24/11/2024 10:12
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Entrevistamos por segunda vez para El Correo De España al director-locutor radiofónico, escritor, investigador, maestro y ajedrecista don Juan Carlos Baruque Hernández, una de las voces más controvertidas de la radio digital española: un hombre íntegro a la búsqueda del desvelamiento de las verdades últimas. En esta entrevista hablaremos sobre la censura que viene sufriendo y las cortinas de humo que el gobierno mundial en la sombra prepara para acelerar el plan sinárquico llamado “Agenda 2030”. Una entrevista tan necesaria como imprescindible para abrir los ojos a la realidad.

Su web de Mundo Insólito Radio, que acogía mucha información considerada disidente, acaba de ser cerrada. ¿A qué causas achaca usted este ataque/censura a la contra-información?

La web oficial del programa no ha sido cerrada, ha sido cerrada la web paralela unmundomisterioso.com (con la que llevaba 16 años trabajando) que acogía y aportaba, entre otras muchas informaciones “insólitas”, esa otra versión informativa y alternativa de la realidad que estamos viviendo; esa otra versión mal denominada disidente y que a la línea oficial despótica intimidante parece no gustarle quizás, quién sabe, si por aportar una mayor verdad, o la verdad de lo que está pasando realmente desde hace dos años. Una censura en toda regla y una coacción a las libertades de pensamiento y de expresión.

Tras estos agónicos casi dos años de evidente “plandemia” hipertrofiada, ¿a qué conclusiones ha llegado tras ser testigo pasivo de traumáticos sucesos, tanto personales como colectivos?

Es muy difícil sacar conclusiones tan profundas y serias en tan poco espacio de tiempo, menos aún con tanta desinformación intencionada que existe. Una desinformación lanzada y controlada por ellos mismos con el único objetivo de menospreciar y desacreditar a todos aquellos, también médicos, biólogos, virólogos, científicos, etc. que piensan, se informan y opinan de un modo distinto a su despotismo intransigente impositivo y oficialista.

Lo que está claro es que nos mienten y nos mienten y nos mienten y nos siguen mintiendo desde el principio. Ahí está la hemeroteca y las manifestaciones de la historia más reciente en donde todos podemos comprobar sus falsedades, contradicciones, imposiciones delictivas, recortes de libertades, de derechos humanos, de derechos esenciales y demás “antojos” que nos han ido implementando con la excusa de algo que todavía no hemos visto y que muchos grandes expertos y científicos niegan.

Y aunque la línea oficialista siga su curso y a pesar de la desinformación informativa oficial que los perrodistas peseteros adiestrados promulgan, todos o casi todos conocemos, por desgracia, más de un caso de “vacunados” con grandes efectos nocivos en su salud, o conocemos casos de personas que han fallecido consecuencia de males provocados por efectos de la mala coagulación sanguínea, sin mencionar a aquellos que han contraído el “virus” después de estar “vacunados” hasta con tres pautas.

Tan “solo” debemos pensar un poco más reflexivamente para sacar verdaderas interrogantes sobre lo que nos están haciendo vivir desde hace dos años y sobre el futuro que nos espera, no solo para nosotros, también para nuestros hijos y, por supuesto, para la sociedad mundial.

El discurso sistémico acaba de sacarse de la manga un nuevo pretexto en forma de variante vírica, y que responde al dudoso nombre de “Ómicron” (que por cierto coincide con el título de una comedia italiana de los años 60, con un argumento altamente sospechoso dado su parecido al escenario actual), ¿cómo interpreta usted esto? ¿Cree factible la hipótesis de que “Ómicron” sean realmente los daños colaterales producidos a gran escala por las llamadas “vacunas”?

Lo único que entiendo en este sentido es la inoculación mental del miedo a un enemigo invisible que solo ve nuestra imaginación: la mejor manera de “doblegar” a la masa social es amenazarla con algo terriblemente dañino y mortal contra lo que nadie se puede defender y que ese enemigo se transmita a través de algo tan esencial para la vida humana como lo es el aire. Tanto así, mantener ese miedo es fundamental para proseguir con las intenciones que la línea oficial persigue y que a día de hoy no acierto a ver con exactitud.

