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El 30 de marzo de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que “Los lideres mundiales piden un nuevo tratado internacional para mejorar la respuesta a una pandemia”.

En la noticia se dice que: el artículo fue publicado “en las principales plataformas de noticias”, que: “habrá otras pandemias y emergencias sanitarias importantes” y que lo firmaron 25 países (incluyendo a España) y el Consejo de Europa, faltando los tres países norteamericanos, China, India, Japón y Rusia.

Puede leerse la noticia en https://news.un.org/es/story/2021/03/1490312

Un mes y medio después, el 12 de mayo de 2021, la OMS publica una noticia con el titular: “Un Panel de expertos independientes asegura que la pandemia de COVID-19 podía haberse evitado”. En el párrafo destacado de la noticia se dice que: “Se necesita poner en marcha un conjunto de reformas para transformar el sistema mundial de preparación y respuesta ante pandemias, lo que incluye otorgar mayores poderes a la Organización Mundial de la Salud (OMS), según un informe de expertos sobre el desarrollo de la pandemia”.

En la noticia se aclara que el “Panel de expertos independientes nombrado por la Organización Mundial de la Salud para examinar el origen y desarrollo de aquella” [la pandemia del coronavirus], es decir, que los expertos han sido nombrados por la OMS, por lo que no pueden ser “independientes”, sino que han sido escogidos por su afinidad con la OMS.

Ese mismo día (12/05/2021) este Panel ha presentado su informe final, tras ocho meses de trabajo. El informe sólo está disponible en inglés en la página web del panel, sin que se haga referencia en las páginas de la OMS y de la ONU.

Los expertos critican el tiempo transcurrido desde la notificación de los primeros casos en China, hasta que la OMS declaró la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (30/01/2020). El informe añade que “Además, febrero de 2020 fue un mes perdido en el que muchos más países podrían haber tomado medidas para contener la propagación del SARS-CoV-2 y prevenir la catástrofe sanitaria, social y económica mundial que todavía persiste”.

Los expertos hacen una serie de “recomendaciones para detener futuras   pandemias”, entre las que cabe destacar las siguientes:

“Establecer un Consejo Mundial sobre Amenazas para la Salud”.
“Establecer un nuevo sistema de vigilancia basado en total transparencia. Este sistema proporcionaría a la OMS la autoridad para publicar información sobre brotes potencialmente pandémicos de forma inmediata sin necesidad de aprobación. También le permitiría enviar expertos a investigar a la mayor brevedad posible cuando fuera necesario”. Llama la atención que la OMS informe a la población de una forma tan clara, que sus informes pasan filtros políticos. Por otro lado, pretende que no haya control sobre sus actividades, pudiendo invadir cualquier país por encima de las leyes nacionales.
“Focalizar y reforzar la autoridad y la financiación de la Organización Mundial de la Salud”.
“Crear un mecanismo internacional de financiación frente a pandemias, que tendría la capacidad de movilizar contribuciones a largo plazo (10-15 años) de entre 5.000 y 10.000 millones de dólares al año para financiar la capacidad de respuesta continua”.

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Enlace a la noticia https://news.un.org/es/story/2021/05/1491922

Dadas las dos noticias anteriores, bien puede decirse que decenas de gobiernos han pedido a la OMS que cree los mecanismos para establecer una dictadura sanitaria, cuando sea conveniente un mayor control sobre la población.

Desde el siglo pasado, la OMS ha creado sistemas para responder a pandemias, principalmente el Reglamento Sanitario Internacional, revisado en 2005, que ha fallado estrepitosamente.

