29/11/2024 03:53
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Es una oportunidad pintiparada de pararle los pies al mal. Este será el último dique de contención que puede ser reventado por el principal golpista: Pedro Sánchez. Tiene toda la razón Rosa Díez en el planteamiento de esta tesis. No es que se cargue tal partido de la historia, más criminal que es el PSOE; eso es lo menos importante, lo peor es que con ello se carga España. Sus enemigos se frotarían las manos y afilarían los cuchillos, porque eso les gusta, la puñalada trapera y la revolución permanente, o sea, pegarle fuego a España.

Lo principal es librarse de toda esa escoria; de esta basura infecta, porque mientras más lejos de tan mala calaña, más cerca de Dios. Librarse de tenerla en el poder haciendo lo que hace. Y como su terquedad es tan ilimitada como delictuosa, no bastará con alejarlos una temporada del poder, pensando que se van a corregir; se creerán víctimas y volverán con más fuerza y peores intenciones. Seguirán incorregibles con las mismas cualidades carentes de escrúpulos, y aún más radicalizados, sin importarles nada, desde el atentado personal, hasta lo que haga falta, para conquistar  el poder comunista y hacerlo absoluto, totalitario y eterno, como es su deseo. Si las derechas vuelven a la gobernanza, que está por ver, a consecuencia del desastre de la izquierda, como pasó cuando Rajoy, no es para hacer lo que hizo Rajoy, seguir la hoja de ruta de ZetaP, que le marcaban; en román paladino, bajarse los pantalones, cagado de miedo, y dejar seguir mandando a la izquierda. Si no, para subírselos bien, atarse los machos y pedirles cuentas con firmeza y determinación, por sus responsabilidades y delitos cometidos a toda la banda de mangantes desgobernantes. Lo primero a conseguir es liberar el miedo que hizo hasta ahora el ceder y dejarles a sus anchas. El miedo de Rajoy y ahora Pablo Casado, aún mayor. Un recurso que ya está en el Manifiesto Comunista, y les funciona de primera. Tras el engaño imponen el miedo. Se creen con la razón, el derecho a abusar y hacer lo que les dé la gana, y a eso están acostumbrados. A la izquierda hay que cortarle a su estilo: radical. Cortarle las alas al águila para que deje en paz a las perdices. La técnica del miedo la usan también los gitanos cuando implantan su dominio, y la gente, por pánico se disculpa en que no quiere líos y no le mete mano al problema. Por esa desidia temerosa, igual que en la política, se paga la convivencia muy cara, y es propio de los españoles. Todos los malos, empezando por los políticos golpistas tienen una gran deuda que pagar a la sociedad, y mientras no la paguen las cosas irán a peor. Una deuda que como Sócrates, al morir, dijo a su secretario: debemos un gallo a Esculapio. No paséis la deuda por alto. Mientras no haya vara de medir reinará la injusticia.

Se anuncia una macro manifestación en la denostada por tal motivo, plaza de Colón. Lo será el 13 de junio, domingo, a las 12 horas en la mítica plaza de Colón que tanto gusta a los rojos por lo que la critican y escupen sobre ella. Acudirá el PP milagrosamente, con VOX, aunque Pablo Casado sigue sin perdonar, no sé a quién porque del delito de tradición él es el único autor y responsable. La derecha está dividida y hecha unos zorros gracias a él que no ha podido controlar los celos que le tiene a Santiago Abascal; suponemos. No antepone los grandes principios, como es el amor a la Patria, a sus intereses personales. No sé si irá a Colón, pero si así lo fuera, mejor que se vaya con Pedro Sánchez, de copas, porque le terminará ocurriendo el clásico: Roma no paga traidores.

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Como siempre a los españoles solo les unen su enemigo. Es evidente. ¿Os parece poca desgracia? Pero no vamos a rajar a los vecinos sabiendo lo que tenemos en frente que nos va a descuartizar. La desgracia va a continuar, y sabemos que no nos libraremos de esta cruz que parece castigo divino. No somos derrotistas para caer en la desgracia y ya no levantar cabeza. Mientras no cambien, los que dejaron a España que no la conoce ni la madre que la parió, harto difícil, los sociatas son los mayores enemigos de España, y responsables de la deplorable sociedad que tenemos. Contra ellos hay que luchar a brazo partido para condenarlos al ostracismo que se merecen de por vida. Que dejen de meterse con España, y los «cavernícolas», que sin su asqueroso progresismo e inventos suicidas, estamos encantados de la vida. Será la única forma de construir todo lo que ellos destruyeron y mantener el equilibrio en progreso. Construir sobre todo la paz que ellos no soportan. Eso se ve como un sueño inalcanzable.

La manifestación del domingo 13 de junio va en serio. La convoca la plataforma Unión 78, impulsada por el filósofo Fernando Savater, María San Gil, y Rosa Díez, entre otros. Y lo será como primera motivación, contra los indultos a los condenados por el golpe de estado catalán, dentro del progresivo desmantelamiento del Estado. Santiago Abascal, dirigente de Vox, manifiesta que: «Apoyamos sin matices esta convocatoria. Es importante que los españoles, más allá de las siglas de los partidos, nos unamos contra este atropello a la legislación, a la justicia, a la democracia y a la unidad de España».

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El Supremo se opone en un contundente informe a conceder el indulto a los doce líderes independentistas condenados por el golpe del 1-O por ser «una solución inaceptable» ante su «voluntad de reincidir». La sociedad española, también quiere lo mismo: no indultar a ninguno de estos sediciosos, empezando por quien les alienta y pacta con ellos, para mantenerse en su áureo trono monclovita que tan mal le hace. No en vano el lugar, antiguo pabellón de caza de reyerzuelos, tienen la maldición de alejar a sus inquilinos, del pueblo y su realidad. ¡Pobre España que somos nosotros!

Autor

REDACCIÓN