20/09/2024 12:31
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Lo que hacen los espenoles, no lo hacen los marranos. ¡Impresionante lo que, cada día, mejora la estupidez de los habitantes de este país, otrora señera mundial! La última mezquindad de este vulgo disfrazado de ciudadanos, son los bozales para covidiotas, colaboracionistas, y disidentes cobardes. No analizaré el aspecto médico, ni vírico, ni el nuevo orden mundial, ni nada archicomentado y sabido, sino algo que deja a este país a la altura de lo que es. ¡El Estado obliga a que la gente compre bozales, fabricados por empresas –seguramente – públicas, y le meten un 21% de IVA. JAJAJAJAJA.  ¿En qué época, lugar o situación de la historia se ha visto que un Gobierno obligue a sus súbditos a comprar un producto, usarlo y gravarlo con un 21%. ¡Es la aberración más grande sobre la Tierra! A esto súmale geles, alcoholes, guantes y etc. obligatorios en muchos sitios y para muchas personas, como los nenes en los putos coles.

En este país pagamos impuestos de ricos y recibimos servicios de centroafricanos. Y, lo peor, es que estos productos que cito, sobre todo el bozal, lo comprarían el 90% aunque no les obligaran, de can carcomido que tienen su escaso seso; y cuanto más caro, mejor. Y cuanto más hortera en su tuneo, mejor. La vergüenza que siento al ser espenol es sólo comparable con el orgullo que sentían los españoles no hace muchas décadas. En Espena pagamos impuestos por todo, absolutamente por todo: por nacer, por casarte, por trabajar, por estudiar, por ser médicamente atendido, por comprar, por donar, por y más “pores” hasta rellenar 1.001 folios, con letra ínfima y apiñada; y acabar en el “PEOR POR”, digno de los mejores PUERCOS: pagar por morirte y que tus herederos paguen sucesiones. Este era nuestro record de ignominia, a nivel mundial, pero como somos un país de genios de la idiocia, se han superado. Ahora pagamos para poder ir por la calle. Siempre dije que un día nos cobrarían por respirar… ¿a qué suena a aberración imposible de superar? ¿a qué sí, queridos niños? De eso nada, jamás dudes del talento destructor del intelecto que todo espenol tiene. Ahora pagamos por no poder respirar bien y enfermar lentamente. Pagamos por no ser atendidos en la sanidad pública. Pagamos por no poder salir de tu asqueroso barrio, por no poder salir de tu carísima y gravadísima cloaca (que ellos llaman casa, al igual que llaman mascarilla al bozal, cuidados a sus maltratos, educación a su adoctrinamiento, sanidad a su genocidio y democracia a su dictadura). Al final sí he hablado de algo médico, era inevitable.

Siento que vivo en las gradas de un estadio de jurgol de élite, ese lugar donde los espenoles acudían en masa, pagando cantidades ingentes, a vitorear a multimillonarios analfabetos que –encima – evaden impuestos, eso que ellos no dejan de pagar a cascoporro. Un lugar donde la violencia y el odio gratuito son las verdaderas banderas. Un lugar donde, por desgracia, ahora no pueden estar estos espenoles que, parece ser, han contagiado al resto. Si ya de por sí los no jurgolerdos eran estultos sublimes, ahora tienen el refuerzo de los susodichos. Gran panorama, precioso. Y lo más abrumador de todo es este inveterado silogismo mío:

“A los profesionales les pagan por trabajar.

Los policías pegan ejerciendo su profesión.

Luego a los policías, les pagan por pegar”.

Y todavía más abrumador es este silogismo que me invento ahora mismo:

“Los espenoles pagan hasta para poder respirar mal

Las fuerzas del orden siguen masacrando a los espenoles.

Luego a los espenoles les pegan por pagar”.

 

Menos mal que soy mortal.

 

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REDACCIÓN