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Publicamos hoy las «Conclusiones» a las que llega en su Trabajo de Fin de Gran, realizado por el escritor asturiano Daniel Lumbreras (universidad Carlos III de Madrid): titulado Francisco Franco, articulista de incógnito. Lumbreras, dirigido por los catedráticos Don Carlos Sánchez Illán y Doña Matilde Eiroa San Francisco, ha conseguido localizar, con todos los inconvenientes de la España de hoy, los 91 artículos que el que fuera Caudillo y Jefe del Estado Español publicó en el diario ARRIBA entre 1945 y 1960, con los seudónimos de «Hispánicus», «Jakim Boor» y «Macaulay».
Como el propio señor Lumbreras comenta en estas conclusiones el estudio sobre los Artículos de Francisco Franco no está terminado y habrá que seguir investigando y analizándolos, ya que cuando se leen sus contenidos el lector entiende muchas de las cosas y obras que hizo Franco durante su largo mandato. Pasen y lean.
Conclusiones
Llegado el momento de finalizar y extraer conclusiones del trabajo empírico realizado, se vuelve aquí a las hipótesis para comprobar si efectivamente son válidas o han quedado rechazadas.
Primera. El Generalísimo creía que judíos, masones y comunistas eran una amenaza grave para España y dedicó numerosas líneas a combatirlos. Cierto, como han demostrado las afirmaciones de numerosos historiadores y el análisis de contenido: de los artículos dedicados a los enemigos (60 de 91), estos acumulan 83 de las 141 menciones de las distintas variables (un 58 %).
Segunda. Los artículos se redactaron de manera muy discreta, casi secreta. Cierto. Según unas fuentes, se puede afirmar que cuando se publicaron los artículos muy pocas personas sabían con certeza (aunque algunos más podían sospecharlo) que Franco estaba detrás de ellos, y hasta después de la muerte del dictador y la reedición de Masonería no fue público que él era Jakim Boor. Otras, en cambio, apuntan que a nivel de calle sí se sabía, pero ante la falta de pruebas documentales y de testimonios de población no experta, cabe dar validez a la hipótesis.
Tercera. El Caudillo dejó de escribir finalizada la etapa de aislamiento internacional de España. Cierto. El último artículo (salvando el de 1960, que aparece fuera de contexto) corresponde a 1955, año de entrada de España en la ONU.
Cuarta. Franco se situaba en la cúspide del sistema informativo. Cierto. La prensa del período 1945–1960 estaba totalmente subordinada al Estado del que él era Jefe indiscutido y todopoderoso, pues no estaba sujeto a ninguna limitación: así, se hizo caso omiso de la censura que pretendía tachar uno de sus artículos, que el dictador publicó en el periódico de su elección.
Quinta. Elaboró sus opiniones periodísticas él solo. No es posible aquí ser concluyente, porque las distintas fuentes se contradicen. Solamente es viable afirmar, a la vista de las pruebas documentales, que Franco no solamente se limitaba a firmar los guiones de sus colaboraciones, sino que tachaba y añadía palabras.
Sexta. Sus contribuciones aparecieron en el diario Arriba, en una posición poco llamativa. Falso. Los artículos aparecieron la inmensa mayoría de las ocasiones en la portada del periódico.
Séptima. Franco escribía por puro entretenimiento. Aunque es imposible determinarlo al cien por cien, caba suponer que sí, dado que previamente había escrito dos novelas y era aficionado en su juventud a publicar artículos en revistas militares.
Octava. Las colaboraciones provocaron algunos incidentes diplomáticos. Falso. Ante la evidencia de la historia, no dañaron las relaciones internacionales de España más allá de la situación de aislamiento y condena internacional en que ya se encontraba el régimen; no motivaron tampoco ninguna reacción directa contra el autor o contra España.
Novena. Los artículos del Caudillo estaban fuertemente condicionados por sus experiencias vitales y son similares a su obra literaria anterior. Cierto. El estilo literario es similar y muchos de los temas que aparecen en ellos (Marruecos, la masonería, el comunismo…) ya estaban presentes en sus lecturas, en sus obras y en su pensamiento de juventud.
Décima. Franco trataba temas de actualidad. Parcialmente cierto. Ocasionalmente lo hacía, pero la historia está muy presente en gran parte de ellos, tanto la de la masonería en la categoría de enemigos, como la política y social en la categoría de Política, Economía y Sociedad con 14 de las 73 menciones de las distintas variables (el 19 %).