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La insultante corrupción de los mass media, en su machacona promoción del terrorismo desinformativo, está perdiendo efecto entre el gran público, hastiado de tantas mentiras. Sin embargo, una masa considerable de la población española sigue como alienada, de puro obediente es ante el inconsistente discurso oficialista.

Para mí parece claro que una gran mayoría ha sido “adoctrinada” desde hace décadas, no solo a través de los medios de comunicación (que son considerados como veraces), también a través del sistema educativo oficial. Cuanto más consumidor televisivo sea una persona, mayor capacidad para ser condicionada (manipulada) por ese medio posee.

Estos perrodistas desinformadores e inductores de acciones violentas contra todo lo que se sale de la línea oficial globalista deberán pagar, más tarde o más temprano, lo que están haciendo contra sus semejantes. Perrodistas con collares de plata, correas de oro y bozales de doble fondo que hacen mucho daño y que instan a la masa sistemática a realizar actos delictivos contra las libertades esenciales de otras personas. Perrodistas de bolsillo sin fondo, de boca ancha y corazón de piedra.

Quienes hemos estudiado los métodos básicos de programación neurolingüística somos conscientes de que el circo plandémico está a punto de colapsar, de puro amortizado. ¿Qué escenarios vaticina tras dicho inminente colapso? ¿Estima factible acciones militares de alto perfil para neutralizar disidentes?

No hace falta ningún ejercito armado para intentar doblegar y neutralizar a los que piensan de otra manera, ya tenemos a gran parte de la masa social “adoctrinada” que poco a poco va arrinconando a los que luchan por las libertades de todos y a los que ven como enemigos. El escenario dramático que estamos viviendo está muy bien guionizado y organizado. Esta “tercera guerra mundial” la vienen programando desde hace alguna década:

Han estado lanzando avanzadillas víricas mundiales de modo sistemático como lo fueron, por ejemplo, la Gripe A, el Ébola o el mal de las vacas locas, entre otras, para ir “programando”, mediáticamente hablando, a la masa social a través del miedo, con el objetivo de preparar a la mente humana en la “obediencia” de un futuro evento de tintes apocalípticos.

También se ha ido adoctrinando la mente mediante grandes producciones cinematográficas, donde el argumento principal era un virus a nivel mundial invisible y mortal. Han inoculado y sugestionado sistemáticamente al “mundo” para prepararse hacia una realidad de lo que la película argumentaba y que ahora supuestamente vivimos.

Aventurándome un poco y siendo optimista, yo creo que en la primavera europea de 2022 todo este fatuo inhumano terrible escenario en el que estamos participando dará un giro de tuerca e iremos, poco a poco, retornando a una cierta “normalidad” anterior aunque para muchos, lamentablemente, ya será tarde. Pero que nadie se engañe porque nunca nada volverá a ser igual y nunca volveremos a ser los mismos y, sin miedo a equivocarme, volverán a invadir nuestros más íntimos derechos humanos con el objetivo que a ellos les plazca o con la excusa que mejor les convenga. No debemos olvidar que su plan no ha terminado.

Los peones desinformativos (cuyos nombres omitiremos pues no merecen un solo segundo de nuestro tiempo) tienen a España puesta en el punto de mira: ahora nos están amenazando subliminalmente con la terrible posibilidad de sufrir un tsunami que arrasaría grandes extensiones del sur de España, borrando del mapa ciudades como Cádiz, Granada o Málaga. ¿Qué clase de experimento es éste?

Lo que parece inapelable es que detrás de todos los medios hay una clara evidencia de ofrecer “noticias” negativas e infundir el miedo en las personas, continua y constantemente, desde hace ya muchas décadas. En muy raras ocasiones ofrecen noticias positivas y en cuanto esto sucede, enseguida las envuelven con ese manto de informaciones catastrofistas, intencionadas e inoculadoras de miedo mental. Ese miedo mental del que parece se retroalimentan para seguir manteniendo su poder dominador, esclavista e inhumano.

