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Por primera vez un Tribunal responsabiliza, en una resolución, a las élites mundialistas por la invención del virus chino de Wuhan. Ha sido un Tribunal de Perú.
Ninguna magistratura había estimado hasta ahora las teorías que el consenso progre integrado por las grandes tecnológicas y los políticos bienpensantes, han criminalizado como “conspiranoicas”.
En un Auto judicial destinado a resolver sobre la demora para emitir un fallo, la Sala Penal de Apelaciones de Chincha y Pisco, de Perú, afirmó que la pandemia tuvo origen en unos “creadores” que lo “manejaron y siguen direccionando con un secretismo a ultranza dentro de sus entornos y corporaciones mundiales”.
El Tribunal colegiado de la Corte Superior de Justicia de Ica que forman los Jueces de carrera Tito Gallegos, Luis Leguia y Tony Charangay dictaminó la responsabilidad de Bill Gates, George Soros, la familia Rockefeller y otros grandes magnates globalistas en la creación y extensión de la pandemia china para satisfacer réditos derivados de los procesos de control demográfico y dominio social.
El estruendoso dictamen judicial que culpabiliza del origen de la pandemia a los grandes clanes especuladores involucrados en el fomento de la eugenesia, el abortismo y la inmigración masiva, vino a consecuencia de la resolución de un recurso presentado por un imputado que buscaba que le anularan la prisión provisional alegando la ralentización de su proceso por la pandemia.
El Tribunal afirmó, literalmente: “Ningún Gobierno mundial, personas naturales y jurídicas, ni la defensa del imputado puede sostener que esta pandemia tiene la calidad de “previsible”, salvo los creadores del nuevo orden mundial como Bill Gates, Soros, Rockefeller, etc”.
Tras emitir el auto judicial donde se dibuja la responsabilidad de los grandes plutócratas de la finanza y de las plataformas tecnológicas en la dictadura planetaria en ciernes, los políticos temblaron y la “Oficina de Control de la Magistratura” abrió una investigación a los magistrados que emitieron la citada resolución al considerarla “irregular”. El poder político de Perú plegado, como tantos otros, al chantaje de las élites mundialistas, no tardó en condenar y linchar a los Jueces.
Los valientes Jueces peruanos se han atrevido a desmontar la mentirosa tesis de la Organización Mundial de la Salud dirigida por el marxista etíope Tedros Adhanom, esbirro de la China comunista, de que el “virus tiene un origen animal”.
Los magistrados entienden como real y fidedigna la teoría surgida de los estudios científicos vetados por los medios subvencionados por George Soros y China, y que suscriben el origen artificial del Covid 19 al ser labrado en los laboratorios existentes en la ciudad de Wuhan. Cabe recordar que los dos laboratorios de Wuhan están en las manos de grandes fondos de inversión representados en el Club Bilderberg –entre ellos los de George Soros- y sometidos al Partido comunista chino, orientado desde hace más de una década al patrocinio de las nuevas fórmulas de bioguerra o guerra biológica.
Los Jueces peruanos también se hacen eco de la implicación de Bill Gates, inaugurador del “Evento 201” que complementó la reunión del “foro de Davos” de octubre de 2019, y donde grandes empresarios del sector farmacéutico así como Jefes de gobierno y ministros, ensayaron posibles escenarios ante una futura “pandemia global”.
Gates es fundador y financiador de GAVI, la alianza mundial por las vacunas, que integra a las grandes empresas farmacéuticas interesadas en los procesos de vacunación mundial, y dentro de la cual juegan un papel decisivo Pfizer, Moderna o Biontech, entidades cuyos órganos directivos están controlados por la Fundación Bill y Melinda Gates y que se han convertido en proveedores esenciales de las vacunas “anti Covid” en Occidente.
Bill Gates, que en diciembre de 2019 presentó su proyecto de control tecnológico sobre humanos a través de un identificador inoculado por medio de “puntos cuánticos”, ha pontificado sobre la necesidad de globalizar un “DNI” universal. Se trataría de un “pasaporte” que contendría nuestra información sanitaria, económica y personal al abasto de los gobiernos y de las grandes tecnológicas. Del mismo modo, Bill Gates posee tres millones de acciones de Biontech, cuya cotización en Bolsa se ha disparado.
La Fundación Rockefeller es conocida por sus llamadas a la necesaria “reducción demográfica mundial” en base a la creencia maltusiana que aboga por la eutanasia, el aborto o los modelos sexuales estériles. Ha hecho valer su voz ( “el problema es el hombre, no el planeta”; “la necesaria reducción de la demografía mundial en 1500 millones de personas”) ante el Club de Roma, la Organización de Naciones Unidas o el Club Bilderberg.
La creación, en la Unión europea y con España como punta de lanza, de bases de “registro de vacunados” o las amenazas coactivas a las libertades ciudadanas mediante la extorsión de la vacuna, permiten avizorar un nada disimulado frenesí por el control poblacional generalizado. A este hecho, también hace referencia la resolución judicial del Tribunal superior peruano, así como al funesto ataque a la intimidad de las personas y a sus datos a través de la implantación masiva de la red 5 G, interesada por los gigantes tecnológicos de la China comunista y de Silicon Valey.
Como todos sabemos, la actual encrucijada para la libertad personal radica en el ataque que las grandes las grandes empresas y plataformas tecnológicas- desde Google a Facebook pasando por Twitter, Youtube o Apple- están efectuando contra el derecho a la libre expresión, actuando fraudulentamente como “editores” con capacidad para expulsar contenidos o usuarios, pero sin ninguna responsabilidad judicial. La censura no sólo nos castiga a los escritores e informadores disidentes, sino que alcanza a partidos políticos social patriotas y antiprogres -Vox-, a los líderes internacionales antiestablishment –Donald Trump- o al periodismo españolista y antisocialista -El correo de España-. Códigos Penales, Constituciones y garantías judiciales son violados a placer por las grandes corporaciones tecnológicas aliadas del consenso progre para derribar el debate público y expulsar a los patriotas, a los antiglobalistas, a los que odiamos el coñazo del ‘centrismo’ y nos oponemos a las izquierdas antinacionales y antiobreras. Terroristas islamistas, etarras de Bildu, comunistas de las FARC y Podemos, o narcodictadores como Maduro tienen, sin embargo, plena impunidad.
Un Tribunal peruano ha dado una lección de lucha contra el Nuevo Orden Mundial, y hasta allí ya ha llegado no solo la amenaza y la extorsión de las autoridades locales decididas a doblegar la independencia judicial, sino la mano peligrosa de los clanes plutócratas cuyas guillotinas censoras han sido ya afiladas no sólo contra estos Jueces sino contra todos los ciudadanos libres, independientes y no sometidos a los dogmas globalistas.
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