22/11/2024 06:25
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Fernando Villalba es un joven de 19 años que estudia 2º de carrera en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona. A parte de ser un gran aficionado al RCD Espanyol, su mayor pasión es la política. De allí la iniciativa de ser miembro de Estudiants pel Canvi, en español, Estudiantes por el Cambio; una plataforma sindical de la UB para defender los derechos tanto de los estudiantes como de la universidad, que se ven gravemente afectados por las convulsas rivalidades ideológicas en Cataluña. Justamente es el contexto político en Cataluña lo que ha incentivado a Fer a participar en la política activamente, para aportar su granito de arena y dar voz a los que no la tienen.

¿Cuáles son los motivos por los que entró en política?

Para mí la política engloba muchos aspectos de la sociedad que son prioritarios defender. Nos engloba desde el aspecto cotidiano de nuestra vida familiar, a nuestro día a día en la universidad, nuestra política económica etc…, y al final me gusta ser partícipe de esto, y dedicarle mi tiempo libre, para aportar mi granito de arena y por lo menos, hacer el intento de construir un mundo más justo. Por eso mi iniciativa de sumarme a Estudiants pel Canvi.

Háblenos sobre “Estudiants pel Canvi”, una plataforma estudiantil en la que participa. ¿Cuáles son sus funciones y objetivos?

Estudiants pel Canvi nació en 2009, con la voluntad de ser una herramienta de representación en los órganos universitarios para todos aquellos estudiantes que están cansados de que la Universidad se posicione políticamente siempre hacia el mismo bando. Pretendemos llegar a los órganos universitarios para recordar que los espacios académicos son de todos, y que también hay una parte del estudiantado que no quiere ceder ante las imposiciones separatistas. Otro rasgo característico de Estudiants pel Canvi, a parte de la neutralidad frente a estos problemas, es la lucha en contra al cierre de una ermita de servicio religioso en la facultad de económicas. Somos conscientes de que hay un gran sector que no la utiliza, pero al ser patrimonio histórico de la universidad y de la ciudad, nos gustaría defenderla y conservarla.

¿Qué oportunidades cree que le brinda esta experiencia?

Considero que participar en esto te acerca, tanto de manera ética como moral, de dejar las cosas mejor de lo que están ahora para los que vienen luego. Al final lo veo como una carrera de relevos, donde el testigo que me han dado mis mentores, se lo quiero dejar a los siguientes para que tengan una sociedad mejor.

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¿Qué es lo que más admira de este sindicato?

Su defensa sin paliativos de la libertad educativa y de los legados históricos, políticos, culturales etc… que nos unen con el resto de España. Y todo esto sumado a que los defensores somos gente joven y comprometida.

¿Qué cosas le gustaría reforzar de su universidad a través del sindicato?

La instrumentalización separatista de los órganos universitarios, acabar con las injerencias de los partidos políticos separatistas y recuperar la universidad como lugar donde lo más importante sea la enseñanza.

¿En algún momento ha dejado de decir lo que piensa públicamente por miedo o ante el posible escrache?

Nunca. Frente a profesores u otro tipo de gente con mayor jerarquía siempre es más difícil e incómodo plantar cara, pero cuando se trata de algo injusto no queda otra opción. Y frente a los estudiantes de sindicatos radicales separatistas como normalmente van con la cara destapada no tienen la valentía suficiente para realizar aquellos actos que hacen cuando se tapan, así que no suele haber problema.

Estudia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, centro histórico de nuestra ciudad ¿Cree que hay imparcialidad en los docentes a la hora de enseñar materia respecto a su ideología?

Tenemos dos figuras principales que influyen notablemente. En primer lugar, el profesor de base, el que enseña, y en segundo lugar, la institución en sí. Por ejemplo, con el maestro dependerá de su moral y coherencia, porque una persona coherente aunque sea de izquierdas o derechas jamás intentará adoctrinar, al revés intentará enseñarles una verdad imparcial aun pudiendo dar su opinión sobre determinados temas. Por otro lado, desde la institución universitaria, y lo puedo corroborar porque soy miembro de esta universidad, se intenta adoctrina siempre, y además, constantemente. Muchas veces por presiones de la generalitat. Por ejemplo, nuestro actual rector de la Universidad de Barcelona, en su vida política y docente se ha dejado llevar por todos los intereses separatistas, no los ha querido apartar y ahora nos está afectando a todos.

Vaya, ¿Y esto es público?

Totalmente, de hecho hace un año cuando salió la sentencia del procés, todas las universidades de Cataluña, emitieron un comunicado en contra de la sentencia y de los políticos del procés dándoles apoyo. También hace un mes, detuvieron a un profesor de nuestra universidad por presunta malversación y prevaricación en sus actividades en favor del procés, Josep Lluis Alay, de Geografía e Historia, y su facultad emitió un comunicado a su favor.

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¿Cree que puede afectar al pensamiento de los estudiantes?

Claro, al final sí que puede influir, sobre todo a los más jóvenes, no solo a los universitarios. El adoctrinamiento puede surgir en cualquier etapa escolar, y los más pequeños son los más vulnerables. Como he dicho antes, depende del profesor obviamente, pero por ejemplo, cuando el alumno va a clase de historia y le dan una explicación parcial, subjetiva, y poco estudiada, pues al final el alumno acaba generando un rechazo hacia ciertos eventos que en realidad desconoce. Pero en definitiva, creo que siempre hay un intento de adoctrinamiento por parte de las instituciones políticas y escolares.

Por lo tanto, ¿Cree que esto influye a la hora de escoger universidad?

Totalmente, pongámonos en el caso de un estudiante no independentista que decide ir a la UAB (Universitat Autònoma de Barcelona), y nada más entrar en la facultad, se encuentras un mural pintado que pone: independència, socialisme i feminisme.  Hace un par de meses el mural fue borrado, no justamente por la universidad, sino por unos voluntarios, y recientemente, a plena luz del día, con las caras destapadas, lo volvieron a pintar, y la universidad no hizo nada para impedirlo. Entonces, personalmente, al saber estos detalles y ser consciente del ambiente que hay en ciertas universidades, influye a la hora de escoger.

Entonces, ¿Cuál cree que sería la solución?

En primer lugar, apartar a todos los rectores e instituciones universitarias que permiten esto. Además, puedo decir convencido, que muchos altos cargos de la universidad no son independentistas, y están dejando que estas ideologías ganen terreno, aun siendo instituciones públicas. En segundo lugar, proponer a la juventud optar y colaborar con movimientos juveniles como Estudiants pel Canvi. Y en tercer lugar, es importante recordar que se necesitan unas instituciones fuertes y neutrales para decirles a las universidades, y a todos los órganos públicos, que ciertas cosas no se pueden permitir, que si esto lo pagamos entre todos, debe ser respetado como tal, como un lugar de todos.

Fer Villalba en la facultad de derecho de la UB

Autor

REDACCIÓN