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La técnica de transmisión en el espectro ensanchado es el origen de las tecnologías y sistemas de comunicación inalámbricas, como el “wifi”, aquel protagonista invisible del mundo contemporáneo, capaz de mantener a cada hogar conectado de manera ininterrumpida con el mundo exterior por medio del internet y vital para la existencia del mundo en el que nos encontramos. De hecho, uno de los actores o quizá el más importante actor del futuro al cual ya entramos, es este el del sistema inalámbrico de interconectividad. La interconexión inalámbrica de dispositivos electrónicos se ha convertido en el todo de la actual pandemia, además de ser el medio vital para no perderse de este mundo de las comunicaciones. De hecho, el predecesor del wifi fue creado en principio como un sistema secreto de intercomunicación.
Pero, la historia atrás de esta historia tiene un singular momento en su creación, y es que la actriz vienesa Hedwig Eva Maria Kiesler, nació el 9 de noviembre de 1914 y en honor a su aniversario se celebra en esta fecha “el día del inventor” en su honor. Kiesler, era hija de Emil Kiesler, un banquero judío de Lemberg (también Leopoli o Lviv) y su madre, Gertrud «Trude» Kiesler Lichtwitz, pianista húngara de la elite judía de Budapest. A pesar de esto, Hedy era católica, pues su madre se había convertido al catolicismo ya adulta.
Kiesler, es considerada por ser “la mujer más bella de la historia de Hollywood”, como también, «la mujer más bella del mundo» entre los años 30 y 40, pues su rostro inmaculado, ojos de azul zafiro y aquel garbo que tienen las verdaderas divas, pasaría a la historia. Pero, no solo por su belleza y desenvoltura en el actuar, sino porqué además era una niña prodigio, pues su otra faceta era la de inventora e ingeniera. Kiesler creó el espectro ensanchado, que es una técnica de modulación que se utiliza en las telecomunicaciones, como; por ejemplo: Bluetooth, Wifi y GPS.
Hedwig Eva Maria Kiesler, empezó a faltar a sus clases a los 15 años para escribir guiones y luego, comenzó sus estudios a los 16 años para convertirse en una de las pocas ingenieras en aquel entonces. Sin embargo, su atracción por el cine la llevo a inmiscuirse en este naciente e importante medio y fue así que en Berlín a esa misma edad inició una portentosa carrera en el cine europeo y luego norteamericano. Fue Max Reinhardt – Maximilian Goldman – (al igual que Hedy, judío austriaco) importante figura del cine alemán y luego de Estados Unidos, quien la apadrinó en su trayecto cinematográfico. Al igual trabajo con su coterráneo y correligionario Otto Ludwig Preminger, que se convertiría en una leyenda de Hollywood.
El primer papel importante de Hedy Kiesler fue en 1933, cuando con solo 18 años debutó en la película checa Éxtasis – Ecstasy – de Gustav Machaty, y allí batió récords, pues fue la primera mujer en mostrar un desnudo completo en una película comercial e interpretar su clímax en primer plano, lo que conllevo a que el Papa Pío XI la prohibiese en Italia, en Alemania tuviera censura y en los Estados Unidos fuera condenada por la Legión Católica para la Decencia. Desde ahí, a Kiesler se le conocería como «La chica del éxtasis» – The Ecstasy Girl –.
El escándalo por esta película significó tanto que tuvo que retirarse temporalmente del cine y contrajo nupcias con el empresario armamentístico (propietario de Hirtenberg Patronenfabrik) pronazi Fritz Mandl, uno de los hombres más ricos en su época. Mandl era hijo de judío y de católica, por lo que tendría luego que escapar de la Alemania nazi, al igual que su ex mujer – Hedy – y Max Reinhardt, como muchos otros. Mandl se exilió en Argentina y allí tuvo importante relación con el gobierno de Perón.
Kiesler tuvo junto a Mandl una vida que no era para ella, estaba aprisionada en un castillo (n el castillo Schloss Schwarzenau, en la Baja Austria), además conoció a parte de la cúpula nazi – incluido Hitler – y a Mussolini. Mandl le prohibió salir y además era tan celoso que compro todas las cintas que tuvo a su alcance de Ecstasy para quemarlas. El tiempo que pasó encerrada por Mandl, lo aprovechó para estudiar ingeniería y desarrollar el sofisticado espectro expandido, una técnica de conmutación de frecuencias.
Constipada por la convivencia con Mandl, decidió seducir y mantener una fugaz relación con su mucama – casi carcelera –, para que la dejara huir. Aunque también está la versión que dice que se disfrazo ella de domestica y así escapó de la casa de su esposo. Sin embargo, es sabido que era bisexual y que tuvo relaciones tanto con hombres como con mujeres, así que la primera teoría es la más aceptada. Del mismo modo, dicen que tuvo apoyo de los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses para el escape; a cambio de revelar información confidencial (sobre armas y sistemas de comunicaciones), a la que de seguro ella tuvo acceso en las reuniones a las que acompañaba a su marido con líderes nazis y europeos. Así que, hay una faceta incluso de espía de esta polifacética mujer que dejaba obnubilados a los demás.
