22/11/2024 13:22
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Las consejerías de Sanidad han dado ejemplo de cómo solucionar la pandemia y ahora el ‘Doctor’ pretende abanderar los éxitos y ponerlos a su nombre.

Llevan haciéndolo decenas de años desde el socialismo y no son conscientes de su torpeza. Cada vez que los señalamos con el dedo, lo cambian por pasiva y señalan a los demás. La culpa siempre es del otro, nunca de su propia incompetencia. Lo hicieron con el ébola y se acabó sacrificando a un perro, ahora con la pandemia no tienen a quien culpar de 130.000 muertos y disparan en todas direcciones. ¿Quién se atreve a decir que eso no es una “organización mafiosa y criminal? Si lo piensan los jueces… ¡cómo no lo vamos a pensar los ciudadanos!

Esos ciento treinta mil ciudadanos eran de los nuestros. No eran de ellos porque seguían acudiendo a fiestas y orgías como si no sucediera nada y salián desternillándose a diario en TVE. Pero esos fallecidos serán su mochila de débito social y político mientras vivan. El social-comunismo es el responsable de tanta dejadez, desidia, incompetencia, chulería barata e incapacidad. Eso se vuelve a comprobar ahora: dejaron que las comunidades autónomas solucionaran la pandemia, mientras el Gobierno se desentendía de todo. No querían seguir desgastando su incompetencia. El caso es que las consejerías de Sanidad han dado un ejemplo de cómo empezar a solucionar la pandemia y ahora el ‘Doctor’ pretende abanderar los éxitos y ponerlos a su nombre.

El ministro «Carbonerito», más quemado que el churrasco –y más mentiroso que Pedro, el pastor del cuento infantil– culpa de los indultos a la oposición. Según él, los problemas los ha creado la derecha. Supongo que se referirá a la «derechita cobarde». Y, si se refiere a ella, desconozco dónde puede estar el punto de culpa. El caso es que se ha convertido en el hazmerreír en los memes y comentarios periodísticos. Recuerden que en el tema de su «princesa», Delcy, también culpó al maestro armero y, como en ese momento no estaba en la armería, apuntó a la seguridad del aeropuerto y destrozó la vida laboral de un trabajador.

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Ese es el sino del vulgar socialismo: siempre intenta quedar por encima. Pero lo pagarán. No hay más que sentarse en el quicio de la puerta y ver pasar el tiempo, como en la canción de Víctor Manuel, el mismo que al ser preguntamos por la formación comunista, Podemos, dice que lo que defiende «es más antiguo que cagar en el campo».

Veremos por dónde sale esta cuadrilla de indocumentados y vengativos en el tema de las dictatoriales restricciones a la población. Pedro Sánchez, ‘Dañinas’ Darias e Iván Redondo están asustados. El primero ya no sabe dónde meterse, la segunda es un muerto viviente en política y candidata a ser cesada en la primera hornada de la remodelación, junto con Laya, Duque, Irene y Teresa, entre otros. El tercero, Rasputín monclovita e incendiario de Sánchez, se ha quedado sin conejos en la chistera y sin ideas. No hay más que ver su cara y la opinión del periodismo serio. Empieza a ser, el tal Iván, un simple servilletero que acabará olvidado en la mesa.

Esas restricciones a las que me refería no son más que venganza. Se conocen como «la venganza de ‘Dañina’ Darias» a instancias de su jefe, el impopular, mentiroso y traidor, ‘Doctor Cum Fraude’. Las urnas madrileñas destrozaron a Sánchez y no sabe cómo echar el diente a la «princesa» de Madrid.  Del mismo modo, el dron de Pedro Sánchez también ha salido malherido; el tal Iván, cuya actitud talibán le ha encumbrado, también muestra un odio que hasta ahora le era inusual. Parece que todos acaban imitando al jefe.

El acto de rebeldía de las comunidades autónomas y de la población han desbaratado la ya nula autoridad que tenía el Gobierno y sus zombis ministros. Sánchez y Carolina Darias se han cubierto de gloria bananera con la impropia invasión de competencias, así como con sus imposiciones a los gobiernos autonómicos. Hacer lo que hacen Sánchez y su mensajera, y hacerlo por cataplines, es para «hacer los perrillos» a ambos e impedirlos salir a la calle.

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El Gobierno de ‘cadáveres’ ha conseguido acabar con el marco del diálogo interinstitucional. Causan perplejidad las medidas restrictivas. La deslealtad de Sánchez debe cobrársela el pueblo, y ha de hacerlo con prontitud. Bastante castigo es el hecho de que no pueda salir a la calle porque es el destinatario de insultos e improperios mil. Pedro ‘El Mentiroso’ es consciente de que ni siquiera puede sentarse a tomar una cerveza y comer en una terraza: la imagen de Felipe VI y el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, es impensable en Pedro Sánchez. Sin duda, sería la diana de cuanto encontrara la ciudadanía a su alrededor: insultos, improperios, peinetas y esputos incluidos.

Autor

Jesús Salamanca Alonso