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La sociedad española, y de manera especial la madrileña, se vio sobrecogida por un hecho que tuvo lugar el 6 de junio de 1916 en la capital de España. Tres días antes, el 3, había llegado a la pensión “El León de Oro”, situada en la Cava baja, Manuel Ferrero Gallego, un terrateniente de 72 años de edad que había venido a Madrid a gestionar la compra de un molino, sin que se volviese a saber nada más de él. 

Manuel Ferrero Gallego con su familia

Tras su misteriosa desaparición, el día 9 siguiente, su amigo y administrador, Nilo Aurelio Sáinz de Miguel, puso este hecho en conocimiento de las Autoridad, señalando que se había puesto en contacto con la mujer de Manuel Ferrero, quien también le significó que nada sabía del paradero de su esposo. 

Según manifestaciones de Don Nilo, el citado Ferrero, había llegado a Madrid con una cantidad en metálico de más de 50.000 pts., ya que el molino que deseaba adquirir le iba a suponer un desembolso por esta cantidad. Igualmente señaló, que el último contacto que había mantenido con su amigo Ferrero había sido en la mañana del 6, cuando se vieron en el Café Oriental, sito en el inmueble nº 11 de la Puerta del Sol, perdiéndole desde entonces la pista e ignorando su paradero. 

Iniciadas las gestiones conducentes al esclarecimiento de estos hechos, el Cuerpo de Vigilancia de Madrid no pudo dar con la pista del citado Manuel Ferrero quien parecía que se lo había tragado la tierra. 

Sin embargo, todo cambió el 18 de agosto. Ese día, un Guardia de Seguridad localizó en la plaza Mayor un pequeño envoltorio conteniendo una llave perteneciente a una habitación de la pensión “El León de Oro”. 

Tras presentar su hallazgo en la Comisaría del Distrito y comprobar que se trataba de la llave de la habitación alquilada, en la mencionada pensión, por Manuel Ferrero, se reiniciaron las investigaciones en la seguridad de que algo le había sucedido al precitado Ferrero. 

Paralelamente, un Agente del Cuerpo de Vigilancia, Federico García Gómez, asiduo del Café Oriental y de un gimnasio de la calle Barbieri que también frecuentaba Federico Sáinz, hijo de Don Nilo a quien este recogía en dicho centro todos los días, comenzó a interesarse por aquel asunto tras conocer la denuncia presentada, iniciando por su cuenta algunas averiguaciones. 

El Agente García Gómez, había tenido conocimiento por la prensa de la declaración prestada por Don Nilo, en la que señalaba que se había citado con Manuel Ferrero en la Café Oriental el día 6, a las tres de la tarde. Sin embargo, aquello le llamó especialmente la atención, toda vez que, coincidentemente, aquel día, a las cuatro y media de la tarde, había visto a Don Nilo y a su hijo Federico, junto a otra persona, que bien podría tratarse del desaparecido, en un tranvía de la línea 4 (Puerta del Sol-Ventas). 

Nilo Sáinz

El Agente Federico García, recordaba perfectamente los detalles de aquel hecho, día y hora, ya que, poco antes de observar la presencia de Don Nilo y sus acompañantes en el interior del tranvía, había comprobado la hora en el reloj de la Real Casa de Correos, sede por entonces, del Ministerio de la Gobernación, toda vez que tenía que tomar el servicio poco después, con ocasión de la celebración de la “Fiesta de la Flor”. 

Tras comprobar que el acompañante de Don Nilo y de su hijo era, en realidad, Manuel Ferreo y no pudiendo encontrar una explicación razonable a las falsas manifestaciones hechas por Don Nilo, decidió incrementar sus pesquisas. Para ello, teniendo como única pista la dirección del Tranvía -Ventas-, comenzó a visitar los diferentes inmuebles de la zona, poco poblada por entonces, y a practicar las pertinentes averiguaciones con el fin de encontrar alguna pista que le condujese al esclarecimiento de los hechos. 

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Las pesquisas del Agente fueron largas y laboriosas, llegándose a vestir con un buzo de trabajo para que su presencia en la zona pasase más inadvertida y, de esta forma, no delatar su condición de policía. 

Tras varios días de gestiones, interrogando a posibles testigos, finalmente, por medio del propietario de una tienda de la calle Lanuza, pudo llegar al conocimiento de que, tiempo atrás, un individuo con las señas de Don Nilo -barba y muestras de cojera-, se había interesado por el alquiler de un hotelito en el número 18 de la citada calle, sita en la zona de la Fuente del Berro. 

Realizadas unas comprobaciones, pudo verificar que, efectivamente, meses atrás un tal Miguel Sáinz -nombre supuesto usado por Don Nilo-, había alquilado aquel hotelito sin que se le hubiese vuelto a ver por aquella zona desde la fecha del alquiler, ni tampoco se observase actividad alguna en el inmueble alquilado. 

No satisfecho con lo averiguado, una noche de aquel mes de agosto, decidió, por su cuenta y riesgo, acceder subrepticiamente, al interior de la casa para realizar una inspección ocular. Una vez dentro, observó que el inmueble estaba vacío, sin muebles ni enser alguno, y que en una de las piezas el suelo había sido removido, apreciando en una pared unas manchas que podrían ser de sangre. 

Con esta información, se dirigió a sus superiores a quienes puso en conocimiento de lo averiguado. Tras obtener la correspondiente autorización judicial, se realizó una nueva inspección en el inmueble, localizando, enterrado bajo el suelo, el cadáver de Manuel Ferrero, cuyo cuerpo presentaba claros signos de violencia. 

La autopsia del cuerpo de Ferrero determinó que este había fallecido como consecuencia de diez fuertes golpes de hacha-pico recibidos en el cráneo, uno de los cuales le destrozó el rostro. 

Ordenada la detención de Don Nilo, fue localizado en Logroño desde donde fue trasladado a Madrid y una vez en dependencias policiales fue interrogado, confesando la autoría del hecho, aduciendo que el origen del crimen había sido una discusión por una deuda; igualmente, trató de exculpar a su hijo que contaba diecisiete años. 

Don Nilo fue condenado a la pena capital, pero no fue ejecutado pues falleció durante su estancia en prisión. Igualmente, Federico Sáinz, hijo de Don Nilo, fue también condenado a otra pena menor en calidad de cómplice. 

Todo hace suponer que se trató de un asesinato con premeditación y alevosía y que el móvil del mismo fue la sustracción de las 50.000 pts. que llevaba consigo la víctima. 

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El Agente del Cuerpo de Vigilancia Federico García Gómez

Sin embargo, lo más llamativo de este caso es la iniciativa, la perseverancia, el sentido de la observación y la profesionalidad del Agente Federico García Gómez quien, con el paso de los años, alcanzaría el empleo de Comisario del Cuerpo de Vigilancia. 

Autor

Eugenio Fernández Barallobre
Eugenio Fernández Barallobre
José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.

Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.

Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.

Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.

Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022

Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)

"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)

"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)

"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).

"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).

"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).


Otras publicaciones:

"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)

"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).

"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).

"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).

"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".