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A las cinco y media de la tarde de lunes 28 de agosto de 1944.  llegaba a Vigo, procedente de Pontevedra, el Jefe del Estado, Francisco Franco,  acompañado de su esposa,  Carmen Polo de Franco; del ministro secretario general del Movimiento, José Luis de Arrese; del ministro de Marina, vicealmirante Salvador Moreno; vicesecretario de Educación Popular, Gabriel Arias Salgado; capitán general de la Octava región, Teniente General José Los Arcos; gobernador civil y jefe provincial del Movimiento de Pontevedra,  Genaro Riestra Díaz; presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Pico; jefe de la Casa Militar del Generalísimo, Teniente General Muñoz Grandes; general gobernador militar de la provincia; presidente y fiscal de la Audiencia territorial de Pontevedra; alcalde de Pontevedra Luis Ponce de León y  otras autoridades civiles y militares, con motivo de clausurar los campeonatos de España de Atletismo del Frente de Juventudes e inaugurar la exposición Industrial de Galicia

El Caudillo a su llegada a Vigo fue saludado por el alcalde, Luis Suarez-Llanos y por el gobernador Militar de la ciudad olívica e inmediatamente se dirigió al estadio de Balaídos, que vivió ese domingo una jornada inolvidable. El estadio vigués recibió con esa jornada final de los Campeonatos Nacionales de atletismo del Frente de Juventudes, el espaldarazo que le convertía, desde ese momento, en unos de los mejores estadios de nuestra nación con unas magníficas pistas de ceniza con seis calles.  El estadio presentaba un magnífico aspecto, viéndose completamente llenos de público sus graderíos.

A la puerta del estadio formaba una compañía del regimiento de Infantería Murcia, con bandera y música, que fue revistada en primer término por el capitán general de la Octava región militar, a quien acompañaba el general gobernador militar de la plaza.

Momentos después se anunció la llegada del Caudillo, que fue acogida con indescriptible entusiasmo.

Mientras el Generalísimo revistaba a la compañía que le rindió honores, el público desde lo alto de los graderíos y el que estaba estacionado en las afueras del estadio no cesó un solo momento en sus vítores y aclamaciones.

El Generalísimo pasó al interior del estadio, en medio de grandes aclamaciones y vítores, ocupando  junto a su esposa Carmen Polo el palco presidencial del estadio, con el público puesto en pie, tributándole una larga ovación. Acompañaban al Caudillo los ministros secretario General del Movimiento y Marina, el Almirante Jefe del Departamento Marítimo de El Ferrol, el Capitán General de la Región Militar, gobernador civil y jefe provincial del Movimiento y el alcalde de Vigo, entre otras autoridades

De seguido dieron comienzo las pruebas deportivas. La organización de las mismas fue perfecta. Todas las pruebas que se disputaron esa tarde, eran finales. Se abrió la sesión con la prueba de los cien metros vallas. Peña, del Frente de Juventudes de  Tenerife, el gran favorito, no pudo batir su propio record. Su tiempo de 16 s. 4/10, fue peor del que había hecho en las pruebas eliminatorias. En segundo lugar se clasificó Magin del FJ de  Valencia, con Vaca del FJ del Barcelona en tercera posición.

La final de los 100 metros lisos fue una de las más emocionantes, llegando a la meta tres de los participantes en grupo, imponiéndose  el valenciano Sanchiz, seguido de los guipuzcoanos Delgado y  Goenaga.

En los 200 metros  Delgado del Frente de Juventudes de Guipúzcoa, le devolvía la moneda y se imponía a Sanchiz del FJ de Valencia, tras una espectacular carrera. Gaspar del FJ de Burgos, se llevaría la medalla de bronce,

La prueba de los 400 metros ofreció como nota destacada la actuación de José Luis Adarraga, del FJ de Guipúzcoa,  que hizo en la final el tiempo de 52 s. 6/10. Moreno del FJ de  Jaén conseguía la medalla  de plata y Eluztondo de Guipúzcoa, la de bronce

Los 800 metros fue una demostración de clara superioridad de Juan Bautista Adarraga, del FJ de Guipúzcoa,  que hizo 2 m. 2 s. 2/10, proclamándose campeón de España. El segundo puesto lo ocupó Cano de Burgos  con Diez de Santander en tercer lugar.

En los 3.000 metros obstáculos se vivió un interesantísimo duelo entre Miranda, del FJ de  Barcelona, y Paco Rama, del FJ de La Coruña. Miranda consiguió terminar con un vigoroso sprint, rebajando su propia marca de 10 m. 25 s. 4/10 a 10 m. 4 s. 6/10.

En las pruebas de relevos no hubo sorpresas. Guipúzcoa se llevó las dos finales.

En las finales de segunda estos fueron los resultados: 400 metros lisos. 1º Castro, del Frente de Juventudes de  Córdoba. 2º Llorens del FJ de Barcelona y 3º Rodríguez del FJ de  La Coruña.  100 metros lisos, 1º Mulets, del FJ de  Castellón.2º Coto del FJ de  Valencia. 3º López del FJ de Tarragona.  200 metros lisos, 1º Revilla del FJ  de Santander. 2º García del FJ de Valencia y 3º Pueyo  del FJ de Santander

Una de las pruebas atléticas de los campeonatos de España de atletismo del Frente de Juventudes disputados en el estadio vigués de Balaídos.

Relevos 4 por 100. 1, Almería. 2, Barcelona.

Al final con todos los atletas formados en el centro del estadio de Balaídos,  el Caudillo entregó a los vencedores los diferentes trofeos de campeones de España, clausurando de esa forma los Campeonatos Nacionales de Frente de Juventudes, donde Guipúzcoa tuvo una brillantísima actuación y por equipos se alzó con el título de  campeón de España.    