Este trabajo es una modesta primera aportación al estudio de un apartado relativamente desconocido y prácticamente no estudiado de la obra de Francisco Franco como son sus artículos periodísticos. Es por ello que tiene limitaciones: no ha sido posible falsar todas las hipótesis más allá de toda duda razonable, con lo que no se han cumplido todos los objetivos planteados al inicio de la investigación. Las cuestiones de tipo más emocional (el porqué de esas colaboraciones periodísticas) y de efecto (qué alcance tuvieron) no han podido ser resueltas de una manera incontrovertible. Este estudio podría ser más amplio y con mayor variedad de metodologías, y por supuesto son necesarias más pesquisas sobre este mismo tema, pues todas sus vertientes exceden los objetivos y el formato de un Trabajo de Fin de Grado universitario.
Queda todavía mucho por hacer, especialmente en tanto en cuanto en este trabajo se han empleado solamente el análisis de contenido cuantitativo y la entrevista en profundidad. Podría emplearse, si se quieren conocer los diversos efectos de los artículos (a corto, a medio y a largo plazo) la encuesta, si se quiere, estratificando diversos tipos de receptores: lectores de Arriba, autoridades políticas de aquel tiempo, periodistas, historiadores… Es preciso emplear la encuesta pronto, dado que por cuestiones biológicas y cronológicas (el primer artículo se publicó hace 69 años) los posibles receptores directos son muy ancianos y a medio plazo pueden desaparecer casi por completo. Puede ser este también un campo de estudio muy fecundo para los métodos cualitativos, especialmente el análisis del discurso, que completaría el aquí efectuado de manera cuantitativa.
El panorama de líneas de investigación que se abre es muy amplio, además de ahondar en las ya abordadas aquí. Puede indagarse en la veracidad histórica de las numerosas acusaciones de conspiración de Franco hacia la masonería, con cuyos miembros sería muy interesante conversar 95 . Otro abanico de posibilidades es el del análisis comparativo: los artículos de Franco con sus propios discursos, con otros artículos de la época, etc. También se debería ahondar, dado que aquí no ha sido posible dadas las limitaciones de especio y de tiempo de este trabajo académico, en la repercusión que tuvo la obra periodística de Francisco Franco y en la verdad histórica de las numerosas imputaciones que realiza. Asimismo también sería preciso escribir, más allá del pequeño esbozo contextual que hemos presentado aquí, una historia del diario Arriba y en general de la Prensa del Movimiento. Queda también por abordar toda la obra periodística del Caudillo antes de la Guerra Civil, en la Revista de Tropas Coloniales.
Puede servir de broche final de este trabajo una historia que hace de metáfora de la relación final de Franco con los medios. En los años 60, disposiciones legales en materia de urbanismo promulgadas para no molestar a los vecinos del centro de Madrid (que estaban cansados del ruido de madrugada de las rotativas de entonces) obligaron a los grandes periódicos del casco urbano (Ya, Arriba, ABC, Informaciones…) a trasladarse a las afueras. Cuando lo hizo Ya, se celebró un gran ceremonial al que asistieron el Jefe del Estado y más de dos mil invitados. Arriba adquirió una nueva sede en Avenida del Generalísimo, 142 (hoy sede de la Dirección General del Catastro en Paseo de la Castellana, 272) que se acabó de erigir en 1963. No sin cierta ingenuidad, los miembros de la redacción –entre los que se encontraba Enrique de Aguinaga como subdirector– pensaron que a su inauguración vendría Franco con traje de gala. Prepararon entonces todo el protocolo para el acto y el recorrido que haría, además de dos regalos. El primero sería una periódico con huecograbado en el que figuraría en portada la foto de su visita a la redacción, tomada e impresa durante la misma. El segundo obsequio consistía en una reducidísima y discreta edición (unos seis ejemplares encuadernados en piel de Rusia, sin prólogo, con una simple dedicatoria al Caudillo de España y Jefe Nacional del Movimiento) de una selección de quince artículos publicados bajo el nombre de Hispanicus. El libro nunca fue entregado porque el dictador nunca fue a inaugurar el periódico de su Movimiento Nacional. (AGUINAGA 2010: 142–143) 96 . Como diría en su última entrevista que concedió, dirigiéndose a los españoles sobre su futuro: «De ustedes es ya toda la responsabilidad» (BÁRCENA 1976).
DANIEL LUMBRERAS
Autor
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Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.
Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.
Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.
En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.
En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.
Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.
Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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