22/11/2024 05:03
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Ignoro si como consecuencia del vigente Estado de Alarma se mantendrá el previsto homenaje que el Congreso de los Diputados quiere rendir el próximo día 3 de noviembre a quien fuera Presidente de la II República Manuel Azaña. Un previsto homenaje que sólo ha tenido el rechazo del partido VOX. Sí, el PP haciendo honor a su relativismo, ignorancia o lo que Vds, quieran, se suma al mismo. Nada de que extrañarse de un partido que se abstuvo en la votación respecto a la imposición parlamentaria de la dictadura “constitucional” que representa el Estado de Alarma vigente. Reitero que no sé si ese homenaje se llevará finalmente a cabo o no. Lo que es evidente es, que, de ser así, vamos a asistir a un aquelarre republicano : una exaltación y enaltecimiento de una figura representativa en grado máximo de aquel régimen fallido que nos llevó a una guerra civil.

La cuestión es que si uno analiza quien fue Manuel Azaña, a la luz de lo que nos dice la Ley de Memoria Histórica, no puede por menos que llegar a la conclusión de que el pretendido homenaje es un atentado contra la legalidad vigente y por lo tanto ilegal.

Veamos :

La ley 52/2007, de 26 de diciembre,LMH, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, como así lo dispone expresamente en todo su articulado, considera, como así lo hace constar en innumerables veces, que el ámbito temporal de esta ley comprende desde la Guerra Civil Española, que comienza el 18 de julio de 1936, hasta el final de lo que se ha considerado como Dictadura que terminó el 20 de noviembre de 1975.

 

En su artículo 1, objeto de la ley, se dispone:

“….. 2. Mediante la presente Ley, como política pública, se pretende el fomento de los valores y principios democráticos, facilitando el conocimiento de los hechos y circunstancias acaecidos durante la Guerra civil y la Dictadura…”.

 

Y en su artículo 2 se reconoce y declara:

“……el carácter radicalmente injusto de todas las condenas, sanciones y cualesquiera formas de violencia personal producidas por razones políticas, ideológicas o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil……”.

 

En la misma línea, en su artículo 15 se dispone:

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“1. Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de………. menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura.

 Por lo tanto de acuerdo con el preámbulo de esta ley y dentro del ámbito temporal que la misma dispone, las actuaciones llevadas a cabo por Manuel Azaña y las responsabilidades por él asumidas durante su mandato como Presidente de la II República no le hacen acreedor de ningún homenaje ni reconocimiento personal de conformidad con lo dispuesto y contemplado en la ley 52/2007, de 26 de diciembre puesto que en muchas de aquellas se utilizó la violencia de forma institucional con la finalidad de imponer convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y dignidad de todos los ciudadanos sin respetar las opiniones políticas y las creencias religiosas.

Más bien al contrario, cualquier homenaje a Manuel Azaña Díaz es contrario al espíritu y a la letra de la ley y debería estar tajantemente prohibido por sus responsabilidades criminales y represoras contra los derechos humanos y trato de prisioneros según las convenciones internacionales y del derecho de gentes.

Digámoslo de otra forma acudiendo a hechos históricos irrefutables :

Mientras que Manuel Azaña era Presidente de la República y por lo tanto responsable de lo que sucedía bajo su mandato se desató una violencia injustificada, no solo en contra de los derechos fundamentales de miles de personas que se tachaban contrarias a las ideas del Gobierno del Frente Popular, muchas de las cuales fueron asesinadas, algunas incluso tras sufrir tortura, sino que también, se ejerció una violencia y represión de manera sistemática y especial contra la iglesia y sus miembros. Siempre bajo su mandato como Presidente de la República, en agosto de 1936,  se creó el Comité Provincial de Investigación Pública (CPIP) por iniciativa del nuevo Director General de Seguridad, Manuel Muñoz Martínez (uno de los responsables de las matanzas de Paracuellos del Jarama) que fue un órgano para-estatal de vigilancia y represión que actuó en Madrid durante los primeros meses de la guerra civil española. Se le conoció popularmente al principio como «Checa de Bellas Artes», y luego como «Checa de Fomento», checas de infausto y cruel recuerdo donde la tortura, la extorsión y el asesinato eran la actividad diaria. El Comité de Investigación Pública dependía orgánicamente de la Dirección General de Seguridad.

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El 22 de agosto de 1936 la cárcel Modelo de Madrid fue asaltada por la turba frentepopulista y resultaron asesinados multitud de personas detenidas por motivos políticos, entre ellos Melquíades Álvarez, amigo personal de Azaña, quedando patente la indisciplina, la fragmentación del poder y las ansias de revancha. En esas fechas y continuando la presidencia de la República en manos de Azaña, concretamente en noviembre de 1936, se llevaron a cabo con anuencia y autorización de la Junta de Defensa, las mayores matanzas de la guerra civil en Paracuellos del Jarama perpetrada por milicianos del Frente Popular al más puro estilo soviético donde fueron asesinadas y torturadas cerca de 6.000 personas de toda clase y condición, incluido niños, mujeres y ancianos.

Vuelvo a decirlo : mientras que sucedía la tragedia descrita Manuel Azaña era el Presidente de la República. ¿Acaso no tuvo ninguna responsabilidad? ¿Acaso no se enteró de nada?

No tengo duda de que conforme a lo que establece la vigente LMH cualquier homenaje a Manuel Azaña es absolutamente ilegal. Por supuesto que al Gobierno dictatorial presente todo esto le importa bastante poco. La Ley la entienden sólo a su manera y como les conviene.  Más incomprensible es la aquiescencia del PP y de C,s a este homenaje. Al parecer les gusta ser los tontos útiles de este desaguisado.

Autor

General Chicharro
General Chicharro