22/11/2024 18:26
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 Alguien (hay nombres que es mejor no citar) ha comparado estos días a Pablo Iglesias (el malo), el podemita-comunista Vicepresidente del Gobierno y Ministro de algo…con Marcelino Camacho, el histórico líder de las CCOO (Comisiones Obreras) comunistas que trajo en jaque al franquismo de los tiempos heróicos… por algo curioso. Según lo leído hubo un tiempo (cuando ya se sabía que Franco se había inclinado definitivamente por la Monarquía e incluso por el Príncipe Juan Carlos como su heredero) que los monárquicos de Don Juan consideraron que había que ganarse para la causa al líder sindical-comunista , porque, en realidad, tenía más influencia en la Izquierda obrera y no obrera que el propio Santiago Carrillo (todavía «dictador» del PCE) y a ello dedicaron los mayores esfuerzos de todo tipo hasta que lo consiguieron y el bueno de Marcelino, incluso, comenzó a colaborar con sus escritos en ABC.
               Y tal vez por «aquello» que les salió bien, ahora están queriendo hacer lo mismo con el podemita-comunista Pablo Iglesias (el malo) y ya se les ve «ronroneando» a su alrededor. «El señor Iglesias, por supuesto está a años luz de nosotros, pero no por ello hay que dejar de reconocer que es un hombre inteligente, muy culto, gran orador y el político más astuto de esta generación»…. já, já, já… y yo me rio.
                   SÍ, porque querer comparar a Pablo Iglesias con Marcelino Camacho es como comparar a Pedro Sánchez con Sir Winston Churchill. Veamos.
                  Dicen que este Iglesias es comunista, como aquel Camacho
                      (sí, pero aquel murió siendo comunista de los de verdad y éste, el coletas, ni lo fue ni lo es, ni lo será…porque el sujeto Iglesias no fue ni es ni será otra cosa que Pablo Iglesias. Hoy lo de hoy y mañana lo de mañana).
                 Dicen que este Iglesias es honesto y honrado, como aquel Camacho.
                      (sí, pero aquel murió como vivió y este sujeto, de momento, y antes de empezar ya vive en un chalet con piscina y como un marqués).
                Dicen que este Iglesias lleva escoltas, como aquel Camacho.
                      (sí, pero  a este sujeto le escoltan para llevarlo a un despacho con moqueta y a aquel Camacho, sí, el de Comisiones, lo escoltaban los «grises» cuando lo llevaban a la cárcel).
                     Y así podíamos seguir hasta mañana. No,Señores, no hay comparación posible entre ambos ni a nivel político, ni a nivel humano, ni a nivel social (la Señora Camacho tampoco tiene comparación posible con la feminista Irene Montero)… y porque no la hay jamás conseguirán que un sujeto como el podemita acabe defendiendo a la Monarquía (con este Rey o con diez nuevos que vinieran)… ¿y saben por qué? Porque Don Pablo Iglesias, como el otro (hablaremos después) quiere ser el número 1, el más alto, el que más poder tenga: Maduro, Chaves, Fidel, Franco, Hitler, Mao, Stalin…y Dios, si no hay otro con más poder. Un resentido nato. Otro.
                     Entonces, igual que el Pedro…
                     NO, hay diferencias, el Pedro Sánchez que okupa la Moncloa no es tan ambicioso. El bisnieto de su bisabuelo Castejón se conforma con ser el más guapo del harén y, sobre todo, sobre todo, con ser el Presidente de la Monarquía-República… ¡¡de España…o  de una España  sin Cataluña, ni el País Vasco, ni ¡¡¡…¡ojo, sólo de España¡¡. Lo demás, el resto del  mundo, no lo quiere: eso, el mundo, para ti, Pablo.
                  ¡Ay, pobre Marcelino, mi admirado Marcelino Camacho, tantos años entre rejas, tantas luchas, tantas barricadas…por un mundo más justo, por un comunismo serio y de clase, por una España sin grises!!!  y ya ves en lo que ha quedado tu comunismo: te aseguro que si ves bajarse del coche oficial, con su carterita bien a la vista, a estos comunistas, al  tal Iglesias y al tal Garzón (por favor, que alguien le diga a ese muchacho que deje en su casa la carterita de Ministro), ¡¡¡te vuelves a la tumba, tu nueva cárcel!!!.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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