22/11/2024 00:02
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   Hoy me he pasado varias horas repasando mis escritos sobre la Revolución francesa y sus principales personajes y no me resisto a republicar un Discurso que escribí para el famoso José Fouché, aquel Ministro de la Policía que los engañó a todos, ya que me ha parecido que el que hablaba y se reía del mundo no era otro que nuestro ínclito Pedro SÁNCHEZ.
              Pero, es mejor que lean ustedes.
                        ¡VIVA FOUCHÉ, VIVA SÁNCHEZ¡
 
 

Ja, ja, ja… ¡Palabras, palabras, palabras!… 

Se pasan la vida hablando, no saben hacer otra cosa… 

Sin darse cuenta que la Revolución no se hace solo con palabras. 

¡CARCEL, SANGRE, GUILLOTINA y cabezas rodando por el suelo!… ¡Pues si eso es lo que quieren tendrán guillotina! 

¡Ja, ja, ja… los unos quieren la muerte de Luís, los otros el destierro! ¿Y qué quiere el ciudadano Fouché, que soy yo? ¿Y qué votará mañana el ciudadano Fouché, que soy yo? ¡Oh dioses del Olimpo, o demonios del inframundo… el ciudadano Fouché lo tiene bien claro! 

¡El ciudadano Fouché estará con la muerte y con el destierro! 

¡Ah, incorruptible Robespierre!… a ti te he prometido y te he jurado votar por la MUERTE. 

¡Oh, Verniaud, el miedoso, también a ti te he prometido y te he jurado que votaré por la VIDA! 

Ja, ja, ja, aquí las tenéis (y en ese momento saca de un bolsillo un papel donde ha escrito la palabra MUERTE y otro de otro bolsillo en el que ha escrito la VIDA) 

¡La muerte!… ¡La vida!… 

Así entraré mañana en la Convención, con las dos papeletas bien escondidas. 

Ja, ja, ja… y además procuraré ser de los últimos en votar, porque según vayan ganando unos u otros votará el ciudadano Fouché. 

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¡Oh dioses del Olimpo, oh demonios del Inframundo! Que torpes son estos revolucionarios, porque al final se matarán unos a otros… y el ciudadano Fouché, yo, no quiere morir, y no morirá. 

A mí que más me da que muera o viva el tirano que fue Rey 

A mí que más me da la Monarquía o la República  

¡Yo sólo quiero el PODER!… ¡Y a fe del SER SUPREMO que lo conseguiré! 

¡Ay de los justos y de los sinceros! ¡Ay de los incorruptos y de los corruptos!… si al final todas sus cabezas rodarán bajo la guillotina y el ciudadano Fouché será el que tire de la cuerda. Ja, ja, ja. 

 

Segunda intervención. 

FOUCHÉ. Ja, ja, ja… ¡La muerte! 

(Burlón) Está visto que esta gente de la Derecha no tiene arreglo… 

Se pasan la vida hablando… ¡bla, bla, bla! Y cuando llega la hora de la verdad se arrugan y se acojonan… 

¡Bla, Bla, Bla! A favor de la vida del Rey. Y cuando llega la hora decisiva votan su Muerte. ¡Pobre ciudadano Vergniaud! ¡Y qué carita se le ha puesto mientras decía, con la vista en el suelo, la Mooorte! 

¡Pobres diablos! 

(Y casi grita) ¡Ellos han sido los que han inclinado la balanza y llevan el Rey a la guillotina! 

¡Ellos! ¡los cobardes!  

(Burlón) ¿Y qué me decís del excelentísimos Duque de Orleans, el primo del Rey?… ¡qué vergüenza! ¡qué traición! «Felipe Igualdad» ¡pide la muerte del Rey, su primo… y encima felicita a los verdugos! 

¡Él, que tenía la justificación de la sangre! Está claro. ¡Todos ellos acabarán en la guillotina! ¿Y el ciudadano Fouché, que soy yo? 

Ja, ja, ja… el ciudadano Fouché ha votado la muerte, porque la mayoría así lo quería… 

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Y Fouché, que soy yo, estará siempre con la mayoría. Hoy con Robespierre y los suyos… y mañana si hay que cortarle la cabeza a Robespierre allí estaré yo. ¡Fouché estará siempre con el Poder!

Ja, ja, ja… ¡Viva la Revolución! o ¡Viva la Monarquía! o ¡Viva la República! o… ¡Viva Fouché!

  

             Ea, ahí lo tienen… ¿y alguien cree que a este sujeto se le puede echar de la Moncloa con discursitos, promeaso urnas?.  DEJADME QUE TAMBIÉN YO ME RIA.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.