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El pasado Domingo 09/11/2022, en la misa en honor de la Virgen de la Almudena, el todavía alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, siguiendo la costumbre le ha dirigido unas palabras mostrando su dolor por los madrileños fallecidos víctimas del COVID-19 y por cuantos afrontan la pérdida de sus empleos y recursos necesarios para vivir dignamente, olvidándose de pedir a la Virgen que proteja a los madrileños de sus acechanzas de regidor.

No debe el tal Almeida implorar ayuda a la Virgen para que nos ayude a luchar contra la plaga de nuestro tiempo y que proteja especialmente a los más débiles y a los más desfavorecidos puesto que para plaga, los madrileños ya tenemos bastante con él que atropella, no sólo a los más débiles y a los más desfavorecidos, sino a cualquier ser humano que tenga la desgracia de caer en su órbita.

Asimismo, en nombre de los madrileños que no le hemos solicitado nada al respecto, ha pedido a la Virgen que ilumine la inteligencia de los científicos que, en todo el mundo, se afanan por encontrar remedios eficaces contra la pandemia del COVID-19 que nos aflige: vuelve a equivocarse el infrascrito, los científicos en el mundo entero deben afanarse en encontrar remedios eficaces para que el resultado de las próximas elecciones municipales no nos sea tan infausto como para ser mortificados  con un alcalde como él.

La inteligencia debe pedirla a los funcionarios del Ayuntamiento de Madrid para impedir la intermediación ilegal de algún empresario en la compra de material sanitario para el Ayuntamiento de Madrid.

El sujeto en cuestión también ha suplicado a la Virgen que inspire a empresarios y emprendedores para que encuentren nuevas formas de crear empleo y riqueza con las que reactivar nuestra economía, lavándose las manos con la limpieza calles, las multas desproporcionadas, las múltiples quejas contra la infeliz idea del Madrid Central, los incumplimientos de las terrazas de la hostelería que atentan contra el derecho de los vecinos a disfrutar del necesario descanso con terrazas en adecuadas condiciones de limpieza y orden.

El citado individuo también ha rogado a la Virgen por todos los que tienen responsabilidades de gobierno, aparcando todas las disputas estériles para luchar todos juntos por el bien común. Y el acierto de plantear unas políticas firmes, capaces de atajar la fractura social que puede acarrear esta pandemia, otorgando a los madrileños un corazón aún más abierto a la solidaridad con nuestros conciudadanos.

Olvida el tal Almeida que no pocos madrileños son víctimas de su prepotente displicencia, como yo que desde hace 5 años que, siendo concejal y desde el 15 de junio de 2019 que es alcalde, le he enviado numerosos escritos solicitándole que cumpla la Constitución y la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública, sin que haya cumplido con su deber cívico de responderme ni de cumplir con el juramento de respetar la ley en la toma de posesión de su actual cargo.

La retahíla de desmanes expuestos descalifica al gachó de marras e impide que, como pidió a la Virgen, podamos construir en el futuro una sociedad más cohesionada, más justa y más humana.

El susodicho Almeida no hace más que vulnerar el ordenamiento jurídico de nuestro Estado de Derecho, lo que en términos jurídicos tiene el debido tratamiento, y fomenta la discordia.

Por lo expuesto ¿para qué diablos queremos a este autócrata en el ayuntamiento de la capital de España, para que se ría de nosotros y Madrid sea la selva virgen donde cada uno haga las barbaridades que se le antojen y sentemos cátedra de descerebrados en el exterior y en el interior con las consiguientes consecuencias negativas para nuestra economía? Para eso ya tenemos a Pedro Sánchez, no necesitamos pugilatos al respecto.

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Autor

REDACCIÓN