Getting your Trinity Audio player ready...
|
Reconozco que con tanta noticia desagradable e incluso mala a lo largo de la vida — principalmente en estos últimos años, en que la gente parece haber perdido el rumbo y el sentido de lo correcto– se nos va insensibilizando la capacidad de reacción, tan útil en la vida. Y, así, a veces no te reconoces, pues te quedas tan tranquilo asimilando informaciones que antes te habrían “acelerado”, y ahora te queda tan pancho.
Hoy, ya pocos católicos –y sacerdotes, obispos y cardenales– se inmutan ante el hecho de pretender hacernos tragar el homosexualismo como algo normal en la conducta de los hombres. Sin embargo, los católicos, conocemos las tremendas advertencias de San Pablo en su primera carta a los corintios (casualmente en el capítulo sexto–:
“No os engañéis, ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas poseerán el Reino de Dios”…,
Más claro ¡el agua! Nos dice también otras cosa como: “la mujer no es dueña de su cuerpo: es el marido; e, igualmente, el marido no es dueño de su cuero: es la mujer”, con lo cual tanto las feministas como los feministos, feministes, y sus pelotilleros y zalameros, van apañados, con sus teorías sobre las relaciones hombre mujer desde el punto de vista católico — y ortodoxo–. ¡Sí!, ya sé, sin que me lo recuerden, que san Pablo no forma parte del Tribunal Constitucional, ni es el propietario de ATRESMEDIA pero, a pesar de todo, sabe lo que dice y su doctrina tiene peso específico.
Los obispos belgas componen una oración sacrílega pidiéndole a Dios que bendiga los matrimonios homosexuales o sea para que sigan en pecado y ofendiéndole, y algo por el estilo los alemanes… ¡Pobre Catolicismo Centro Europeo!…hace tiempo que es simplemente Protestantismo…
Pero no es lo peor, lo que ya pasa de castaño oscuro es que el Supremo Pastor de la Iglesia, en su Carta apostólica “Desidero desideravi” nos predique una herejía condena expresamente en Concilio de Trento… Efectivamente, el papa Francisco (hay cosas a las que no me acostumbro como llamarle “Francisco” a secas, o tutear a los sacerdotes, cosa que, al parecer gusta, olvidado que nuestro respeto no es al hombre sino a Cristo del que uno es Vicario y los otros ministros…) afirma en la citada Carta esto:
“5. El mundo todavía no lo sabe, pero todos están invitados al banquete de bodas del Cordero (Ap 19,9). ‘Lo único que se necesita para acceder es el vestido nupcial de la fe’ que viene por medio de la escucha de su Palabra (cfr. Rom 10,17). […].,
Me he tomado el trabajo de consular en “El MAGISTERIO DE LA IGLESIA de Enrique DENZINGER” (1997) .pág., 250 y leo en el undécimo de los cañones aprobados en la Décima tercera Sesión (1551) de Trento en pontificado de Julio III:
“Si alguno dijere que ‘la sola fe e es preparación suficiente’ para recibir el sacramento de la santísima Eucaristía, ¡SEA ANATEMA! (“¡Anathema sit!”)
Que es la forma más solemne de “excomunión” que puede pronunciar la Iglesia como voz del propio Cristo, y lo ha utilizado en los grandes Concilios ecuménicos dogmáticos, como es el caso del de Trento, de una eficacia tal que no hubo necesidad de convocar ninguno otro en TRESCIENTOS AÑOS… o sea, hablando en plata, y usando simplemente la lógica, sin ser teólogos, ni expertos en derecho canónico, cabría opinar que el Papa Francisco ha incurrido en excomunión automática al enseñar una herejía maldecida como tal por un Concilio Ecuménico.
El canon citado continua así: “ Y para que tan grande sacramento no sea recibido indignamente y, por ende, para muerte y condenación, el mismo santo Concilio establece y declara que aquellos a quienes grave la conciencia de pecado mortal, por muy contritos que se consideren deben necesariamente hacer previa confesión sacramental, habida facilidad de confesar. Mas si alguno pretendiere enseñar, predicar o pertinazmente afirmar, o también públicamente disputando defender lo contario, por el mismo hecho quede excomulgado.”
Me imagino que los católicos que lean esto habrán quedado de una pieza si no se habían enterado ya. Es genial la previsión del Concilio de Trento cuando se adelanta cuatro siglos largos a lo que estamos viviendo y trata de evitarlo. Hace tiempo que en uno de mis escritos dije que los católicos que bautizamos hace dos milenios, el primer día de la semana con el nombre de DOMINGO (“Día del Señor”) deberíamos cambiarle el nombre por el de “Día de Lucifer” en atención a los sacrilegios que “al menos externamente” se producen cuando todo el mundo comulga y NADIE SE CONFIESA…
Por lo visto el Vaticano II cambio la naturaleza humana de los católicos por la naturaleza angelical…Los divorciados comulgan, los que se van de juerga “non sancta” comulgan… todo el mundo comulga, pues nadie tiene pecados graves que confesar puesto que los confesionarios siempre están vacíos… –los adulterios, el puterío, ya no son pecado—o ase perdonan con agua bendita… no digamos el robar de mil modos… (Hablo de lo que conozco o sea de Cataluña) Solo nos falta ver a un Sumo Pontífice que, juzgando externamente, es evidente que ha caído en excomunión afirmando que lo “único que se necesita para poder comulgar es el vestido de la Fe” olvidando que no se puede hacer por mucha fe que se tenga, en pecado mortal o sea con sin ir trajeado con el “vestido de la gracia santificante.”
Desgraciamente esto no es nuevo, ni raro, hemos visto a obispos y cardenales dando la comunión a herejes protestantes y también a agnósticos y no recuerdo muy bien pero creo que también lo ha hecho algún papa anterior. Por suerte Dios me ha dado la gracia no escandalizarme fácilmente, pero me ha chocado siempre esa conducta totalmente ajena a lo que me enseñaron mis maestros en la Fe.
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.