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Carta abierta a D.Pablo Gasco de la Rocha en relación con el artículo publicado el 30 de noviembre de 2021 en este periódico en la sección POLITICA titulado “VISITEN POR CURIOSIDAD Y NO SIN DESPUES SENTIR VERGÜENZA LA PARROQUIA DE SAN ISIDORO Y SAN PEDRO CLAVER EN MADRID”

Buenos días D.Pablo. Soy un humilde (aunque pecador) feligrés de la Parroquia San Isidoro, San Pedro Claver y Virgen del Castillo (ha omitido esto último pero este es el nombre de la Parroquia, lo otro es cómo se llama el templo) a la que dedica su artículo. En esta carta no pretendo más que mostrar mi desacuerdo con lo escrito en el mismo y dar mi punto de vista así como aportar datos que usted no menciona.

Primero. En la Parroquia no hay una placa dedicada a La Pasionaria. Lo que hay es una placa que explica la procedencia de dos imágenes donadas por Dolores Ibarruri y en dicha placa pone textualmente que “participó de forma activa en la persecución religiosa de 1936”, y añade que en los últimos años de su vida “se convirtió al cristianismo”. Debo decir también que las dos imágenes y la placa no se encuentran en un lugar preeminente de la iglesia sino que pasan bastante desapercibidas, lo digo por ser rigurosísimo con la información que doy. Censurando y condenando firmemente la actuación de esta señora durante ese período así como otras actuaciones a lo largo de su vida y que son conocidas por todos, creo que es de justicia poner el acento en las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo donde llama al arrepentimiento y a la conversión. El propio San Pablo, cuando era conocido como Saulo, fue responsable de centenares de muertes de cristianos en aquellas primeras persecuciones y sin embargo en todas las misas se lee un pasaje de sus cartas. No podemos reivindicar el cristianismo sin llevar el PERDON por bandera.

Segundo. A propósito de bandera, lo que tampoco menciona usted en ese artículo es que el templo está presidido (además de por Nuestro Señor en la Cruz) por una GRAN Y VISIBLE BANDERA DE ESPAÑA, puesta a los pies de la Virgen María en el presbiterio.

Tercero. Las imágenes fueron donadas hace muchos años al Párroco Emérito Don Francisco, un siervo del Señor que lleva toda la vida en el barrio y que tiene cerca de 100 años en la actualidad. Este hombre las guardó celosamente sin importarle el origen de las mismas, sólo le importaba quién se las había entregado y en nombre de quien por su componente histórico. No dejan de ser imágenes religiosas que dudo procedan de ningún expolio como usted dice porque no tienen (al menos a simple vista) valor artístico alguno; cualquier creyente puede tener imágenes más valiosas en su domicilio. Y en cualquier caso, de haber sido requisadas durante la persecución religiosa de los años 30 lo normal es que las hubiesen destruido y no que fueran guardadas durante tantos años en el domicilio de una persona que no se caracterizaba por ser muy devota en aquellos años.

Cuarto. El señor José Fernando al que alude en su escrito, y cuyos restos efectivamente reposan en un columbario de la Parroquia, era D. José Fernando Silva, PADRE DE NUESTRO PARROCO Jesús María Silva Castignani, autor del delito que usted le imputa de colocar esas imágenes y esa placa explicativa. Si tan amigo era de D. José Fernando sabrá que su hijo sacerdote nació en Cataluña y que no pierde ocasión de criticar el nacionalismo, las leyes de género, la memoria histórica y defendiendo incondicionalmente la unidad de España. Una de sus frases que yo más repito es “CUANDO LA IGLESIA QUIERE SER FIEL A TODO EL MUNDO TERMINA POR SER INFIEL A SI MISMA”. Bueno, pues este señor D. José Fernando Silva conocía la historia de estas imágenes y le pareció muy bien la iniciativa de su hijo. Por eso me sorprende que siendo el señor Gasco de la Rocha su amigo personal desconociese estos detalles de los que hablo y que incluso se escude en él para justificar este ataque en toda regla que su artículo supone para toda una Comunidad Parroquial de un barrio que siempre ha gozado de un movimiento apostólico activo. Y en lo referente a lo de la X en la Declaración de la Renta a favor de la Iglesia lo desconozco, pero permítame que ponga en duda sus afirmaciones respecto de D. José Fernando teniendo un hijo sacerdote, otros 13 hijos más criados y educados en la Fe, estando como estaba tan metido en la vida parroquial, etc,; que prefiriese que ese dinero fuera para los fines que el gobierno de turno decida y no para (entre otras cosas) sostener el trabajo de su hijo, pues francamente es algo que no me cuadra.

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Termino dirigiéndome a la redacción de este periódico pidiéndoles (y no dudando que lo harán) que publiquen esta carta. Ustedes se enorgullecen de abanderar ciertos valores. Uno de ellos es el de la JUSTICIA, por lo que dar a conocer nuestra versión y tener derecho a réplica ante un ataque que consideramos injustificado, así como también explicar a todos los lectores la auténtica realidad de esta parroquia de Hortaleza, pues creemos que ES DE JUSTCIA. Otro de los valores es el de la LIBERTAD, y con libertad se ha expresado este señor en su artículo; la misma libertad pedimos para expresar nuestro punto de vista y que la gente conozca nuestra verdad. Y luego y más importante, SOMOS CATOLICOS Y SOMOS ESPAÑOLES.

Y ya por último, tanto al señor Gasco de la Rocha, como al director de esta publicación D. Eduardo García Serrano, como a cualquier redactor o colaborador, o lectores que son muchos, les invito en nombre de nuestro párroco D. Jesús y de toda nuestra Comunidad a que se pasen cualquier domingo a las 12:30 por nuestra iglesia a la Misa de las Familias, y descubran la alegría en la Fe y el ambiente sano y cristiano que se respira. En su artículo lo menciona varias veces y yo ahora lo voy a repetir; estamos en la calle Villa de Pons 14 del barrio de Pinar del Rey en Hortaleza.

Me despido con un cordial saludo y agradeciendo la oportunidad de aparecer en estas páginas.

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Pablo Gasco de la Rocha