20/09/2024 12:48
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Del Falcon al coche policial común, escoltado para ser juzgado por múltiples delitos encubiertos por la Fiscalía y por la Justicia acobardada o a sueldo de la malicia socialcomunista. A saber dónde recaló el contenido de las maletas del Delcygate. 

Será carcelario por evidencias delictivas flagrantes si no se logra incendiar las calles, tal y como pretende la siniestra chusma en caso de que no dé resultado el acostumbrado fraude electoral en próximas elecciones; de ahí la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana para orquestar sin punición las futuribles trifulcas callejeras. 
 
La compra de voluntades dilapidando los recursos del Estado no es solo ideológica, sino que también implica un pago mercenario para violentar la paz social, cuando millones de gregarios parásitos se queden sin el sustento que brinda la holgazanería con los innúmeros chiringuitos a costa de la ruina de España. La excusa será la llegada del fascismo al poder, una de tantas con que se arman estos araneros para vivir del cuento de la justicia social. 

 
Al asesino de nuestros padres, junto a decenas de miles de inocentes ejecutados desde el 8M por el sectarismo demente de una patética arribista que presume tener el coño como una mesa, el destino carcelario se le perfila en su currículum de farsante y estafador al que se añaden, incesantemente, indicios delictivos desde que usurpó con malas artes la presidencia del Gobierno de España. A Pedro Sánchez, el criminal que desgobierna con el propósito intrínseco de sumir en la miseria a millones de sacrificados ciudadanos con la peor escoria sociopolítica devenida al poder en más de cuarenta años, le cuesta cada vez más disimular la cara de malparido y detestable sinvergüenza, calificativos con que lo definen la mayoría de los ciudadanos hartos de delincuentes tras siglas políticas.

 
Con el destapado caso Playbol se descubre que los padres no eran trigo limpio, ergo el vástago, bastardo de la democracia, llevaba en los genes lo peor de una condición parental y lo añadido de pútrida cosecha egotista. Viene de familia la corrupción cuando no del deshonroso secreto a voces de su meteórica carrera en las saunas gay del suegro-allá donde conoció eso que lo secunda en sus farsas-, con los padres lucrados con las  arcas del Estado, mediante un burdo malabarismo por el  que cedieron una empresa deficitaria al hermano de un alto funcionario del Estado, coincidiendo con el asalto por mentiras del arribista sin moral al Palacio de La Moncloa.
 
Nada era normal ni en el pasado ni el presente de un trepa en ambientes de efluvios vaporosos que llegó como la peste para emponzoñar cuanto toca. Por eso su futuro debe estar en los tribunales, respondiendo por múltiples delitos siendo lo de menos, pero más frecuente, el relacionado con la prevaricación y la malversación de caudales públicos. El gerontocidio protocolario es el evidente cuando se sepa lo que oculta este seguro reo de Justicia Divina. El tonto del Falcon se abismará aterrado en el profundo pozo eterno que lo aguarda. Antes, la cárcel. 

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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