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«Mundo Obrero»

«Cuando nos roban nuestra Historia y nuestra libertad, nos dejan sin nada…Es que los jóvenes no saben qué coño pasó en este país…ni les han contado de dónde venimos, por lo que no saben quiénes somos» 

                 

Pues, quizás tenga razón el héroe comunista del mundo del teatro del franquismo. Los jóvenes comunistas no saben quiénes son ni de dónde vienen y parecen no tener Historia. Al parecer no saben qué fue la Revolución rusa, ni quién fue Stalin, ni qué fueron las purgas, los gulag, las checas, los campos de exterminio de Siberie, ni la matanza de Paracuellos, ni…Yo les aconsejo que lean la entrevista que le hicieron en «Mundo Obrero». Porque cierto es que los jóvenes de hoy, incluyendo a los comunistas de carnet, no conocen la Historia del Partido Comunista de España (PCE) y por tanto de dónde vienen ni quiénes son. 

                Y eso me ha producido hasta cierta pena. Así que a bote pronto y muy por encima me van a permitir que les diga algo de la Historia que les han robado. 

                El PCE nació el 12 de noviembre de 1921, o sea hace ahora 100 años (primer centenario) y como consecuencia de una dolorosa escisión del PSOE, que hizo que el Partido fundado por Pablo Iglesias 40 años antes tuviera que celebrar 3 Congresos Extraordinarios (Diciembre, 1919. Junio 1920 y Abril 1921)… para decidir su futuro…¿Y qué fue lo que motivó aquella lucha a muerte entre hermanos? 

¡¡¡ LAS 21 CONDICIONES DE LÉNIN !!! ¿y qué condiciones eran esas para que hombres de Izquierdas de toda la vida, socialistas convencidos como el propio Iglesias, Julián Besteiro, Largo Caballero, Prieto, Fernando de los Rios y 8.800 más no las aceptaran. Sencillamente, la Dictadura férrea de Moscú, el comunismo implacable de las purgas y los gulags… Es decir, lo que serían, a la postre, todos los Partidos que firmaron  sin rechistar las 21 condiciones, entre ellos el PCE que lo firmó y por lo que se vería después cumplió al pie de la letra, ciegamente…como se demostró y se sigue demostrando con el Viva Rusia y la foto de Stalin cubriendo la Puerta de Alcalá en 1936. 

                 Pues, para que los jóvenes comunistas de Don Juan Diego sepan quiénes son y de dónde vienen me complace reproducirles, de momento, el belén dnde nacieron. Lean y sepan quiénes son:

 LAS 21 CONDICIONES

 

«l. La propaganda y la agitación cotidianas deben tener un verdadero carácter comunista. Todos los órganos de Prensa que se hallan en manos del Partido deben ser redactados por comunistas seguros, que hayan demostrado su fidelidad a la causa de la revolución proletaria. Sobre la dictadura del proletariado no hay que hablar simplemente como si se tratase de una forma usual y aprendida de memoria; es preciso propagarla de tal manera que su necesidad se desprenda para cada obrero, obrera, soldado y campesino de los hechos de la vida, sistemáticamente señalados por nuestra Prensa día tras día. En las páginas de los periódicos, las asambleas populares, en los sindicatos, en las cooperativas, donde quiera que tengan acceso los partidarios de la III Internacional, es necesario estigmatizar de manera constante e implacable, no sólo a la burguesía, sino a sus auxiliares, a los reformistas de todos los matices.

»2. Cada una de las organizaciones que deseen pertenecer a la Internacional Comunista, está obligada a expulsar de manera regular y sistemática de todos los puestos de responsabilidad en el movimiento obrero (organizaciones del partido, redacciones, sindicatos, minorías parlamentarias, cooperativas, municipios, etcétera…) a los reformistas y partidarios del «centro» y sustituirlos por comunistas seguros, sin desconcertarse porque a veces haya que remplazar de momento a dirigentes «expertos» por obreros de filas.

»3. En todos los países donde los comunistas, a consecuencia del estado de sitio o de las leyes de excepción, no pueden realizar su labor legalmente, es necesario en absoluto combinar el trabajo legal y el clandestino. La lucha de clases en casi todos los países de Europa y América entra en la fase de la guerra civil. En tales condiciones, los comunistas no pueden tener confianza en la legalidad burguesa. Están obligados a crear en todas partes un aparato ilegal, paralelo, que en el momento decisivo pueda ayudar al Partido a cumplir su deber ante la revolución.

»4. Son necesarias una propaganda y una agitación persistentes y sistemáticas entre las tropas y la formación de células comunistas en cada unidad. Los comunistas deberán realizar este trabajo en gran parte ilegalmente, pero renunciar a hacerlo equivaldría a cometer una traición contra el deber revolucionario y sería incompatible con la pertenencia a la III Internacional.