Una vez finalizadas las pruebas deportivas el  Generalísimo, en unión de su esposa, ministros y demás personalidades, se trasladó desde Balaídos a la Exposición Industrial de Galicia, que se hallaba establecida en los jardines del Dr.Eijo Garay.

A la entrada de la misma, fue cumplimentado por el Ayuntamiento en corporación y bajo mazas, con el alcalde Suárez–Llanos a la cabeza, que entregó a Carmen Polo de Franco un ramo de flores.

El Caudillo, con el alcalde y miembros del Comité ejecutivo de la Exposición, penetró en el recinto, y en su vestíbulo numerosas personas invitadas al acto aclamaron al Jefe del Estado, cariñosa y fervorosamente.

El Generalísimo recorrió la Exposición y visitó los pabellones de la misma con todo detenimiento e interés, especialmente el de la Sección Femenina de la F. E T. y de las J. O. N S., que llamó poderosamente la atención del Caudillo por lo que felicitó a las regidoras y afiliadas efusivamente.

Finalizado el recorrido por las Instalaciones del Certamen, el Generalísimo Franco entró en el Palacio municipal de la Exposición, en donde el alcalde le explicó los diversos gráficos y detalles de interés que en ella figuraban.

Seguidamente subió al estrado del salón de recepciones del palacio, acompañado de los ministros secretario general del Movimiento y de Marina. El alcalde Luis Suárez-Llanos, dirigiendo al Caudillo de España e invitados,  pronunció el siguiente discurso: “Excelencia: Sean mis primeras palabras de expresión del profundo agradecimiento de esta ciudad, por haberos dignado aceptar la presidencia de honor de esta Exposición y haber realizado su solemne inauguración con vuestra presencia. Guiados por el más firme propósito de contribuir, en la medida de nuestros medios, al mayor engrandecimiento de la Patria, animados por un noble espíritu de emulación con otras regiones hermanas, donde vienen celebrándose con singular relieve certámenes de esta clase, hemos ideado y realizado esta Exposición para ofrecer a propios y extraños la coyuntura de poder conocer en detalle el poderío industrial de Galicia, que hoy puede presentar, al lado de la variada gama de sus industrias básicas, otras nuevas que han adquirido ya un potencial notable.

El Caudillo de España Francisco Franco, inaugura en Vigo la exposición industrial de Galicia.

No podía Vigo, ciudad de tan acusado relieve industrial, de tan viva inquietud de superación, de tan febril actividad en pro de su progreso y crecimiento, rehuir las obligaciones que le imponían sus esenciales características, y por ello su Ayuntamiento, consciente de su misión, ha tomado a su cargo la ejecución de este Certamen, recabando la colaboración de las demás ciudades gallegas que, imbuidas del mismo espíritu, han acudido al llamamiento, dándole así una amplitud y resonancia que nos llena de legítimo orgullo. Pero esta tarea que nos hemos impuesto, este esfuerzo que hemos realizado en sólo cuarenta días, este entusiasmo que ha despertado, esta cooperación que nos han prestado los industriales de Galicia, este afán de trabajo que todos sienten, estos deseos vehementes de ofrecer más logrado, este propósito de perfección en la obra, este poderío económico que representa la industria  que figura en esta Exposición, es !a consecuencia de la fe en España, que día a día, nos inculca Vuestra Excelencia desde la dirección política de la Nación”

Porque nos sentimos conducidos con pulso firme y seguro, porque las consignas que nos dictáis nos hacen  conocer a cada instante lo ruta de nuestro engrandecimiento, porque nos habéis devuelto el orgullo de ser españoles y la clara conciencia de nuestra inalienable misión, es posible presentar a un mundo desgraciadamente envuelto en llamas, sembrado de odios y rencores, la serena visión de una España en orden, que trabaja y se preocupa en su quehacer diario, de ofrecer espectáculos como el que estamos que estamos presenciando, símbolo de un afán creador de reconstrucción patria.

Desde este confín de España, desde esta maravillosa ría gallega, desde este  espléndido balcón que mira a América, recibid, Excelencia, la emocionada adhesión de un pueblo y la inmensa gratitud que, como españoles, os debemos  por vuestra gigantesca labor en pro de la unidad, de la grandeza y de la libertad de España.” ¡Arriba España! ¡Viva Franco!

Tras las palabras del señor alcalde, el Generalísimo, en una breve intervención   declaró abierta la Exposición Industrial de Galicia.  Las palabras del Caudillo fueron acogidas con entusiásticos aplausos. Tras ello el Jefe del Estado entre aclamaciones y vítores, abandonó el recinto de la Exposición, dirigiéndose al parque de Castrelos,  donde la corporación municipal de Vigo le obsequiaría, junto a su esposa, ministros y demás autoridades y personalidades, con una merienda en el palacio municipal, en cuyos jardines, en su honor, el grupo folklórico de la Sección Femenina interpretó un selecto programa de danzas y cantos regionales.

A las diez y media de la noche, el Generalísimo salió del parque de Castrelos con dirección a su residencia veraniega del Pazo de Meirás.

El Caudillo atravesó la ciudad de Vigo en medio de  ovaciones, constantes vítores y gritos de ¡Franco! ¡Franco!,  que le  tributaron miles de vigueses, que permanecieron estacionados en las calles, sobre todo en la Puerta del Sol, centro de la ciudad, donde una compacta muchedumbre se desbordó de modo emocionante, al pasar ante ella el coche en el que viajaba el Caudillo de España.

Autor

REDACCIÓN