Desde hace muchos, muchos años, hay dos colectivos especialmente denostados por la sociedad civil: en primera plana se encuentra la infecta casta política, seguida muy de cerca de la prensa amarilla y sus vergonzantes histriones. A estos colectivos se ha sumado un tercero en descrédito: nos referimos al mundo sanitario adherido a los alevosos intereses de la “Big Pharma”. ¿Estamos hablando de una teoría de conspiración o más propiamente de un hecho de conspiración demostrado? ¿A quién habrá que pedir responsabilidades cuando se descorra esta sucesión de cortinas de humo?

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Está claro que la salud en un negocio y es un negocio muy rentable. Desde que las farmacéuticas se inmiscuyeron en las escuelas de medicina, allá por los inicios del siglo XX, la medicina fue destruida tal y como se había conocido hasta el momento. Aunque fue a finales del siglo XIX, cuando la entonces prestigiosa Asociación Americana de Medicina (AMA) decidió romper con la heterogeneidad y libertad académica existente, creando unos estándares obligatorios para ser médico, bajo la siempre insidiosa premisa de hacerlo “por nuestro bien”.

En 1901 el archiconocido y multimillonario John D. Rockefeller creó el Instituto Rockefeller para la Investigación Médica, precursor de lo que ahora es la universidad Rockefeller, y estableció las primeras bases de lo que ha llegado a ser el negocio farmacéutico de la salud a través de los estudios de la composición, las propiedades y la acción terapéutica de los medicamentos (Farmacología). Posteriormente, en 1910, Abraham Flexner ofreció unas soluciones que abordaban la falta de homogeneidad que seguía existiendo en la obtención del título de Medicina: una de estas soluciones era obligar a los futuros médicos a esforzarse más en los estudios de la farmacología y de los fármacos que en la enfermedad misma, lo que da clara evidencia de las intenciones empresariales que tenían aquellos “hombres de bien”.

Por otro lado, es un hecho comprobado que determinadas medicinas han sido retiradas de su venta a pesar de su contrastada efectividad contra algún patógeno, tildándolas de todo lo contrario, siendo sustituidas por otras menos idóneas, o de menor utilidad para la salud, con una “lógica” y evidente intención de aumentad su consumo (negocio) “gracias” a la mayor “supervivencia” del patógeno.

Me consta de viva voz que muchos médicos son conocedores de todas estas maniobras empresariales farmacéuticas y que un gran porcentaje de ellos han recibido la “famosa” visita del “hombre del maletín negro” cargado de “incentivos” para que al enfermo se le recete un fármaco determinado. A nadie se le debe escapar que las farmacéuticas ven la enfermedad, el enfermo y el fármaco como un negocio real, que lleva años existiendo y que lo que mayormente persigue es el interés económico de unos cuantos “elegidos”, muy por encima de la salud física y mental de la persona.

Lamentablemente, como viene sucediendo desde siempre con estos poderes fácticos, nunca habrá responsabilidades empresariales ni responsables humanos que carguen o “paguen”, penalmente hablando por ejemplo, las consecuencias negativas de sus negocios. Tienen las espaldas muy bien parapetadas detrás de la permisividad egoísta de las autoridades sanitarias mundiales, manteniendo ocultas sus verdaderas intenciones en un sin fin de interminables y capciosas cortinas de humo.

¿Tiene España alguna alternativa para salir del atolladero mundialista o estamos irremediablemente condenados a sucumbir a las intenciones ocultas de la aberrante Agenda 2030?

Tristemente España es uno de los países condenados a “liderar” (ojalá me equivoqué) el camino cuesta abajo hacia la malévola colorida Agenda 2030. Una careta, la Agenda 2030, que oculta unas intenciones aberrantes para el ser humano y que seguramente destruya todo y cuanto hemos conocido, tanto a nivel individual como social hasta el día de hoy, en nuestra condición como especie que somos.

Gracias por atendernos.

NOTA BENE: pueden leer en ECDE la entrevista relacionada que realizamos a J.C. Baruque el año pasado (7 diciembre 2020), pinchando en este link: 

https://elcorreodeespana.com/salud/363032744/Entrevista-a-Juan-Carlos-Baruque-Hernandez-Vacunarse-es-y-ha-de-seguir-siendo-una-opcion-individual-de-la-persona-Por-Jose-Antonio-Bielsa.html

Autor

REDACCIÓN