»5. Es imprescindible una agitación regular y sistemática en el campo. La clase obrera no puede consolidar su victoria sin contar por lo menos con una parte de los braceros agrícolas y campesinos pobres y sin neutralizar en su política a una parte del resto de los campesinos. La labor de los comunistas en el campo adquiere en la época actual una importancia de primer orden. Es necesario efectuarla, principalmente, a través de los obreros comunistas revolucionarios que tengan contacto con el campo. Renunciar a esta labor o dejarla en manos de semirreformistas poco seguros es lo mismo que renunciar a la revolución proletaria.

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»6. Cada uno de los partidos que desee pertenecer a la III Internacional tiene la obligación de desenmascarar no sólo el socia/patriotismo descarado, sino también la falsedad y la hipocresía del socia/pacifismo; demostrar sistemáticamente a los obreros que sin el derrocamiento revolucionario del capitalismo, cualesquiera que sean los tribunales internacionales de arbitraje, las conversaciones sobre la reducción de los armamentos y la reorganización «‘democrática» de la Sociedad de las Naciones no salvarán a la Humanidad de nuevas guerras imperialistas.

»7. Los partidos que deseen pertenecer a la Internacional Comunista están obligados a reconocer la necesidad de una ruptura total y absoluta con el reformismo y con la política del «centro» y a propagar esta ruptura en los círculos más amplios del Partido. Sin esto, es imposible una política comunista consecuente.

»La Internacional Comunista exige de manera incondicional y terminante llevar a cabo esta ruptura en el plazo más corto. La Internacional Comunista no puede consentir que reformistas moderados, como por ejemplo Turati, Modigliani y otros, tengan derecho a considerarse miembros de la III Internacional. Esto llevaría a que la III Internacional se pareciese mucho a la fenecida II Internacional.

»8. En la cuestión de las colonias y de las nacionalidades oprimidas es necesaria una línea singularmente precisa y clara de los partidos de aquellos países cuya burguesía domina a dichas colonias y oprime a otras naciones. Cada uno de los partidos que deseen pertenecer a la III Internacional tiene el deber de desenmascarar sin piedad los subterfugios de «sus» imperialistas en las colonias, de apoyar de hecho, y no de palabra, todo movimiento de liberación en las colonias, de exigir que salgan de estas colonias sus imperialistas, de educar a los obreros de su país en un espíritu de verdadera fraternidad hacia los trabajadores de las colonias y nacionalidades oprimidas y de llevar a cabo una agitación sistemáticamente entre sus tropas contra toda opresión de los pueblos coloniales.

»9. Cada uno de los partidos que desee pertenecer a la Internacional Comunista tiene la obligación de realizar una labor comunista sistemática e insistente dentro de los sindicatos, de las cooperativas y de otras organizaciones obreras de masas. En el seno de los sindicatos es necesario formar células comunistas, que mediante un trabajo prolongado y tesonero deben con­ quistar dichas organizaciones para la causa del comunismo. Estas células tienen el deber de desenmascarar en toda su labor cotidiana la traición de los socialpatriotas y la vacilación del «‘centro». Estas células comunistas deben estar completamente subordinadas al conjunto del Partido.

»10. Los partidos que pertenezcan a la Internacional Comunista tienen el deber de luchar tenazmente contra la «Internacional» de Amsterdam de sindicatos amarillos. Deben propagar insistentemente entre los obreros organizados en los sindicatos la necesidad de romper con la Internacional amarilla de Amsterdam. Deben apoyar por todos los medios la naciente organización internacional de sindicatos rojos, adheridos a la Internacional Comunista.

»11. Los partidos que deseen pertenecer a la III Internacional tienen el deber de revisar la composición de sus minorías parlamentarias, alejar de ellas a los elementos inseguros, subordinar estas minorías de hecho y no de palabra a los comités centrales de los partidos y exigir de cada proletario comunista que subordine toda su labor a los intereses de una verdadera propaganda y agitación revolucionarias.

»12. De igual modo, la Prensa periódica y no periódica y todas las editoriales deben estar subordinadas por entero al Comité Central del Partido, independientemente de que el Partido en su conjunto sea en un momento dado legal o ilegal; es inadmisible que las editoriales, abusando de su autonomía, apliquen una política no ajustada plenamente a los intereses del Partido.

»13. Los partidos que pertenezcan a la Internacional Comunista deben estructurarse a base del principio del centralismo democrático. En la época actual de exacerbada guerra civil, el Partido Comunista sólo podrá cumplir con su deber si está organizado del modo más centralizado, si rige dentro de él una disciplina férrea, rayana en la disciplina militar, y si el centro del Partido es un organismo autorizado, prestigioso y con amplias atribuciones que goce de la confianza general de los miembros del Partido.

»14. Los partidos comunistas de los países donde los comunistas realizan su trabajo dentro de la legalidad, deben efectuar depuraciones (revisiones) periódicas de los efectivos de sus organizaciones con el fin de depurar de manera sistemática al Partido de los elementos pequeños burgueses que se introducen inevitablemente en sus filas.

