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Caudillista, populista, chovinista, militarista (y, no del todo impensadamente, pronazi), María Eva Duarte de Perón fue, indudablemente, la mayor demagoga del siglo veinte. Sin apenas discusión posible. Como su funesto esposo Juan Domingo, como todo peronista que se precie, hizo muy mal el bien y muy bien el mal. Santa Evita fomentó hasta extremos insoportables el rencor social, colaboró prontamente para el ingreso en Argentina de criminales de guerra nazis e, implacable con sus opositores, ordenó explícitamente la tortura a ciertas mujeres de la Unión Telefónica. Su actual epígono, la viuda del Dioni de La Pampa, pálida sombra.
Evita en Santiago de Compostela
La «providencial» visita a España de Evita Perón, la primera dama argentina, en 1947, contribuyó al afianzamiento de un franquismo aislado internacionalmente. ¿El viaje que “salvó” a Franco?
Tras Villana y Cortesana, Santiago de Compostela aguadaba a la esposa del entonces presidente de Argentina, Juan Domingo Perón. Arribó al aeropuerto de Lavacolla a las doce y media post meridiam, donde fue recibida por el ministro del Aire, el general Eduardo González-Gallarza, el ministro de Marina, Francisco Regalado Rodríguez, y los gobernadores civiles de las cuatro provincias gallegas.
Eva Perón, emulando el recorrido del Camino Francés (el mismo que, tramposamente, está realizando Macarena), pasando por Concheiros y San Pedro para internarse en el Casco Histórico por la Rúa das Casas Reais. La comitiva continuó por la Plaza de Cervantes para, finalmente, detenerse frente a San Martiño Pinario, concluyendo a patita el último tramo antes de llegar al Obradoiro.
Más tarde, el Palacio de Rajoy, donde estrenó el Libro de Oro, y después a la Alameda, donde plantó un árbol, La Perona. En todo momento, ovacionadísima por miles de compostelanos.
Macarena Olona en Santiago de Compostela
Olona es la versión fachosa de Eva Perón (también Díaz Ayuso, ésta en versión «liberal»). Grotesco ejemplo a vuela teclado: a estas alturas, no hay españolito que no sepa dónde tiene la alicantina dos de sus tres legendarios tatuajes legionarios.
Olona entona e imita, estudiada y conscientemente, los movimientos y la gestualidad de Evita en cada uno de sus discursos, incluidas las apariciones televisadas. Macarena habla como si estuviera susurrando, y mueve los brazos, sobre todo las manos, cual hirsuta y rígida muñeca, anhelando imitar a la aciaga argentina.
A la sazón, Ione Belarra o Irene Mentira o Yolanda Díaz deben estar que trinan porque Lady Patria les ha arrebatado el papel que podrían haber considerado suyos: “representar” a tan funesto y demenciado personaje (“La espada más limpia de Occidente”, sic, resic, le otorgó la Gran Cruz de Isabel la Católica: ¿no hubiera sido más adecuada la inexistente de Juana La Loca, dado el brutal desvarío de la doña argentina?).
Esta vez al revés: primero la penitencia, luego el pecado
Macarena NADA Molona, populista patriotera, se hacía fotos con los abanicos de nuestras abuelas y evocaba –en Twitter– la falsa estampa del NODO–el tiempo es amarillo, dejó escrito Fernán Gómez– de Andalucía en la hambreada – hasta el 45 – década de los años cuarenta: coplas, sensiblería, farisaicas eucaristías de peinetas y espadones. Maca daba pulseritas a los niños –“coge la de España, mi vida”– y pregonaba que hay que “acabar con todo lo que no redunde en beneficio de los andaluces”. La caudillita de Vox sobrevenía ambigua y cruzada destilación entre Lady Gagá y la citada Evita.
Abascal, como quien garabatea estas líneas, desea a Macarena una pronta recuperación, pero no la acompañará al Camino de Santiago…no sea que coincida con Carapolla en el albergue. En el camino «se va en busca» del apóstol Santiago. ¿Jocosa metáfora insinuando que ahora va a por Cabrascal y cierra España? ¿Pero alguien se creía que el Azote de los progres en la piara de la Carrera de San Jerónimo se resignaría pastueñamente a ser cabo tomatero, vulgar diputada regional?
No pudo volver a Madrid, más allá de su enfermedad y se largó, macarenazo mediante. De momento, ¿penitencialmente?, a Santiago en loor de multitudes: joder qué tropa. ¿Un nuevo partido de esta Evita tuneada? Ains, la derechita española, va a acabar por hacer buena a la inocua a la par que inicua izquierda dizque nacional. En fin.
Autor
- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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