En mayo de 2018, se fundó la Global Preparedness Monitoring Board Secretariat (Junta de Monitoreo de la Preparación Mundial), por el Grupo del Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud. En septiembre de 2019, publicó: “Un mundo en peligro: Informe anual sobre preparación mundial para las emergencias sanitarias” donde se dice: “nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante, sumamente mortífera, provocada por un patógeno respiratorio que podría matar de 50 a 80 millones de personas mayo de 2018 por el Grupo del Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud, en su primer “Un mundo en peligro: Informe anual sobre preparación mundial para las nemergencias sanitarias” de septiembre de 2019, dice: “nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante, sumamente mortífera, provocada por un patógeno respiratorio que podría matar de 50 a 80 millones de personas y liquidar casi el 5% de la economía mundial. Una pandemia mundial de esa escala sería una catástrofe y desencadenaría caos, inestabilidad e inseguridad generalizadas. El mundo no está preparado”.

Es evidente que el año y medio de actividad de este organismo para preparar la llegada de una pandemia, tampoco ha servidor para evitar la pandemia, aunque tal vez sus objetivos eran otros.

Ante la gravedad de este informe, unas semanas después, El 18 de octubre, se celebró el Evento 201, al que asistieron Bill Gates y dirigentes del World Economics Forum, entre otros, para preparar su respuesta ante la pandemia anunciada en dicho informe.

Cabe preguntarse los motivos que llevaron a los gobiernos a ignorar el anuncio de la pandemia del coronavirus.

Para responder a esta pregunta, debemos evaluar el contexto del informe. La deuda mundial estaba en máximos históricos, incluyendo la deuda publica a pesar del crecimiento de los últimos años, estaba anunciada otra crisis económica mundial, la corrupción ha invadido el mundo, por lo que la ONU y la Unión Europea (UE) hicieron públicos sus datos sobre la corrupción en 2018: 5% del PIB mundial y 4,8% del PIB comunitario. Estos datos dejan en evidencia que la corrupción es el negocio más lucrativo del mundo y que las normas contra la corrupción que datan de 1999 en la UE y de 2003 en la ONU, han servido para que creciera.

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En 2010, la UE hizo público en el informe “PROYECTO EUROPA 2030. Retos y oportunidades”, que en todos los países miembros, la mayoría de la población pensaba que las generaciones de jóvenes estaban viviendo peor que la de sus padres. Es evidente que el macro-Estado que controla al sociedad y la economía es la causa de esta decadencia.

Por estos motivos, el descrédito institucional estaba en máximos históricos, simbolizado por la frase de 2011: los políticos “no nos representan”, que ha sido traducida a decenas de idiomas.

Como respuesta, se había intensificado la propaganda institucional. La ONU y la UE habían editado sus website, defendiendo la democracia y el Estado de Derecho, la ONU incluso había eliminado la información sobre el número de asociaciones colaboradoras con carácter consultivo, sabedora de que el sector social puede sustituir al sector público. Los gobiernos occidentales también están haciendo la misma propaganda, añadiendo los servicios públicos.

Una semana antes de esta noticia, para conmemorar el Día Mundial de la libertad de prensa (3 de mayo), Naciones Unidas hizo una declaración que contenía una petición a todos los gobiernos dle mundo de que acaben con el periodismo independiente para proteger la versión oficial de las cosas, amparándose en «la desinformación sobre la pandemia», considerando como tal todo lo que contradecíala versión oficial, dejando en evidencia sus falsedades, contradicciones y cambios de criterios.

Las crisis económicas y el coronavirus han demostrado, una vez más, que las instituciones y sus organismos internacionales, son incompetentes o tienen unos objetivos que perjudican a la mayoría de la población, empobreciéndola o acabando con sus vidas.

Algunos destacados  científicos han llegado a afirmar que con el coronavirus la ciencia ha muerto, en referencia al control político o institucionalización de la ciencia.

La Crisis del coronavirus está aumentando el totalitarismo de una forma muy descontrolada con consecuencias trágicas. Por ello, sólo un cambio de régimen post-democrático puede acabar con la decadencia actual.

En las redes sociales ya está extendiéndose el hastag #Post-democracia

 

Javier Marzal

Presidente de la International Association to Change the World

 

Autor

REDACCIÓN