»15. Cada uno de los partidos que deseen pertenecer a la Internacional Comunista, tiene el deber de prestar apoyo incondicional a cada República en su lucha frente a las fuerzas contrarrevolucionarias. Los partidos comunistas deben desplegar una propaganda constante para que los obreros se nieguen a transportar pertrechos bélicos a los enemigos de la República Soviética, realizar una propaganda legal o ilegal entre las tropas enviadas a asfixiar a las Repúblicas obreras, etc.

»16. Los partidos que hasta ahora mantengan los viejos programas socialdemócratas, tienen el deber de revisarlos en el plazo más breve y de elaborar con arreglo a las condiciones específicas de su país un nuevo programa comunista en el espíritu de los acuerdos de la Internacional Comunista. Por regla general, los programas de cada Partido afecto a la Internacional Comunista deben ser confirmados por el Congreso ordinario de la Internacional Comunista o por su Comité Ejecutivo. En el caso de que el programa de tal o cual partido no sea confirmado por el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, este Partido tiene derecho a apelar al Congreso de la Internacional Comunista.

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»17. Todas las decisiones de los Congresos de la Internacional Comunista, así como los acuerdos de su Comité Ejecutivo, son obligatorios para todos los partidos adheridos a la Internacional Comunista. La Internacional Comunista, que actúa en condiciones de una exacerbada guerra civil, debe estar estructurada de una manera mucho más centralizada que la II Internacional. Además la Internacional Comunista y su Comité Ejecutivo, en toda su labor, claro está, deberán tener en cuenta la diversidad de condiciones, en las que tienen que luchar y actuar los distintos partidos y adoptar las decisiones obligatorias para todos tan sólo en aquellas cuestiones en las que sean posibles tales decisiones.

»18. En relación con todo esto, todos los partidos que deseen ingresar en la Internacional Comunista deben cambiar su título. Cada uno de los partidos que deseen entrar en la Internacional Comunista deben llevar este título: Partido Comunista de tal país (sección de la III Internacional Comunista). La cuestión del título no es sólo formal, sino una cuestión de gran importancia política. La Internacional Comunista ha declarado una lucha decidida a todo el mundo burgués y a todos los partidos socialdemócratas amarillos. Es necesario que para cada trabajador de filas sea totalmente clara la diferencia entre los partidos comunistas y los viejos partidos «socialdemócratas» o «socialistas», que han traicionado la bandera de la clase obrera.

» 19. Después de la terminación del II Congreso Mundial de la Internacional Comunista, todos los partidos que deseen pertenecer a ella deberán convocar en el más corto plazo un Congreso extraordinario de cada Partido para confirmar en él oficialmente, en nombre de todo el Partido, las obligaciones arriba ex-puestas.

» 20. Aquellos partidos que ahora quieran ingresar en la tercera Internacional, pero que no hayan cambiado radicalmente la táctica seguida hasta ahora, tienen que procurar, antes de ingresar, que por lo menos dos terceras partes de su comité central y de todas las instituciones centrales de importancia estén compuestas por los compañeros que ya antes del segundo congreso de la tercera Internacional se han declarado públicamente en favor del ingreso incondicional en la tercera Internacional. Se permitirán excepciones de esta condición con el consentimiento del comité ejecutivo de la tercera Internacional. El comité ejecutivo de la Internacional comunista tiene derecho a hacer excepciones también en favor de los representantes centristas aludidos en el párrafo séptimo.

» 21. Aquellos miembros del partido que, por principio, rechazan las condiciones y las tesis formuladas por la Internacional comunista deben ser expulsados del partido.

Lo mismo dígase por los delegados al congreso extraordinario.»

 

                   ASÌ ES LA «LIBERTAD» COMUNISTA O así fue, al menos, entre 1930-1939.

Y deben saber lo que fue el Terror y la represión en la  Unión Soviética 

Se cree que el régimen de Stalin dio muerte a unos 20 millones de personas. La mayoría de ellos eran ciudadanos soviéticos. Miles, cientos de miles, millones, miles de millones, asesinados y enterrados en fosas comunes, como las que se descubrieron años después: Algunas de las fosas comunes más notables son:  

Fosas comunes de Bykivnia, que se estima contienen de 100 000 a 225 000 cadáveres.  
Fosas comunes de Kurapaty, que se estima contienen entre 30 000 y 200 000 cuerpos.  
Fosas comunes de Bútovo, que se estima contienen más de 20 000 cadáveres  
Fosas comunes de Communarka, que se estima contienen unos 10 000 muertos.  
Fosas comunes de Sandarmoj, que se estima contienen más de 9000 cuerpos.  

 

Se han descubierto otros campos de la muerte de la época de Stalin. Algunos tan recientemente como 2010. Solo en áreas próximas a Kiev hay fosas comunes en Umán, Bila Tserkva, Cherkasy y Zhitómir. Algunas fueron descubiertas por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial; Katyn y Vínnytsia se cuentan entre las más atroces. 

En julio de 2010 fue descubierta en San Petersburgo una fosa común que contenía los cadáveres de 80 oficiales del ejército ejecutados durante el «Terror Rojo» bolchevique de 1918/21.

                                                                                                              CONTINUARÁ…

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REDACCIÓN