20/09/2024 22:47
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Su Ley del “sí es sí” ya ha sido aprobada y ha entrado en vigor: el feminismo subvencionado puede cantar victoria y celebrarlo con un regalito de los que ella hace (no menos de 10.000 euros)

 

No voy a detenerme hoy en comentar lo que va a significar la Ley aprobada esta semana en el Congreso de los Diputados, como tampoco le voy a reclamar al Tribunal de Cuentas que haga público su Informe negativo sobre la Distribución de Subvenciones de acuerdo con los 20.000 millones que el magnánimo Presidente del Gobierno, don Pedro Sánchez, le ha regalado de cara a los próximos años.

Porque hoy me voy a limitar a reproducir algo más humano y más real: el relato que me ha hecho llegar un abogado amigo de Córdoba, porque aunque pueda parecer un rollo es la mejor síntesis de lo que puede ser y va a ser la aplicación de la “Ley del Sí es Sí”. Así que pasen y lean:

No hay “Sí es Sí”

Pero tampoco “No es No”

 

SEÑORÍA, le va a permitir a esta Defensa que antes de entrar en el relato de los hechos haga una mínima referencia a los antecedentes, porque hay que tener en cuenta no solo lo que pasó sino también cómo pasó y qué sucedió después.

— Hola, Toni, ¿nos vemos esta tarde?
— Hola, Rafa, por mi sí.
— Pues, verás, es que Paco ha quedado con una chica que le presentaron ayer y sus amigas
— ¡Coño! ¿Dónde y a qué hora?
— Pues, en principio hemos quedado en “El Gallo” a las 9 y allí ya nos pondremos de acuerdo.
— Bueno, por mí vale. Oye ¿no serán monjitas de la caridad?
— Paco dice que están estupendas
— Bueno, pues allí nos vemos

 

Y allí, en “El Gallo” de Claudio Marcelo estuvimos todos sobre las 9 de la noche. Además de Rafa y Toni, Richard, Manu, Luisi y Maca.

Y ellas fueron Vea, Mati, Isa, Rafi, Candi y Paty (la protagonista principal)

Y el comienzo no pudo ser mejor, porque dio la coincidencia que Tony y Vea se conocían y Mari y Paco eran compañeros en la Universidad. Lo que hizo que desde el primer momento se rompiera la frontera de lo desconocido y la reunión fuera un encuentro de amigos (o algo más desde el principio).

SEÑORÍA, y ahora vayamos a los hechos, lo primero, que nadie ordenó cómo se formaban las parejas y que todo surgió sobre la marcha. Toni acabó al lado de “Paty” y pareciendo que eran novios desde antes de nacer.

La segunda que acordaron dónde irse tras esa primera copa y por indicación y sugerencia de Rafi se eligió el “Florida 38”, el nuevo que estaba causando furor en Córdoba y situado al final de Ronda de los Tejares y frente a los Jardines de los Patos.

Y allí estaban ya a las 12 de la noche, aunque algunas de las parejas se habían quedado en el camino, buscando más intimidad o por obligaciones familiares.

Sí estuvieron casi hasta el final nuestro Tony y su “Paty” ya que sobre las 4 ella dijo que no aguantaba más y que quería irse (en realidad era por otra cosa) 

Y aquí, SEÑORÍA, comienza el relato de los hechos, según lo vivió mi defendido, que naturalmente, en algunas cosas importantes no coincide con la versión de la Acusación.

Eran las 3:48 justas (según figuraba en el reloj de calle que hay justo en frente de la salida) cuando salieron de “Florida 38” y cogieron un taxi que había en la parada.

No tardaron mucho, pues resultó que la señorita Patricia García vivía en uno de los primeros chalets de la Carretera del Brillante. Una zona muy solitaria a esas horas y apenas iluminada y más cuando las luces de los jardines de su propia casa estaban apagadas. Pero antes de abrir la puerta la pareja se abrazó más estrechamente y queriendo o sin querer cuando acordaron estaban haciendo el amor (es verdad que no hubo un “SÍ” de aceptación, pero tampoco un “NO” claro, ni un simple rechazo. “Aquello” o “lo que fuera” seguía su curso (aparentemente normal) hasta que de pronto ella gritó “¡¡¡NO!!! y sin más se separó casi llorando y recomponiendo su figura (aunque fui yo quién recogiera y le entregara la prenda intima que se dejaba en el suelo).

Luego abrió la puerta y se coló en su casa. Sin hablar. Él tampoco. Mejor dicho él dijo: “Lo siento, te llamaré mañana”.

¿Y qué sucedió después?

¿Qué sucedió al día siguiente y los siguientes días?

