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Ministerio de Igualdad: Completamente falso. Se trata de un Ministerio de Desigualdad que impulsa una agenda de feminismo radical dictada por la ONU, impulsora e inspectora de las políticas de género a nivel global. El Instituto de la Mujer, dependiente del Ministerio de Igualdad, integrado por una plantilla sin paridad compuesta por 81 mujeres y 22 hombres (4 a 1), según figura en su Memoria 2019, es el organismo encargado de gestionar el dinero que llega de la Unión Europea para Igualdad y en relación a los Programas Europeos cofinanciados por los Fondos Estructurales, concretamente el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social Europeo (FSE).
El machismo mata: Falso. Matan las políticas de género españolas a manos del Poder Ejecutivo de turno, desde la zapatera LIVG 1/2004; mata una “Industria de Género” que mueve miles de millones cada año y que da trabajo a medio país, porque el odio entre sexos es un negocio boyante aquí y ahora. Esta sinrazón española, una nueva Inquisición de Género, es la responsable directa de la muerte, cada año, de 70 mujeres y 1000 hombres, hombres que se suicidan porque tras varias denuncias no les dejan otra salida. La proporción es de más de 14 hombres muertos por cada mujer. Un baño de sangre con la garantía del Estado en el que las denuncias de género son el combustible incendia la paz social y agranda, día a día, el descosido del tejido social.
La violencia de género bla, bla, bla: Mentira. La violencia que de verdad existe es la violencia doméstica o intrafamiliar en la que están implicados hombres, mujeres, menores y demás convivientes, violencia que va en ambos sentidos en cada caso. Además, los datos de violencia de género están falseados, porque, de su total, un 40% es violencia de género y doméstica a manos de extranjeros que maltratan en una proporción que casi quintuplica a la violencia nativa o de españoles (5 a 1), violencia extranjera que afecta sobremanera a los menores inmigrantes. No obstante, los inmigrantes son otra clientela distinta a la del varón hetero español, de ahí que tengan su propio tratamiento electoral.
No existen denuncias falsas: Falsísimo. Más de un millón de denuncias instrumentales, esto es, asociadas al inicio de una separación o divorcio, se contabilizan desde el año 2004. También ocurre que una misma persona denuncia hasta tres y cuatro veces en un mismo proceso judicial, porque la Unión Europea paga por denuncia contabilizada. De ahí que se pueda constatar cómo el número de procesos judiciales es muy inferior al número de denuncias que recaen sobre ellos.
Un maltratador no puede ser un buen padre: Mentira. Un hombre o una mujer pueden dar con un petardo o una petarda y eso nada tiene que ver con que sea buen o mal padre, buena madre o mala madre, son cosas muy distintas.
Retengo o secuestro a mi hijo/a porque lo defiendo de un maltratador: Falso. Los hijos se secuestran porque si es una mujer quien lo hace no le pasa absolutamente nada. Las mujeres son inimputables en la jurisprudencia de género, en el Derecho de Infamilia. Lo retienes, bonita, porque no te aplican la ley o, lo que es lo mismo, te aplican la ley de género que es una ley minuciosa y cruel contra el sexo masculino, pero sin contenido, en blanco, para los delitos del sexo femenino.
Las mujeres nunca mienten: Mentira total. Hay de todo, mujeres honradas que miran por el bienestar de sus hijos e incluso de sus ex maridos y se someten a un proceso de divorcio en igualdad de condiciones y con dignidad; también las hay con imaginación de sobra para contar una novela de ficción en detalle y para soltar las cuatro frases de turno tan consabidas, las mismas que afrontan un divorcio por el atajo de género y con la garantía del Estado, con el juicio ganado de antemano, sin sobresaltos ni quebranto (mangazo) patrimonial.
¡Es un maltratador!: Falso ¿Es un maltratador porque lo diga una empleada de los Servicios Sociales de un Ayuntamiento cualquiera, porque alguien firme un documento-plantilla tachando simplemente síes y noes de frases redactadas con afán acusatorio en una de las sucursales del Instituto de la Mujer o bien sea la portera-securata de una Casa de Acogida quien lo afirma? No, bonita, aquí debiera ser siempre un Juez, en su Sentencia, quien señale al verdadero maltratador y a la víctima asociada a ese maltrato una vez, antes demostrado y contrastado con pruebas, en un proceso legal con garantías constitucionales, porque muchas veces, más de cuatro veces, el maltratador es el maltratado.
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