desierto de nuestra vida y en la Cruzada que tenemos ante nosotros en este año 2021, tanto en el ámbito Eclesial como en el Mundo.

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No olvidemos cada uno de nosotros, en la Cruzada por Cristo Jesús, la Fe y la Religión, y contra las obras de Satanás, claramente establecidas en el llamado Nuevo Orden Mundial y la Agenda 2030, Cruzada en la que estamos Alistados desde el Bautismo o desde nuestros Votos Religiosos, el Manual “Elogio de la Milicia de Cristo”: 

“Un nuevo género de milicia acaba de nacer sobre la Tierra. Con el poder de su robusto brazo extermina a los príncipes de las tinieblas, satélites de aquellos pérfidos hijos de la infidelidad y de la confusión. Sí, un nuevo genero de Milicia ha nacido desconocido en siglos pasados y destinado a pelear sin tregua un doble combate contra la carne y la sangre, contra los espíritus malignos que pueblan los aires”.

“Cuando veo combatir con las solas fuerzas corporales a un enemigo también corporal lo tengo por maravilloso. Cuando observo cómo las fuerzas del alma guerrean contra los demonios, muy digno de loa es. Mas cuando se ve que un solo hombre cuelga al cinto con ardimiento y coraje su doble espada, y ciñe sus lomos con un doble cíngulo de soldado y monje, ¿quién no juzgará tal caso como insólito y digno de grandísima admiración? Intrépido y bravo soldado aquel que mientras reviste su cuerpo con coraza de acero, guarece su alma bajo la fe, ¿Qué podría espantarle, vivo o muerto, cuando su vivir es Cristo? ¡¡¡Marchad pues soldados, con paso firme y marcial, y cargad con ánimo valeroso contra los enemigos de Cristo Jesús de Quien ni la muerte ni la vida podrán separarnos!!!”

Autor

Daniel Ponce Alegre