Pues sucedió que la señorita Patricia quedó con mi defendido al día siguiente y le contó lo que le había pasado al entrar en su casa: que cuando se dio cuenta de que estaba haciendo el amor sin haber tomado las precauciones de rigor se asustó y sin pensarlo retiró su cuerpo y quiso que se la tragase la tierra, porque a pesar de tener ya los 19 años cumplidos era Virgen y su madre lo sabía. Ello hizo que se fuera directa a su cuarto sin querer ver a sus padres.

Y ahí quedó esa primera entrevista de los dos. Sin quejas y sin reproches. Sin embargo, sí habían pasado más cosas, como pudo comprobar el pobre Toni días después. Cuando en una de aquellas reuniones de todos anunció a bombo y platillo que Verónica (Vea)  y él se habían hecho novios y se habían comprometido para siempre… y eso fue encender una mecha en una gasolinera. Porque la señorita “Paty” en cuanto pudo arrastró a Toni a un rincón y con él mantuvo esta conversación:

—¿Cómo me haces esto? –le dijo muy airada- tú eres mi novio
— No, “Paty”, yo soy tu amigo.
— Sí, pero tú sabes lo que hicimos aquella noche.
— Y tú sabes cómo terminó. No “Paty” , no soy tu novio ni lo he sido nunca.
— ¡Me las pagarás!
— Bueno, mujer, yo te pagaré lo que tú quieras, pero la verdad es la verdad.

Y esa noche ya no hubo más entre ellos.

Hasta que pocos días después recibió la noticia de que la señorita Patricia García le había denunciado por violación y tenía que ir a declarar.

SEÑORÍA, fue entonces cuando el acusado contacto con esta Defensa y, naturalmente, tuvimos que rehacer lo sucedido, paso a paso, momento a momento, palabra a palabra y gesto tras gesto y está claro que muchas cosas no coinciden con la versión que ha dado la Acusación.

La Acusación dice que no hubo un “¡SÍ!” claro y rotundo y eso es cierto, pero también es cierto, y no lo negará la Acusación que la señorita Patricia no dijo un “¡No!” rotundo hasta que de pronto gritó “no” y separó su cuerpo del cuerpo de mi Defendido. ¿En qué momento del acto del amor se produjo ese hecho?

SEÑORÍA, eso es imposible de determinar. Lo que sí está claro es que así como no hubo un “Sí” de aceptación tampoco hubo un “No” de rechazo.

En cuanto al certificado médico que ha presentado la Acusación también está claro y que la versión que ha dado la acusación puede ser o no puede ser la correcta. Porque los médicos certifican que sí que había habido penetración y rotura del himen, pero no si a eso se había llegado por la fuerza o por un deseo normal de una mujer joven, que además, ha bebido algo y cree que se ha enamorado… que es la versión que esta Defensa quiere darle a ese certificado.

Naturalmente, también esta Defensa encuentra normal la reacción de los padres, ya que si la señorita cuando le confiesa a su madre que ha sido violada y que ya no es virgen no le dice cómo se había llegado a esa situación, le oculta que ya antes del acto del amor en sí llevaba más de 2 horas dando y recibiendo caricias del Acusado y que había bebido más de una copa.

Por tanto, SEÑORÍA, para esta Defensa está claro el asunto: la señorita García se inventó una violación cuando supo que su “violador” se había comprometido con otra chica y que ella se había quedado compuesta y sin novio. Venganza pueril, si se quiere, pero venganza. Por tanto, esta Defensa, considerando que nunca hubo acto de fuerza, grande o pequeño, considerando las cortísimas relaciones que tuvo con mi Defendido y que si perdió la virginidad lo hizo durante la duración del acto y tras gritar “no” y separar su cuerpo. Considerando que la Acusación solo puede demostrar que no hubo un “¡SÍ!” rotundo pero no un “NO” claro y rotundo y considerando que en mi Defendido no hubo nunca la intención de provocarle mal alguno a su denunciante y sí lo hubo por parte de ella cuando jugó con el HECHO determinante en su posible provecho, así que, Señoría, esta Defensa SOLICITA LA LIBERTAD PLENA DE MI DEFENDIDO Y QUE LA PARTE ACUSADORA CORRA CON LOS GASTOS DEL PROCESO.

He dicho, SEÑORÍA, muchas gracias.

— Bien, pues ¿tiene algo que alegar en este momento final el Acusado? – dijo el Presidente del Tribunal.
— Señor – dijo muy turbado y muy sencillo mi defendido- yo solo puedo decir que no soy un violador y que yo no violé a la señorita.
— Pues, VISTO PARA SENTENCIA.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.