Llegó a París y luego fue a Londres, en donde conoció a Louis B. Mayer, dueño de la reconocida productora estadounidense Metro Goldwyn Mayer. Con este tomaría rumbo a los Estados Unidos, y allí se rebautizó como Hedy Lamarr, en memoria de la actriz y guionista del cine mudo Barbara La Marr – Reatha Dale Watson –, llamada “la demasiado bella” por la columnista Adela Rogers St. Johns, a su vez, la más conocida reportera del mundo de los años 20 y 30. Además, Barbara La Marr había sido amante de Mayer y el fue quien le dio el nuevo apellido Lamarr para darle un aire fresco a su nueva carrera en Hollywood y para que no fuera relacionada con Ecstasy, pues para algún publico era casi que pornográfico este film.
Fue durante la Segunda Guerra Mundial que Lamarr desarrolló un sistema de torpedos guiado por radio, y la tecnología de espectro ensanchado que utilizó, sería después útil en celulares y en comunicaciones inalámbricas. Junto con el compositor y pianista de origen alemán, George Antheil, patentaron bajo el número 2.292.387, el 11 de agosto de 1942 el sistema de comunicación secreta. Consistía en interceptar la comunicación de los torpedos dirigidos por radio por medio de una frecuencia musical: 88 valores distintos como el número de las teclas del piano. El invento no fue tomado en serio por el ejército americano, pues ni entendían de comunicación inalámbrica y además se les hizo muy raro que la mujer más bella del mundo y un pianista estuvieran en lo cierto.
Lamarr pretendía que su invención ayudara a las fuerzas navales de los Estados Unidos e Inglaterra a perseguir “Uboots”: Unterseeboot – nave submarina alemana – en el Atlántico Norte. Tenía además un motivo personal, que su madre escapara de Europa hacia Estados Unidos.
La patente no se utilizó hasta los años 60, es decir estaban adelantados sus creadores a la ciencia por 20 años. En 1957 Silvania Electronics Systems Division comenzó a desarrollar la técnica del espectro y luego en 1962 el gobierno lo adoptó al fin para las comunicaciones militares. Esto fue útil para desarrollar un sistema de comunicaciones inalámbricas para misiles guiados y además tenía como característica que no podían ser interceptados. Fueron usados por los Estados Unidos en la guerra de Vietnam y en la crisis de los misiles en Cuba. Y hasta hoy tiene vigencia este sistema que paso del plano militar al mundo contemporáneo como el sistema de comunicaciones inalámbricas “Wireless”, que incluso el gran Nikola Tesla había imaginado. Lamarr y Antheil nunca ganaron dinero por la patente porque ya había caducado.
El personaje de Blancanieves fue inspirado en Hedy Lamarr, pues Walt Disney vio en ella el prototipo ideal de la famosa creación de los hermanos Grimm, asimismo inspiro el prototipo de “Catwoman” de DC comics. Fue Lamarr quien le recomendó a su amigo el magnate y genio de la aeronáutica Howard Hugues (de quien fue amante) crear un avión más rápido con unas alas aerodinámicas inspiradas en los peces y las aves; y gracias a ella Hugues transformó esa parte de la ingeniería aeronáutica. Desde pequeña Lamarr tuvo una educación entre Austria y Suiza donde demostró ser una niña superdotada, era poliglota y siempre estaba investigando e inventando cosas, como unos cubos que convertían el agua en Coca Cola.
Su película más reconocida en Hollywood fue Sansón y Dalila, aunque hubiera podido ser la protagonista de Casa Blanca y de Lo que el viento se llevó. Odiaba a los nazis con furor, pues los había conocido tan de cerca que era algo repudiable. La vida personal de Lamarr fue bastante álgida por sus diversos enredos, amantes y esposos, además de haber sido acosada un sinfín de veces, fue abusada sexualmente e indudablemente fue un “sex symbol”.
El reconocimiento por su creación científica y tecnológica llegaría hasta 1997, tanto para Lamarr como para Antheil, cuando se les coincidió el premio de la Fundación Electronic Frontier Pioneer y no asistió por él, solo fijo que “ya era hora”. También recibió el Bulbie Gnass Spirit of Achievement y en 1998 la medalla Viktor Kaplan de la Asociación Austríaca de Inventores y Titulares de Patente.
En conclusión, sin la mítica Hedy Lamarr, el mundo no estaría tan conectado como lo está hoy y es la representación femenina de una verdadera y discreta mujer, polifacética y prolífica que dejó un legado a toda la humanidad, en específico a la comunicación que tanto se necesitaba.
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