22/11/2024 00:23
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El partido político de Vox ha surgido un traspiés electoral, no consiguiendo sus expectativas y viendo truncadas sus posibilidades, en el palacio de San Telmo con una púgil como Macarena Olona que lejos de ser vicepresidenta se ha visto forzada a dimitir, por un deterioro de salud para volver a ejercer de abogada del Estado.

Con unos resultados paupérrimos e irrisorios, diga lo que diga el hooliganismo exacerbado de Vox, el incrementar de 12 a 14 escaños, no es para descorchar una botella de vino de Jerez o un vino tarima alicantino, como mi paisana, Macarena.

Son parcos resultados en comparación con el clamor popular del vulgo de la Metrópoli que se centró única y exclusivamente a excitarse electoralmente dando unas falsas expectativas a «Macarena de Salobreña»

Cuando lo traslúcido, se vuelve opaco, las envidias se muestran y las cuitas internas afloran en la casta parasitaria de la democracia inorgánica liberal en torno a los partidos políticos, suceden este tipo de situaciones que dejan un sabor agrio electoral en el paladar.

Macarena lo ha experimentado ya que no consiguió ser vicepresidenta, dándolo por seguro en el debate electoral y repitiéndolo electoralmente y constantemente ya que una mentira mil veces repetida se convierte en verdad, aunque se haga de manera indirecta.

¿Quién mató al comendador de Ocaña, Fuente Ovejuna, Señor?

La madrileña Calle Bambú ratificó la sentencia y el vulgo de la metrópoli andaluz la ejecutó. La sustituta de Vox en el congreso de los diputados es: Inés Cañizares, que sigue en la línea constante y beligerante que la Señora Olona Choclán, la cuestión es: resistirá como el Alcázar de Toledo o sufrirá las terribles consecuencias de ser un clínex electoral.

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Las comparaciones son odiosas, pero Vox puede verse reducido a la irrelevancia política, siendo condenada al ostracismo como le ha ocurrido a Podemos ya que las encuestas que le auparon, le vaticinan un descenso a favor del partido popular y el separatista; Núñez Feijóo que al igual que Sánchez Pérez Castejón, considera a España como una Nación de Nacionalidades.

El tomar cartas en el asunto, debe de ser prioritario a la hora de efectuar una estrategia clara para no repetir los mismos errores ya que antes de llover, chispea. Si Vox, partido político en el que pretende ser a todos los efectos una disidencia controlada, no lo remedia, es muy probable que beneficie a un partido popular que siga la continuación de las políticas de la izquierda.

Derechas e izquierdas. Cuando el concepto netamente de Soberanía Nacional no entiende de fracciones en beneficiar a uno y perjudicar al otro ya que la bandera bicolor ha de ir supeditada a la Justicia Social y la Justicia Social a la Empresa común de carácter; únicamente y exclusivamente colectivo en beneficio de sus compatriotas y no en detrimento de este.

Se siguen cometiendo las mismas erratas que en el pasado más remoto: La Historia no es benévola con los que quisieron tomar el cielo por asalto y acabaron aburguesados en un chalet en Galapagar, al igual que tampoco lo es con los que prescinden de baluartes aunque sean para secundar un sistema como el actual que es un lodazal de inmundicia desde su gestación.

La furgoneta colisionó, no hubo heridos, pero de los puntos de sutura, Macarena, no se libró, es entonces. Cuando la confianza en los partidos políticos y en el viejo Estado liberal no son depositadas por los sinsabores ácidos electorales como un salmorejo expuesto demasiado tiempo en temperatura ambiente.

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El bandolerismo, al revés y efectuado descaradamente que como las cláusulas abusivas hipotecarias se lo cobra con sumo interés fiduciario, con respecto a Vox que se cuide de las aguas mansas que de las bravas sabe capear el temporal electoral.

Aviso a navegantes.

Posdata: entre todos la mataron y ella sola se murió.

Autor

REDACCIÓN