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Para un progre el aborto es un derecho ¿pero realmente lo es? Yo creo que no. Para mí es un acto mediante el que no solo se mata sino que se hace contra el más débil de los seres, el nonato, por lo que considero que aborto y “derecho” a matar es lo mismo. El estalinismo y el nazismo se otorgaban el derecho a matar.

Sin embargo de alguna manera se ha asentado que el que está a favor del aborto es un tipo guay, un demócrata y por supuesto un progresista. Sin embargo quien esté en contra es un reaccionario y un retrogrado, un antidemócrata enemigo de las mujeres.

Primer error, el dar por asentado que todas las mujeres están a favor del aborto. Segundo error, el pensar que quien está en contra del aborto odia a las mujeres.  Tercer error quien se deshace del futuro bebe no puede ser considerado nunca demócrata, progresista o guay, ya que se trata de un tipo que atenta contra la vida. Por el contrario quien está contra el aborto no es para nada un reaccionario o un retrogrado, es alguien que está a favor de la vida, lo mas maravilloso que tenemos los seres humanos.

Con la ley actual del aborto, Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, este es posible hasta la catorceava semana de gestación. Y si tenemos en cuenta que durante el embarazo el feto, dividido en semanas, es primero cigoto, después embrión hasta la octava semana, y luego hasta el parto es el feto propiamente dicho ya con formas y órganos que se empiezan a desarrollar y funcionar, nos encontramos con que el aborto, entre la octava semana y hasta la catorceava, mata a un ser vivo en desarrollo y con formas y órganos humanos.

¿Pero que pasa cuando ese feto aun no tiene formas y órganos humanos siendo primero cigoto y después embrión? Respecto al cigoto la ciencia, no la política ni ideología alguna, dice dos cosas muy importantes. Primero que contiene un ADN completo y una identidad genética propia, puesto que en su código está toda la información que necesita para que ese nuevo ser humano se desarrolle de forma completa.

Y en segundo lugar que es fruto de la fusión de las dos células germinales, siendo un individuo distinto del padre y de la madre con una carga hereditaria por mitad de cada uno de ellos, habiendo comenzado ya su vida desde la fecundación. Si esto es así con el cigoto parece obvio que en su posterior fase embrionaria ese ser humano lo es más si todavía cabe.

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Muchas mujeres feministas, aunque habría que definir qué es eso de feministas, pues yo conozco a bastantes que lo son, en el sentido de luchar y actuar en consecuencia por la efectiva igualdad de derechos y obligaciones de la mujer con respecto al hombre, son sin embargo contrarias al aborto. Vale, ese es otro tema. Las feministas partidarias del aborto dicen que por encima de todo ellas tienen el derecho a decidir, refiriéndose a la tan manida frase de “nosotras parimos nosotras decidimos”.

Incluso la Ley, para avalar ese derecho a decidir, en definitiva a interrumpir su embarazo, sentencia lo fundamental de su derecho en el libre desarrollo de su personalidad, en la vida, la integridad física y moral, la intimidad, la libertad ideológica y la no discriminación de las mujeres.

Estas feministas y quienes les secundan argumentan también algo acientífico, como es el que de ninguna manera el cigoto y el embrión son individuos, ni tampoco persona, lo que desde el punto de vista jurídico eso de no ser persona es cierto. Solo se es persona a partir del nacimiento, así lo dice el código civil, aunque esa es otra cuestión. Aun así la ciencia ha determinado con claridad, como ya he señalado, que si son individuos, incluso la filosofía explica la cuestión a sensu contrario en el sentido de que hay que estudiar el tema partiendo de que todos los seres humanos vivos no lo seríamos si antes no hubiésemos sido cigotos, embriones y fetos, con lo que si nos hubiesen matado antes de nacer no estaríamos aquí.

Para terminar de exponer sus puntos de vista los proabortistas añaden también que las mujeres que abortan pertenecen al grupo de personas mas desfavorecidas y menos preparadas de la sociedad, entendiendo el aborto como una postura social en su favor.  Sin embargo la realidad es que la mayoría de las mujeres que abortan no lo hacen por causas económicas, laborales y afectivas, siendo lo que se llama abortistas en cualquier caso, sino aduciendo edad, libertad y derecho a decidir. Es decir pura ideología, falta de responsabilidad y egoísmo.

Desde luego yo lo que no veo es que el embarazo atente contra el desarrollo de la personalidad de la mujer, ni a su vida, ni a su integridad física o moral, ni a discriminación alguna. Hay casos concretos que habría que mirar con mucha detenimiento y darles la respuesta apropiada, y no me refiero a graves riesgo para la salud de la madre o fetos inviables. 

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Me refiero a abortos por causas laborales, económicas y afectivas, que aunque son los menos, los hay, y que pueden llegar a suponer un drama. Ahí las ayudas económicas y sociales del Estado así como las adopciones, que habría que modificar la ley, juegan un papel importantísimo.

Pero ¿qué pasa con el derecho a la vida que indica el articulo 6 del Pacto Internacional de derechos Civiles y Políticos, que desarrollan la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ratificado por España?, pues que se lo pasan, cuando les interesa, por “el arco del triunfo”.  ¿Y qué derecho debe prevalecer el del nonato o el de la mujer? Yo no tengo dudas.

Hay que dar alternativas que eviten embarazos no deseados y abortos. Empezando por la educación sexual a partir de los 13 años que, en todo caso, no puede ser impartida por feministas recalcitrantes, sino por psicólogos, moralistas y personal médico especializado, partiendo además de la crucial circunstancia de que los padres deberían de ser los verdaderos educadores de sus hijos. También está el acceso a los anticonceptivos y cuando menos el que se tenga información y formación respecto a su uso.

La navidad empieza la semana que viene y en la tradición y cultura cristiana a la que pertenecemos, también los ateos y proabortistas ya que la celebran aunque sea a su manera, representa la vida en toda su extensión, la paz y el amor entre las personas, y la esperanza en una vida mejor. El aborto es frontal enemigo de la vida, del amor, de la paz y la esperanza, significando todo lo contrario. A pesar de ello sus partidarios lo han convertido en un supuesto derecho y en un inventado acto de libertad. Menuda falacia.

 

 

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REDACCIÓN