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Subiendo un banzo más de mi exposición sobre esa omnipotente organización de estructuras perfectas, que hoy controla la sociedad mundial, mientras les da a todos los gobiernos el alpiste en sus propias manos, trataré de explicar cómo trabaja la Sinagoga de Satanás.
Empezaré proclamando mi admiración por sus diabólicas técnicas, no por demoníacas sino por la acertada elección del camino màs eficaz y rápido para jugar con la sociedad, convertida por ella en manso rebaño de borregos. Éxito logrado con tal arte, que los aborregados no se han enterado. Debiendo añadir otro éxito, como es haber conseguido que cuando alguien,–tras burlar sus trampas–, intenta abrir los ojos de sus
conciudadanos, lo tratan de «retrasado mental», «medieval», «iluso», «extraterrestre»… Recogiendo, como fruto extra, el miedo provocado entre quienes tienen las ideas claras y no se atreven a «significarse» diciendo
lo que piensan.
Efecto desconocido por mí, quizás porque, como compensación por haber perdido los padres en la infancia, Dios me concedió la gracia de librarme de la esclavitud del «qué dirán» y nunca me ha importado mucho la opinión de «esa masa». La iaagnoro.
La base estructural del ese éxito apabullante del Poder Supremo «sin rosto», tiene tres pilares fundamentales: 1. Han sabido acumular tales riquezas que tienen en sus manos el oro y las materias primas del mundo, –la ¡práctica totalidad!– 2. Son los dueños de la mayoría de los «medios de comunicación» y, cuando no son suyos los tienen «cogidos por donde duele: la publicidad» – fundamento y alimento de los mismos -y 3. Han creado la más perfecta red secreta de información por medio de eso que conocemos como logias y mafias. (Que al mismo tiempo son «el arma que aterroriza» si no se cumple con lo «jurado»)
Pensemos, ahora, en esa genial invención de las logias –masónicas y similares, como las «mafias»–.
Si hubiera una facultad universitaria sobre esta «carrera» me encantaría ser profesor de la asignatura, y mi primera medida del curso habría sido imponer a mis alumnos la obligación de estudiar el magnífico texto del
Cardenal Caro -arzobispo chileno del siglo pasado (1866-1958) -en su libro el «MISTERIO DE LA MASONERÍA». Conocerlo a fondo –no solo leerlo sino estudiarlo con lápiz en la mano y asimilando cuanto encierra- Ha logrado poner al alcance de los profanos en materia lo fundamental para no caer en
sus trampas, Ha sido reeditado recientemente pero si no quieren comprarlo está en Internet –«on line» como dicen los entendidos–.
El 4 de mayo, un diario de la capital, publicó un artículo que me resultó de lo más divertido, resulta que el historiador británico John Dickie -si no fuera británico no valdría la pena perder el tiempo en ocuparse de él-ha
publicado un libro que según el periodista español que nos informa del genial acontecimiento, ha descubierto que la Masonería «es una pobre víctima» de la «leyenda negra que persigue a los masones». ¡Vamos! que esa
«benéfica institución» tiene una «leyenda negra» como la del odioso «Coco» con el que nos asustaban a los pequeños cuando éramos malos… ¡Pobrecitos los masones!, incapaces de matar una mosca pero, sin remordimientos a la hora de asesinar a hachazos al presidente del Ecuador, Don García Moreno, o de provocar la primera Guerra Mundial asesinando al heredero del ImperioAustriaco o de mandar a Prim al otro barrio…(sin contar los miles de asesinados -obispos, periodistas, militares, escritores, etc…– por traicionarlos o combatirlos).
Nada, ¡que está próximo el momento en que el Creador les concederá a los masones el adorno corporal de unas alitas angelicales bien visibles! con las que el mundo distinguirá a los bondadosos e inofensivos humanos que han sido siempre pobres víctimas de la Roma inquisitorial y de los fanáticos católicos por ignorar la verdadera Historia de la Masonería que nos descubre John Dikie. Ha tenido que aparecer un genial británico, –a cuyo lado Platón, Agustín de Hipona y Leonardo Da Vinci son párvulos de la inteligencia–. Me encerraré una semana a llorar desconsolado, por esas pobres víctimas del odio religioso del Catolicismo fanático…
Suspiros aparte, prosigamos con el tema trascendental como ninguno: Las sociedades secretas como gran instrumento de dominio de la Sociedad. Con lograr que esta realidad merezca la pena de ser tenida en cuenta por los lectores, daría por bien empleados los más de setenta años obsesionado con el tema…
Las sociedades secretas son el gran instrumento de control de la Humanidad. Y valdrá la pena que exponga las razones que explican esa eficacia.
Empecemos por preguntarnos: ¿Por qué el Poder Supremo sin rostro tienta, a los hombres con el deseo de «hacerse masón»? — Sencillísimo de explicar. El hombre tiene unas cualidades que pueden devenir en vicios. Sin ir más lejos, ese buen instinto llamado «deseo de saber» tiene sus riesgos y el libro más leído del mundo junto con la Biblia -el Kempis– ya nos avisa de no caer en la curiosidad malsana, buscando saber lo que no necesitamos… A todos nos tienta «conocer secretos». Pues bien, Lucifer les ha enseñado a los Hijos de Satanás que pongan este anzuelo a su caña de pescar adeptos:
«Si te haces masón conocerás cosas que los demás ignoran; son secretos que solo se pueden conocer si alcanzas ciertos «grados» en la masonería, con cada grado aprenderás nuevos secretos…
¡Y la víctima, «pica»!
Otro gusanito para el anzuelo es éste: «Si te hace masón «se te abrirán muchas puertas» –que nunca conseguirías de otro modo–. ¡Y «pican»», pues los «negocios son los negocios» o sea «muy golosos»!
El tercer «cebo tentador»: «Tus relaciones se multiplicaran entre la gente que tiene poder y dinero; todos los hombres influyentes son masones… (¡Y los tontos y los «listillos» pican!).
Esta es la argumentación,
Pero hay algo más que conviene recordar, Como organizadores y, además, aprendiendo de la Iglesia católica, –¡no olviden que el demonio «la mona de Dios»!, por ese empeño en imitarlo- utiliza toda una serie de
organizaciones como los «Lions» o el «Rotary Club» para pescar «futuros masones»
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.