22/11/2024 03:06
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La izquierda salvaje se echó al monte como los maquis, a vivir del robo y el pillaje, asaltar los caminos, y dar golpes de mano al primer incauto que atrapen. El chepudo, bicho peligrosísimo y la zarrapastrosa, Adriana Lastra, escupen por la boca fuego y azufre a presión. Las redes sociales se desmadran estos días, pero eso lo permiten porque es de la izquierda, que es quien manda. Ahora sin la Ley de Vagos y Maleantes que puso Azaña y dejó Franco, todo vale, de ese lado. La «gandula» así apodada, duró hasta 1970 que fue derogada, y que regía desde 1933. Los nuevos maquis, carentes de épica, se echaron al monte, y dan miedo y vómito. Isa Serra, o  la gaditana Teresa Rodríguez, o cualquiera de la caterva que viven parasitando nuestros dinero y denigrándonos. ¿Los habéis visto esputar fascistas crudos entre vísceras del hígado? O a, Ada Colau, o la asalta capillas de Carmena, o la de vocecita de cordero degollado que dice que el dinero público no es de nadie. O Jorge Javier Vázquez, que tras bloquearme en el Fecebook por escribir «maricón rojo», dice ahora que: «Sálvame es un programa de rojos y maricones». Ni copiando las ideas de otros, te va a salvar a ti ni la Virgen del Tremedal.

La directora de la Benemérita -aparta de mí ese cáliz- escandaliza a la propia Institución que dirige y representa, y a toda persona normal, de lo que ella está tan lejos de ser. Pertenece a los miembros y «miembras» de la banda criminal. Desde que Roldán, otro corrupto socialista ladrón, salía en la revista Interviú desnudo, pringado de orgías, droga y alcohol, había surgido otro escándalo así. Los viejecitos del Instituto, agachan la cabeza avergonzados, y tristemente emocionados, y no quiere hablar de ello. Ya sabéis lo que ocurre con los que escandalizan según la Biblia. Lo de Marlasca, maricón como le llama Lola, novia de Garzón, es abismal y muy feo; o lo del de la sillita que le compramos los españoles, porque es argentino, y mira el agradecimiento que nos tiene. Dios ya lo castigó por ser tan feo como malo. Son tan malos que ni siquiera saben mentir, cuando se auto agreden para culpar a VOX.  Saben joder y destruir, y manchar todo lo que tocan, sin que se pueda uno deshacer de la mierda que son; mierda de perro, pegajosa maloliente con chicle, cuando se pisa, y por más que rascas y limpias el zapato contra el bordillo de la acera y las yerbas de los alcorques, no hay manera de desprenderse del mal olor y repugnancia. Todos los montajes, como el de las balas, a que nos tiene acostumbrado la cadena SER, brazo ejecutor del partido socialista, son infumables, como la nauseabunda patulea. Lo mejor es que los recluyan a todos ya, en el hospital siquiátrico, pero en el siquiátrico de la cárcel, antes de que lo tengamos que lamentar. A estos venados sueltos por el monte solo los reducirá un cazador furtivo montañés y bastante bruto.

La izquierda feroz se tiró al monte con la pistolera al frente y las viejas ratas etarras apestosas detrás, y no hay Dios quien los detenga. Acabarán con el primer rebaño inocente de cabras que se topen a su paso. Pobres cabritas al verse devoradas, con esa voracidad, por tan «infame turba, de nocturnas aves», trituradas con alevosía, premeditación, y ensañamiento, y demás circunstancias agravantes y modificativas de la responsabilidad criminal. Por donde pisen ya no nacerá la hierba, ni el té, orégano y tomillo, ni volverán a cantar los pájaros, como con el caballo de Atila. Quedará todo reducido a la nada, arrasado sin oxígeno, agua, ni vida.

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Cuando venga pacho con la rebaja, que tiene que llegar, empezarán a temblar desde los que ya están en la tumba, acusados por la vox pópuli (Vox Dei) del magnicidio del 11 M, por donde hay que empezar con esta camada de depredadores inmundos. El que la hace la paga, y no hay más mandangas. Que se vayan al infierno a engañar y joder a su jefe, Satanás.

Las Sagradas Escrituras, dicen: dar a Dios lo que es de Dios, y al César, lo que es del César. Y a estos protervos depravados, dar lo que se han ganado. Y ganado es el mejor término para definirlos, ya que de esto de gramática andan muy mal. (El primer «ganado», es verbo participio, y el segundo, sustantivo) Sería como preguntarles por el significado de fascista que escupen con promiscuidad. Eso les preguntó mi abuela cuando los rojos encerraron a su gente, por esa causa, y todos se encogieron de hombros sin la menor idea, de qué era eso de Fascista. El electorado de izquierdas tiene taras mentales, y se traga todo lo que le digan sus ídolos que son tan disolutos como ellos; simplemente charlatanes, que carecen de las reglas psicológicas fundamentales del entendimiento…

Lo suyo es destruir y pegarle fuego a España que les encanta. Ya fueron perdonados una vez, pero una vez más… Mis ancestros los perdonaron a todos y no delataron a ninguno, ante las tropas de Jirón de Velasco, que buscaban los culpables. La santa filosofía del perdón reinó entonces. Franco no mató a nadie, y no hacía más que rezar y pedir Paz al Altísimo. Cuánta gente dice ahora, que cómo se perdió la ocasión aquella vez, una oportunidad pintiparada de limpiar bien el jardín… Mirándolo así a la luz de la razón, no a la de la fe que impone el amor y el perdón, es tan cierto lo dicho como la luz que nos alumbra. El jardín quedó muy mal limpiado de las malas yerbas y ahí están los resultados. Empezarán ellos otra vez a matar, tras arruinarnos hasta la desesperación, y habrá que defenderse, y bueno es advertirlo. Pues no les basta con los miles de asesinados por ETA, o los que mataron el 11-M, o los que hacen pasar a mejor vida, a la chuta callando, véase el Informe Royuela… No les basta con nada; o sin ir más lejos, los que aún están matando por su mala administración y porque así lo quieren con este virus comunista…para que se vayan de rositas como están tan acostumbrados. Y como no les basta con nada, no tienen límite ni perdón de Dios. Traspasadas todas las líneas rojas, y no siete, sino siete mil pueblos, y como toda paciencia se acaba, no sé si el señor Dios de los Cielos, se habrá cansado ya de tanto perdonarles…

Autor

REDACCIÓN